Chistes de Ascenso

Estos son los 4 chistes de ascenso y más graciosos bromas sobre ascenso que matan de risa. Lea chistes acerca ascenso que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de ascenso para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre ascenso para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Hijas con futuro Dos madres se encuentran en el rellano de la escalera y una le dice a la otra:
    - ¿Qué tal tu hija?
    La otra contesta:
    - Uy de maravilla, después de hacer la entrevista para ese trabajo que te dije la cogieron, en 2 semanas la han ascendido de administrativa a jefa de sección, el jefe le ha dado un coche de empresa y ahora le va a alquilar un apartamento cerca de la oficina para que tarde menos en llegar al trabajo.
    ¿Y la tuya?
    - Pues la mía, igual de p**..., pero con menos suerte.
  2. Sabes que ya estás viejo cuando:
    Te empieza a gustar la música de acordeón.

    Sentado en una banca del parque, un boy scout viene y te ayuda a cruzar las piernas.
    Cuidar tu jardín se convierte en la parte más importante de tu vida.
    Siempre buscas en la radio, la estación de música suave.
    Estás dormido, pero tu familia se preocupa que puedas estar muerto.
    Prendes las velas de tu pastel de cumpleaños y unos indios forman un circulo alrededor y empiezan a cantar kumbaya.
    Tu compañía de seguros te manda su calendario de cortesía, mes por mes.
    En las cafeterías, te quejas que su gelatina es muy dura.
    Tu sillón tiene más opciones que tu automóvil.
    Te toma un par de intentos pasar unas boyas en la calle.
    Te cansas caminado las escaleras hacia abajo.
    Empiezas tus oraciones con, en esta época.
    Volteas a ambos lados antes de cruzar un salón.
    Llegas a la conclusión que tu peor enemigo es la gravedad.
    El número de tu licencia de manejo tiene 2 dígitos.
    La gente llama por teléfono a las 9:00 p.m. y preguntan, ¿Te desperté?
    Vas a una fiesta en un jardín y te interesa más el jardín.
    Te das cuenta que tu boca promete cosas que tu cuerpo no puede cumplir.
    El mesero te pregunta cómo quieres tu carne cocinada y tú contestas en pedacitos.
    Una estampilla de correo, ahora cuesta más que cuando ibas al cine de pequeño.
    Tus juguetes de la infancia están en un museo.
    La mayoría de tus compañeros de trabajo nacieron el mismo año de tu último ascenso.
    La ropa que guardaste hasta que volviera estar de moda, está de moda otra vez.
    Todas tus películas favoritas volvieron a salir en color.
    Tienes más cabello en tu nariz y orejas que en la cabeza.
    Tu auto que compraste nuevo, es ahora de colección.
    Usas calcetines negros con pantuflas.
  3. Carta a mi Jefe I
    Nunca me dé el trabajo por la mañana.
    Hágalo después de las 6:00 de la tarde. Siempre es gratificante contar con el reto de trabajar bajo presión.
    Si es algo urgente, por favor interrúmpame cada 10 minutos para saber cómo voy. Eso sí que ayuda. O mejor aún, mire sobre mi hombro y corríjame cada vez que doy un teclazo equivocado en el ordenador.
    Siempre salga de la oficina sin decirme adónde va. Eso me brinda la oportunidad de estimular mi creatividad cada vez que alguien me pregunte por usted.
    Si mis manos están llenas de papeles, cajas ó libros, ¡no me abra la puerta!. Necesito aprender a valerme por mí mismo en el caso de que me quede impedido: abrir las puertas sin ayuda es un excelente ejercicio.
    Si me da más de una misión por cumplir, no me diga cuál es la prioridad. Así podré ejercitar la telepatía.
    Haga hasta lo imposible por tenerme en la oficina hasta tarde. Me encanta estar aquí y en realidad no tengo adónde ir ni nada más que hacer que no sea mi trabajo. Casi carezco de vida propia.
    Si mi rendimiento le satisface, manténgalo en secreto. Si se sabe, podría ser causante de un ascenso. Además, si no lo sé, me seguiré esforzando para que así sea.
    Si no le satisface mi trabajo, hágaselo saber a todo el mundo: me encanta que mi nombre sea el más mentado en las conversaciones. Pero no me lo diga a mi, podría herir mis sentimientos.
  4. Sabes que ya estás viejo cuando:
    Te empieza a gustar la música de acordeón.

    Sentado en una banca del parque, un boy scout viene y te ayuda a cruzar las piernas.
    Cuidar tu jardín se convierte en la parte más importante de tu vida.
    Siempre buscas en la radio, la estación de música suave.
    Estás dormido, pero tu familia se preocupa que puedas estar muerto.
    Prendes las velas de tu pastel de cumpleaños y unos indios forman un circulo alrededor y empiezan a cantar kumbaya.
    Tu compañía de seguros te manda su calendario de cortesía, mes por mes.
    En las cafeterías, te quejas que su gelatina es muy dura.
    Tu sillón tiene más opciones que tu automóvil.
    Te toma un par de intentos pasar unas boyas en la calle.
    Te cansas caminado las escaleras hacia abajo.
    Empiezas tus oraciones con, en esta época.
    Volteas a ambos lados antes de cruzar un salón.
    Llegas a la conclusión que tu peor enemigo es la gravedad.
    El número de tu licencia de manejo tiene 2 dígitos.
    La gente llama por teléfono a las 9:00 p.m. y preguntan, ¿Te desperté?
    Vas a una fiesta en un jardín y te interesa más el jardín.
    Te das cuenta que tu boca promete cosas que tu cuerpo no puede cumplir.
    El mesero te pregunta cómo quieres tu carne cocinada y tú contestas en pedacitos.
    Una estampilla de correo, ahora cuesta más que cuando ibas al cine de pequeño.
    Tus juguetes de la infancia están en un museo.
    La mayoría de tus compañeros de trabajo nacieron el mismo año de tu último ascenso.
    La ropa que guardaste hasta que volviera estar de moda, está de moda otra vez.
    Todas tus películas favoritas volvieron a salir en color.
    Tienes más cabello en tu nariz y orejas que en la cabeza.
    Tu auto que compraste nuevo, es ahora de colección.
    Usas calcetines negros con pantuflas.