Chistes de Apagar Incendio

Estos son los 9 chistes de apagar incendio y más graciosos bromas sobre apagar incendio que matan de risa. Lea chistes acerca apagar incendio que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de apagar incendio para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre apagar incendio para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. - ¿De qué trabajas?
    - Antes en tintorería, pero ahora apago incendios...
    - ¿Eres bombero?
    - No, soy ex-tintor.
  2. ¿Cuál es el colmo de un bombero?
    Apagar un incendio con galletas de agua
  3. Los bonberos tienen un incendio y no encuentran agua y apagan con galletitas de agua
  4. ¿Cuál es el colmo de un bombero?
    Apagar un incendio con galletitas de agua.
    ¿Cuál es el colmo de un relojero?
    Que la chica que le gusta no le dé ni la hora.
  5. ¿Cuál es el colmo de un bombero?
    Apagar un incendio con agua de colonia.
  6. Un hacendado se va por negocios a la ciudad por dos semanas, y deja todo al cuidado de su capataz.
    - Ya sabes, cuida bien todo, no vaya a pasar algo.
    - No se preocupe patrón, que nada va a suceder.
    - No sé, es que tú eres bien bruto.
    Dos semanas después vuelve el hacendado.
    - Y, Cholo, ¿Alguna novedad?
    - No patroncito, nada ha pasado.
    - ¿Estás seguro? Que tú eres medio bruto.
    - Bueno, ahora que lo dice, sí pasó algo, se murió su gato.
    - ¡Mi gato de angora! ¿Cómo que se murió mi gato?
    - Se murió de indigestión.
    - ¿Cómo que de indigestión? Si sólo comía atún y caviar.
    - Es que comió carne de caballo.
    - ¿Qué caballo?
    - Su caballo pues patrón, es que se murió y había que aprovechar la carne.
    - ¡Bruto! ¿Qué pasó con mi caballo de paseo?
    - Se murió del esfuerzo.
    - ¿Qué esfuerzo?
    - Pues de cargar agua.
    - ¡Agua! ¿Para qué?
    - Para apagar el incendio.
    - ¿Qué incendio?
    - El de su casa, pues.
    - ¿Mi casa de campo? ¡Qué le hiciste a mi casa!
    - Nada, se quemó por la vela.
    - ¿Qué vela?
    - La del velorio de su esposa.
    - ¡Mi esposa infeliz! ¿Qué le pasó?
    - Se murió de la impresión.
    - ¿Qué impresión?
    - ¡Sí! De la impresión de ver a sus hijos ahogarse.
    Y el hacendado le empieza a retar al capataz cuando éste suplicando dice:
    - ¡Ya no más! ¡Ya no más patroncito! De haber sabido que se iba a poner así, no le contaba lo del gato
  7. Un hacendado se va por negocios a la ciudad por dos semanas, y deja todo al cuidado de su capataz.
    Ya sabes, cuida bien todo, no vaya a pasar algo.
    No se preocupe patrón, que nada va a suceder.
    No sé, es que tú eres bien bruto.
    Dos semanas después vuelve el hacendado.
    Y, Cholo, ¿Alguna novedad?
    No patroncito, nada ha pasado.
    ¿Estás seguro? Que tú eres medio bruto.
    Bueno, ahora que lo dice, sí pasó algo, se murió su gato.
    ¡Mi gato de angora! ¿Cómo que se murió mi gato?
    Se murió de indigestión.
    ¿Cómo que de indigestión? Si sólo comía atún y caviar.
    Es que comió carne de caballo.
    ¿Qué caballo?
    Su caballo pues patrón, es que se murió y había que aprovechar la carne.
    ¡Bruto! ¿Qué pasó con mi caballo de paseo?
    Se murió del esfuerzo.
    ¿Qué esfuerzo?
    Pues de cargar agua.
    ¡Agua! ¿Para qué?
    Para apagar el incendio.
    ¿Qué incendio?
    El de su casa, pues.
    ¿Mi casa de campo? ¡Qué le hiciste a mi casa!
    Nada, se quemó por la vela.
    ¿Qué vela?
    La del velorio de su esposa.
    ¡Mi esposa infeliz! ¿Qué le pasó?
    Se murió de la impresión.
    ¿Qué impresión?
    ¡Sí! De la impresión de ver a sus hijos ahogarse.
    Y el hacendado le empieza a retar al capataz cuando éste suplicando dice:
    ¡Ya no más! ¡Ya no más patroncito! De haber sabido que se iba a poner así, no le contaba lo del gato.
  8. ¿Cómo se comportan un ingeniero, un físico y un matemático si hay un incendio en su casa?
    - Al ingeniero le despierta el olor del humo, se levanta de la cama y observa el fuego en el pasillo. Vuelve a su habitación, coge la papelera, la llena de agua en el cuarto de baño, apaga el fuego tirándole el agua encima, y se vuelve a la cama. Problema resuelto.
    - El físico también se despierta con el olor del humo. Se levanta, observa el fuego, calcula su altura y la temperatura aproximada. Busca una boca de riego y averigua la presión con la que sale el agua. Consigue una manguera, y, minimizando el gasto de energía, lanza un chorro con la manguera, con la menor cantidad posible de agua que consiga apagar el fuego. Apaga el fuego y se vuelve a la cama a dormir. Problema resuelto.
    - El matemático huele el humo y deduce que pude haber un fuego en su casa. Sale al pasillo y comprueba que efectivamente se está quemando. Se queda pensativo unos instantes y comprueba que dispone de agua suficiente para apagarlo. Se va a la cama: sabe que el problema tiene solución.
  9. Un día a la madrugada el cuidador de una estancia llama a su patrón y le dice señor: Se murió su lorito.
    -¿Cual? ¿El que yo había invertido millones?-
    - Sí, ese-
    - ¿Y de que se murió?-
    - Se empachó con carne de caballo-
    - Y ¿quien le dio carne de caballo?-
    - La agarró de los caballos muertos del piso-
    - Y ¿por qué había caballos muertos?-
    - Se murieron de tirar de la llave de agua-
    - Y ¿para qué tiraban de la llave de agua?-
    - Para apagar el incendio-
    - ¿Qué incendio?-
    - El de su casa-
    - ¿Por qué estaba incendiada mi casa?-
    - Porque se calló una vela del funeral de su madre-
    - Pero si mi madre está viva-
    - No, pasa que hace 3 horas vino acá y pensé que era un ladrón y le disparé-
    -¡No!, ¡Asesino!, ¡Andate de aquí!
    - Bueno, pero ¿por qué tanto escándalo por un lorito estúpido?



chistes de apagar incendio

Contar chistes de apagar incendio es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.