Chistes de Extender

Estos son los 4 chistes de extender y más graciosos bromas sobre extender que matan de risa. Lea chistes acerca extender que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de extender para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre extender para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. ¿Sabes cuál es el virus mas extendido del mundo?.
    El Sistema Windows.
  2. En el patio de butacas de un teatro, hay un atlante sentado ocupando cinco sitios:
    Las piernas en alto, apoyadas en los asientos de adelante, los brazos extendidos en los asientos del lado. Un acomodador se le acerca, le ilumina con la linterna y le dice con voz sarcástica:
    ¡Que! ¿Está cómodo?
    El atlante le responde:
    ¡Que cómodo, ni que cómodo, bandarra! ¡Llame a una ambulancia, que me he caído del palco!
  3. Un cura estaba limpiando el altar en su iglesia cuando entra un hombre con cara de asombro y se queda plantado delante de la estatua del Santo Padre con la mano extendida. El cura, entre preocupado e indignado, sigue con sus quehaceres sin quitar el ojo al molesto personaje, y así pasa el tiempo. Al cabo de una hora el hombre con gesto de enfado susurra a la estatua:
    Por favor, date prisa que llego tarde.
    El cura no puede más y totalmente enfadado increpa al hombre:
    Pero desdichado, ¿Qué estás haciendo?
    A lo que el hombre responde:
    Mire, a mí déjeme en paz, yo lo único que hice fue dar una lismona al pobre de la entrada y él me respondió Dios se lo pagará, y a eso vengo.
  4. Un pobre hombre estaba acostado en su cama, con una enfermedad terminal, le quedaban pocas horas de vida.
    De repente huele el aroma de los tamales recién hechos, fresquitos.
    Para él no había nada mejor en el mundo que los tamales de su mujer Chepa.
    Haciendo un esfuerzo sobrehumano, baja las escaleras y, dirigiéndose al comedor, empieza a percibir el vapor que lleva el aroma a masa de maíz, carne de cerdo y pollo que desde la cocina emanaba.
    Llega hasta la mesa de madera donde se encontraban extendidos los suculentos tamales y toma uno viendo que sus esfuerzos habían valido la pena, sería como su último deseo, cuando repentinamente... zuácate... siente un fuerte golpe de cucharón en la cabeza que merma sus
    facultades y casi lo hace caer presa de la debilidad en sus piernas.
    Tratando de no desplomarse al suelo hace un giro por voltear la vista, alcanza a ver a su mujer con un cucharón de hierro en la mano, diciéndole:
    Ni se te ocurra, carajo ....! son pa'l velorio...!