Chistes de Adolorido

Estos son los 5 chistes de adolorido y más graciosos bromas sobre adolorido que matan de risa. Lea chistes acerca adolorido que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de adolorido para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre adolorido para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. En el dentista En el dentista:
    - Tengo que extraerle el diente adolorido, pero no te preocupes solo tomará unos cinco minutos.
    - ¿Y cuánto costará?
    - 90 euros
    - ¡90 euros por solo unos minutos de trabajo!
    - ¡Puedo extraerlo muy lentamente si quiere!
  2. Dentista: Tengo que extraerle el diente adolorido, pero no te preocupes solo tomará unos cinco minutos.
    Paciente: ¿Y cuánto costará?
    Dentista: 90 dólares
    Paciente: ¡90 dólares por solo unos minutos de trabajo!
    Dentista: ¡Puedo extraerlo muy lentamente si quiere!
  3. En cierta ocasión estaba un policía en su motocicleta, listo para corretear a cualquiera que quisiera violar los límites de velocidad.
    En ese instante pasa una mancha roja a toda velocidad, el agente de seguridad se prepara para ejecutar la persecución, acelera la motocicleta y está por alcanzar el vehíc**..., cuando éste entra a un callejón sin salida, y se estrella con una pared.
    El policía se baja de su moto y se dispone a hacer la inspección.
    A ver, no tiene placas de identificación, ni siquiera parabrisas, ni vidrios, no tiene bolsas de aire, y no logro ubicar el volante de dirección, bueno muchacho y tú, ¿De dónde sacaste este vehíc**...?
    El muchacho adolorido le responde:
    ¡De, de, de la montaña rusa!
  4. Dos borrachos le preguntan al barman dónde queda el baño, el barman le dice:
    Por el pasillo doblan a mano derecha, bajan dos escalones y ahí están los baños.
    Hip, okay gracias.
    Cuando van por el pasillo uno le dice al otro:
    Oye, ¿Era pa' la derecha o pa' la izquierda?
    El barman dijo pa' la izquierda.
    Pero para el lado izquierdo estaban reparando un elevador y se caen por el roto y se dan tremendo cantazo y uno se levanta bien adolorido y le dice al otro:
    Yo no sé tu, pero yo me voy a orinar aquí, yo no voy a bajar el otro escalón.
  5. Dos atlantes se pusieron una penitencia: subir el cerro más alto de la región, con los zapatos llenos de fríjoles. Cuando iban por la mitad del trayecto, uno – caminando muy adolorido – vio al otro que subía tranquilo y sin ninguna dificultad. Entonces, le preguntó: “Hombre, ¿a ti por qué no te lastiman los zapatos llenos de frijoles, ah...?”. Y el otro atlante le contesta: “ Pues, ¿Si serás bruuuto?: ¡ yo metí los fríjoles cocinados !”.