Chistes de Conviene

Estos son los 7 chistes de conviene y más graciosos bromas sobre conviene que matan de risa. Lea chistes acerca conviene que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de conviene para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre conviene para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Una señora muy resfriada va al hospital a ver a su esposo. Cuando ve al doctor le pregunta:
    ¿Doctor, cómo está mi esposo? ¿Puedo entrar a verlo?
    No le conviene entrar así resfriada, hace demasiado frío en la morgue.
  2. Un día, Pepe le preguntó a su padre:
    Papá, ¿dónde está la tarjeta Visa?

    Pues mira hijo, me la han robado.
    Pero papá, si ya hace cinco meses, y no lo has denunciado.
    Pues mira hijo, he estado sacando cuentas y me conviene más que la tenga el ladrón a que la tenga tu madre.
  3. Un Cardenal es invitado a una cena entre parientes. En un momento aparece la sobrina de uno de ellos con un vestido con un escote abismal. El Cardenal le dice:
    - Te digo querida, que estás mostrando mucho más de lo que le conviene al pudor de una niña.
    - Y usted, Cardenal, está mirando mucho más de lo que le conviene a un Príncipe de la Iglesia....
  4. Un vendedor le dice al cliente:
    Señor este auto le conviene, solo tiene que darme 50 mil dólares.

    Esta bien, aquí tiene el dinero, y pregunta, ¿A cuánto corre?
    El vendedor le contesta:
    Oiga señor, cuando va en primera, va a 50 millas por hora, cuando va en segunda, va a 100 millas por hora, cuando va en tercera, va a 150 millas por hora, cuando va en cuarta, va a 200 millas por hora, cuando va en quinta, a 250 millas por hora, pero ya no le metas sexta porque el auto vuela.
    El comprador va por su mujer, sus hijos, la abuela y se van a un paseo en el auto nuevo. De pronto al señor le pega la loquera y se va en primera, segunda, tercera, cuarta, y de repente, la esposa le dice:
    Mi amor, ahí hay un barranco, y el esposo le contesta:
    ¡No te preocupes vieja, lo traigo en sexta!
  5. Esta era una chica, que estaba indecisa, porque no sabía con cuál de los dos pretendientes casarse. Uno es un contador, y el otro es un militar. Al verse con la duda, le pregunta a su madre:
    ¿Con cuál de los dos me caso, mamá?
    No lo pienses dos veces hija. Cásate con el militar, que es el que te conviene.
    ¿Por qué dices eso, mamá?
    Mira, ellos, se levantan temprano, arreglan la cama, hacen su desayuno, y además reciben órdenes.
  6. Llega un hombre al i**..., y tiene que elegir a cual quiere entrar, ya que estaba dividido por
    países; empieza a recorrer los distintos infiernos a ver cual le conviene.
    En Alemania, pregunta:
    - ¿Y? ¿Como los tratan acá?
    - En la mañana nos acostamos en la cama de clavos, en la tarde nos meten al fuego, y en la noche
    viene el diablo y nos revienta a golpes.
    En Suiza, pregunta:
    - ¿Y? ¿Como los tratan acá?
    - En la mañana nos acostamos en la cama de clavos, en la tarde nos meten al fuego, y en la noche
    viene el diablo y nos revienta a golpes.
    En Argentina ve una cola bárbara, todos peleándose por entrar, y pregunta:
    - ¿Y? ¿Como los tratan acá?
    - En la mañana nos acostamos en la cama de clavos, en la tarde nos meten al fuego, y a la noche viene
    el diablo y nos revienta a golpes.
    Se queda pensando y pregunta:
    - Pero... ¿entonces por que la fila tan larga? ¿No es igual a los demás?
    - ¿Sabe que pasa? Los clavos se los robaron todos, el fuego no prende, y cuando llega el diablo en la
    noche, firma y se va.
  7. Pizzeria goge
    Ring, ring.
    ¡Pizzería Goge, buenas noches, dígame!
    - ¿Pizzería qué?
    - Pizzería Goge, señor. ¿Cuál es su pedido?
    - Pero... ¿no es la Pizzería La Mamma?
    - Era, señor, era, Goge ha comprado la pizzería y ahora el servicio es más completo.
    - Estupendo. ¿Puede Usted tomar nota de mi pedido, por favor?
    - Naturalmente, ¿el Señor desea lo de siempre?
    -¿¡Lo de siempre!? ¿Es qué me conoce?
    - Tenemos un identificador de llamadas y, de acuerdo con su teléfono, sabemos que las últimas 53 veces que llamó pidió una pizza mixta de cuatro quesos y calabresa con una cerveza bien fría.
    - ¡Vaya, no me había dado cuenta?! Bien, pues quiero lo mismo.
    - Señor, ¿puedo hacerle una sugerencia?
    - Por supuesto. ¿Tiene una pizza nueva en el menú?
    - No, señor. Nuestro menú es muy completo, pero me gustaría sugerirle la de ricota y rúcula con un botellín de agua de mineralización baja.
    - ¿Ricota? ¿Rúcula?
    ¿Mineralización baja? ¿Pero está Usted loco? Yo odio esas cosas.
    - Pero, señor, son buenas para su salud. Además, su colesterol está por
    las nubes ...
    - ¿Y Usted cómo lo sabe?
    - Mire, señor, nuestra empresa tiene la mayor BASE DE DATOS del planeta. Hemos cruzado su llamada con su nombre y tenemos a la vista la información del laboratorio donde le hacen a Usted las pruebas.
    - ¡Joder con la BASE DE DATOS!, No quiero pizza de queso suave y ensalada para nada, por eso me estoy medicando, y como lo que se me da la gana..., ¿se entera?
    - Señor, lo siento, pero creo que usted no ha tomado su medicina últimamente.
    - ¿Ah sí y cómo lo sabes? ¿Es que por casualidad me estás mirando todo el santo día?
    -¡No qué va!, es que también tenemos la BASE DE DATOS de las farmacias
    de la ciudad. La última vez que compró su medicamento para el colesterol fue hace 3 meses. Y la caja contiene 30 comprimidos.
    - ¡Maldita sea! Es cierto. ¿Y cómo es que también sabes eso?
    - Por su tarjeta de crédito, señor...
    - ¿¡Qué!?
    - Sí, tiene Usted el hábito de comprar sus medicamentos en una farmacia que le ofrece descuentos si se paga con tarjeta de crédito del Banco Arriba las Manos
    Tenemos una BASE DE DATOS de sus gastos con la tarjeta. Hace 3 meses que no ha comprado nada allí, pero, en cambio, sí la utiliza en otros establecimientos, lo cual nos indica que no la ha extraviado.
    - ¿A sí? ¿Y no puedo haber pagado en efectivo en la farmacia?, ¿eh?, ¿eh? A ver
    qué dices a eso, listillo...
    - No es probable, señor. Verá, Usted sólo paga en efectivo 200 semanales a su empleada doméstica, y el resto de sus gastos los hace siempre con tarjeta de crédito.
    - ¡Ay rediez! ¿Y cómo c**... sabéis lo que gana mi mujer de hacer su trabajo?
    - Bien le paga la Seguridad Social ¿no...?
    - ¡Vete a la punta del cerro !
    - Como Usted mande. Lo siento, señor, pero es que todo está en mi pantalla y tengo el deber de ayudarle. Creo que Usted debería volver a programar la consulta con su médico a la que faltó y llevarle los resultados de los exámenes que se hizo el mes pasado, para que le ajuste la medicación.
    - Mira guapete, estoy hasta la coronilla de TI, de los ORDENADORES, de las BASES DE
    DATOS, de INTERNET, de la FALTA DE PRIVACIDAD, del SIGLO XXI, y de este país...
    - Pero, señor..., por favor, no se excite. No le conviene?
    - ¡Cállate de una vez! Mañana mismo me mudo bien lejos de este país. A las Islas Fiji o a cualquier otra parte que no tenga Internet, computadoras, teléfono ni gente vigilándome todo el tiempo...
    - Entiendo, señor...
    - Voy a usar mi tarjeta de crédito por última vez para comprar un billete de avión e irme a los confines del planeta.
    - Perfectamente, señor...,
    - Puede cancelar mi pizza. Ya no la quiero.
    - De acuerdo, señor?, ya la tiene Usted cancelada. Pero si me permite?, una última cosa más, señor...
    -¿¡Y AHORA QUÉ QUIERES!?
    - Solo avisarle, de que tiene su pasaporte caducado.



chistes de conviene

Contar chistes de conviene es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.