Chistes de Duermete
Estos son los 6 chistes de duermete y más graciosos bromas sobre duermete que matan de risa. Lea chistes acerca duermete que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de duermete para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre duermete para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- ¡Mamá, en el colegio me dicen anormal!
No te preocupes hijo, cierra tus tres ojos y duérmete. - Llega un día Pepito y le dice a la mamá: ¡Mamá!, ¡Mamá! fíjate que en el colegio me dicen monstruo y le dice la mamá: ¡Ya cierra tus tres ojos y duérmete!
- Un matrimonio ya acotado después de un agotador día de trabajo..
El le pregunta: mi amor ¿tú me quieres?
Ella. Sí.
El. ¿Cuanto?
Ella. Mucho
El. ¿Hasta dónde?
Ella. ¡Hasta mañana! ¡Ya duérmete! - Era un hombre, que a las 4 de la mañana llega a su casa, y la mujer le dice:
No te da vergüenza, venir tan tarde, y encima borracho, anda y duérmete ya.
Y así pasa varios días, y al sexto día le dice la mujer:
¡Otra vez!
Te lo juro que ya no bebo más, le dice el hombre.
Y al otro día pasa lo mismo, y le dice la mujer al hombre:
¿Conque decías que no ibas a beber más? ¿no?
Y dice el hombre:
¡Te lo juro que no he bebido más, he bebido lo mismo! - En un lugar de la selva se encontraba un anciano con su nieto una noche cualquiera, en esto se había ido la luz, de pronto al abuelo le da por fumar, pero el problema era que no tenía encendedor o fósforo. Entonces le dice al nieto que le vaya a comprar. El chiquillo va pero no encuentra nada, entonces el abuelo le dice está bien cierra la puerta, apaga la vela y duérmete.
- El apasionado marido La señora, medio dormida en su cama, escucha cuando llega su marido del trabajo y siente como él la acaricia suavemente, casi de manera furtiva, como recorriendo suavemente la periferia de su cuerpo. Ella siente cómo su cuerpo reacciona inmediatamente a las caricias. El marido toma sus manos y las recoge, mete una de sus manos por su espalda y llega atrevidamente hasta sus redondeces.
En este momento, la señora está que arde, jadeante y deseosa. Entonces, sus piernas son abruptamente levantadas. La mujer siente que la pasión perdida por años ha regresado y le encanta sentir cómo su hombre apoya sobre ella todo su peso. La enerva sentir en su nuca el aliento calido de su marido. Ella se prepara, levanta las caderas; separa y flexiona sus piernas y se dispone a ser tomada, cuando de pronto su marido suelta sus piernas, gira sobre sí mismo y se acomoda en su lado de la cama.
La mujer, asombrada y respirando hondamente pregunta: -¿Qué pasó?
Él responde: - Ya.
- ¿Ya qué, grandísimo c**...?
- Ya duérmete, mi cielo. Ya encontré el mando de la tv.