Chistes de Desaparecio

Estos son los 11 chistes de desaparecio y más graciosos bromas sobre desaparecio que matan de risa. Lea chistes acerca desaparecio que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de desaparecio para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre desaparecio para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. - Mamá, mamá, mi papá es mago
    - No hijito, es electricista
    - Mamá, mamá, mi papá es mago
    - No hijito es electricista
    - ¡Mamá, mamá, mi papá es mago!
    - Esta bien hijo ¿por qué lo dice?
    - Porque juntó dos cables, ¡echó chispitas y desapareció....!
  2. - Mamá, mamá. papá es mago…
    - No, hijo, es electricista.
    - ¡Qué no!, que papá es mago.
    -¿Por qué dices que es mago si sabes que es electricista?
    - Porqué juntó dos cables, echó unas chispas…¡y desapareció!
  3. Jaimito le dice a su mamá:
    -mamá!!! mamá!!!
    -que pasa hijo?
    -mi papá es mago!!!
    -no hijo tu papá es electricista
    despues de charlar un rato la mamá se enoja por la necedad del niño y dice:
    -a ver jaimito
    ¿porque dices que tu papá es mago?
    y jaimito responde:
    -porque lo vi junto a 2 cables los enchufo y desapareció...
    O_o
  4. Bob marley,Jon lenon y Elvis presley se mueren.
    Suben al cielo y dios les dice:les voy a dar una oportunidad van a bajar a la tierra pero con una condicion cada uno,tu bob marley no volveras a tocar un porro,tu elvis no volveras a tocar la guitarra y tu jon lenon no le volveras a dar por c**... a nadie.
    Cuando estan el la tierra ven un bar y entran atomarse unas cañas. Y al rato elvis ve una guitarra y dice :yo no aguanto,yo no aguanto. Se levanta y cuando la fue a tocar desaparecio.
    Andaban por la calle bob y jon echos polvo caminando, cuando bob ve algo en el suelo, se agacha y dice c**... un porro y desaparesio jon lenon.
  5. Un ateo estaba paseando en un bosque, admirando toda la belleza de la naturaleza .
    - Pero ¡qué árboles majestuosos! ¡Qué poderosos ríos! ¡Qué bellos animales! iba diciendo a medida que caminaba a lo largo del río.
    Luego escucha un ruido en los arbustos detrás de él.
    Se volteó para mirar.
    Fue entonces que vio un enorme oso-pardo caminando en su misma dirección. Se largó a correr lo más rápido que pudo.
    Miró por encima del hombro y vio que el oso estaba demasiado cerca. ¡Aumentó la velocidad!
    Era tanto su miedo que los ojos se le llenaron de lágrimas.
    Fue entonces que se tropezó y cayó desamparado. Rodó por el suelo. Rápidamente, intentó levantarse, pero…
    El oso ya estaba sobre él, procurando agarrarlo con su fuerte pata izquierda y con la otra pata, lo trataba de agredir ferozmente.
    En ese preciso momento, el ateo exclamó: Oh, ¡Dios mío!
    Entonces el tiempo paró. El oso se quedó sin reacción. El bosque se sumergió en total silencio.
    Hasta el río paró de correr. A medida que una luz clara brillaba, una voz venía del cielo diciendo:
    – Tú negaste mi existencia durante todos estos años, enseñaste a otros que yo no existía, y redujiste la creación a un accidente cósmico.
    ¿Esperas que yo te ayude a salir de este apuro?
    ¿Debo esperar que tengas fé en mí?
    El ateo miró directamente a la luz y le dijo:
    – Sería, de hecho muy hipócrita de mi parte, pedir que, de pronto, me pases a tratar como un creyente.
    Más tal vez… ¿pudieras convertir al oso y hacerlo cristiano?
    – Muy bien, dijo la voz. La luz desapareció. El río volvió a correr y los sonidos del bosque regresaron.
    Entonces el oso recogió sus patas, las juntó en actitud de oración, hizo una pausa, bajó la cabeza y dijo:
    Señor, bendice este alimento que ahora me voy a comer. Amén
  6. Estaban Jesús y todo el combo de la última cena de rumba. Cuando estaban todos borrachos jesús se despidió y se montó en su hummer con los doce apóstoles para irse a dormir. En el camino jesús conducía sobre una calle muy vertical a 185 kilómetros por hora, cuando de repente el auto se quedó sin frenos. Judas angustiado le suplicó a su maestro. "Jesús, Jesús, has un milagro" y Jesús se desapareció.
  7. Extractos de la sabiduría de Inodoro Pereyra, el entrañable personaje de Fontanarrosa
    1 - Dígame don Inodoro usted esta con la Eulogia por alguna promesa?
    - Mendieta, uno se deslumbra con la mujer linda, se asombra con la inteligente... y se queda con la que le da pelota.

    2 - Vago no, quizá algo tímido para el esjuerzo.

    3 - Estoy comprometido con mi tierra, casado con sus problemas y divorciado de sus riquezas.

    4 - ¿Y usted cómo se gana la vida?
    - ¿Ganar? ¡De casualidá estoy sacando un empate!

    5 - ¿No andará mal de la vista, don Inodoro?
    - Puede ser, hace como tres meses que no veo un peso.

    6 - ¿Por qué esta agresión gratuita?
    - ¡Mire, si quiere se la cobro!

    7 -Don Inodoro, sabe usté que el pingüino es compañero de una sola pingüina de por vida.
    - ¿Y por que cree que le dicen pájaro bobo?

    8 - Con la verdá no ofendo ni temo. Con la mentira zafo y sobrevivo, Mendieta.

    9 - La historia lo juzgará. Pero tiene el mejor de los abogados: el olvido.

    10 - Eso de "hasta que la muerte los separe" es una incitación al a**....

    11 - Acepto que la Eulogia es fulera, pero es de las que demuestran la belleza por el absurdo.

    12 - Usté no está gorda, Eulogia. Es un bastión contra la anorexia apátrida.

    13 - ¿Puede una persona disaparecer de a pedazos? Porque a la Eulogia le desapareció la cintura.
    14 - Pereyra, míreme a la cara.
    - ¿Por qué este castigo, Eulogia? ¿Por que tanta crueldá?

    15- La Eulogia es, lejos, la mejor prienda que conocí en mi vida. Bien lejos... 20, 30 kilómetros. De cerca es así, jodida...

    16 - La Eulogia es una santa. No como mi cuñada que sufre el Síndrome de la Abeja Reina. Se cree una reina y es un bicho.

    17 - Ahura hay fertilización asistida. Vea el caso de la señora del viejo Aredes. Quedó embarazada. En el pueblo se comenta que al viejo lo ayudaron.

    18- Mire esta vaca, Serafín! Musa inspiradora de miles de composiciones escolares... ¡Y ahora es acusada de traficante de colesterol por el naturismo apátrida! Nos da su leche, su carne, su cuero. Lo quiero ver usté haciéndose una campera de zapayitos!

    19 - La muerte nivela a güenos y malos, don Inodoro. Lo malo es que nivela pa' bajo.

    20 - No tenemos que copiar las cosas malas de ajuera, Lloriqueo. Nosotros tenemos que crear nuestras propias cosas malas!

    21 - Estuvo divertido el pesebre viviente este año, Mendieta.
    - Bien la vaca. Algo sobreactuado el burro.

    22 - Soy crítico meteorológico, señor. La tormenta de anoche. Floja iluminación de los relámpagos, yuvia repetida, escenografía pobre y pésimo sonido de los truenos, en otro fiasco de esta puesta en escena de Tata Dios.

    23 - No me diga que va a barrer, Pereyra! La ultima tarea domestica que ¡hizo jue doblar una serviyeta!
    24 - Yo no quiero ser irrespetuoso, Eulogia, pero lo que ha hecho Tata Dios con usté es abuso de autoridá.
  8. Llega el hijo muy preocupado con su mamá y le dice:
    Mamá, mamá, ¿Mi papá es mago?

    Y la mamá le contesta:
    No hijo, tu papá es electricista.
    El niño insiste con que su papá es mago. De tanto insistir la mamá le contesta enojada: ¿Por qué insistes con que tu papá es mago, hijo?
    Y el niño preocupado le contesta:
    Porque juntó dos cables, salieron chispas y después desapareció.
  9. Un ateo estaba paseando en un bosque, admirando toda la belleza de la naturaleza .
    - Pero ¡qué árboles majestuosos! ¡Qué poderosos ríos! ¡Qué bellos animales! iba diciendo a medida que caminaba a lo largo del río.
    Luego escucha un ruido en los arbustos detrás de él.
    Se volteó para mirar.
    Fue entonces que vio un enorme oso-pardo caminando en su misma dirección. Se largó a correr lo más rápido que pudo.
    Miró por encima del hombro y vio que el oso estaba demasiado cerca. ¡Aumentó la velocidad!
    Era tanto su miedo que los ojos se le llenaron de lágrimas.
    Fue entonces que se tropezó y cayó desamparado. Rodó por el suelo. Rápidamente, intentó levantarse, pero…
    El oso ya estaba sobre él, procurando agarrarlo con su fuerte pata izquierda y con la otra pata, lo trataba de agredir ferozmente.
    En ese preciso momento, el ateo exclamó: Oh, ¡Dios mío!
    Entonces el tiempo paró. El oso se quedó sin reacción. El bosque se sumergió en total silencio.
    Hasta el río paró de correr. A medida que una luz clara brillaba, una voz venía del cielo diciendo:
    – Tú negaste mi existencia durante todos estos años, enseñaste a otros que yo no existía, y redujiste la creación a un accidente cósmico.
    ¿Esperas que yo te ayude a salir de este apuro?
    ¿Debo esperar que tengas fé en mí?
    El ateo miró directamente a la luz y le dijo:
    – Sería, de hecho muy hipócrita de mi parte, pedir que, de pronto, me pases a tratar como un creyente.
    Más tal vez… ¿pudieras convertir al oso y hacerlo cristiano?
    – Muy bien, dijo la voz. La luz desapareció. El río volvió a correr y los sonidos del bosque regresaron.
    Entonces el oso recogió sus patas, las juntó en actitud de oración, hizo una pausa, bajó la cabeza y dijo:
    Señor, bendice este alimento que ahora me voy a comer. Amén
  10. Lo que sigue son declaraciones reales hechas en formularios de seguros de accidentes, donde los conductores trataban de resumir los detalles con el menor número de palabras posible:
    - Volviendo al hogar me metí en la casa que no es y choqué contra el árbol que no tengo.
    - El otro coche chocó con el mío sin previo aviso de sus intenciones.
    - Creía que el cristal de la ventanilla estaba bajado, pero me di cuenta de que estaba subido cuando saqué la cabeza a través de ella.
    - Choqué contra un camión estacionado que venía en dirección contraria.
    - El peatón chocó contra mi coche y después se metió debajo.
    - El tío estaba por toda la calle y tuve que hacer varias maniobras bruscas antes de atropellarlo.
    - Saqué el coche del arcén, miré a mi suegra y me fui de cabeza al terraplén.
    - Tratando de matar a una mosca, choqué contra el poste de teléfonos.
    - Llevaba cuarenta años conduciendo cuando me dormí al volante y tuve un accidente.
    - Para evitar colisionar con el parachoques del coche de delante, atropellé al peatón.
    - Mi coche estaba correctamente aparcado cuando, retrocediendo, le dio al otro coche.
    - Un coche invisible que salió de la nada me dio un golpe y desapareció.
    - Le dije a la policía que no estaba herido, pero cuando me quité el sombrero me di cuenta de que tenía fractura de cráneo.
    - Estaba convencido de que el vejete no llegaría nunca al otro lado de la calzada cuando le atropellé.
    - El peatón no sabía en qué dirección correr, así que le pasé por encima.
    - Vi una cara triste moviéndose lentamente cuando el señor mayor rebotó en el techo de mi coche.
    - La causa indirecta del accidente fue un tipo bajito en un coche pequeño con una boca muy grande.
    - El poste de teléfonos se estaba acercando y, cuando maniobraba para salirme de su camino, choqué de frente.
  11. Un gringo llegó a una posada y le preguntó al posadero, un anciano de 120 años de edad, si tenía un cuarto para pasar la noche.
    Éste le respondió que sólo tenía una habitación en el tercer piso, junto al de su nietecita. Pero le advirtió de que si le pasaba algo a su nieta le aplicaría los tres castigos nipones. El tipo le aseguró que no iba a pasar nada y tomó el cuarto.
    A la hora de la cena bajó por la escalera una dulce japonesita de unos 20 años de edad, muy linda y sensual. Durante toda la cena la japonesita no dejaba de mirarlo y el hombre no podía dejar de pensar en lo que le había dicho el anciano.
    Pero cuando llegó la noche, el gringo no pudo resistir la tentación y entró en el cuarto de la jovencita en el que pasó mucho, pero que mucho tiempo.
    Cansado volvió a su cuarto a descansar y quedó profundamente dormido tras tanto ajetreo.
    A la mañana siguiente, al despertar, se encontró con una roca inmensa encima de su cuerpo con un papel que decía: PRIMER CASTIGO NIPON: roca de 50 kilos encima del cuerpo.
    El tipo sonrió y pensó que si eso era lo peor que podía hacer el pobre anciano no iba a haber mayor problema.
    Se levantó, cargó la roca y la arrojó por la ventana. Fue entonces cuando vió otro papel en el marco de la ventana que decía: SEGUNDO CASTIGO NIPON: roca amarrada a testíc**... derecho.
    El gringo al ver como desaparecía la cuerda que amarraba la roca no se lo pensó dos veces y se tiró por la ventana. Mejor un par de huesos rotos que un huevo menos, pensó.
    Pero cuando caía por el segundo piso pudo leer un gran cartel en la fachada que decía: TERCER CASTIGO NIPON: huevo izquierdo amarrado a la pata de la cama.



chistes de desaparecio

Contar chistes de desaparecio es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.