Chistes de Fiscala

Estos son los 15 chistes de fiscala y más graciosos bromas sobre fiscala que matan de risa. Lea chistes acerca fiscala que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de fiscala para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre fiscala para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Llega el juez que preside la audiencia.
    En ese momento, el fiscal se levanta y le grita al abogado defensor:
    - ¡Es usted un sinvergüenza!
    El abogado defensor le responde gritando:
    - ¡Y usted es un ladrón!
    El Juez toma asiento y tranquilamente dice:
    - Bueno, ya que ambas partes se han identificado plenamente, podemos dar inicio a la audiencia.
  2. Juicio a un Lepero Se juzga a un lepero y dice el fiscal al acusado:
    - A ver, ¿por qué disparó dos tiros contra su suegra?
    - ¡Por qué no tenía mas balas!
  3. En un juicio dice el fiscal:
    - Miren al acusado: su mirada esquiva, su frente estrecha, sus ojos hundidos, su aspecto siniestro...
    Y el acusado le interrumpe diciendo:
    - Pero bueno, ¿me van a juzgar por asesino o por feo?.
  4. En un juicio dice el fiscal:
    Miren al acusado, su mirada torva, su frente estrecha, sus ojos hundidos, su apariencia siniestra.
    Y el acusado interrumpe:
    Pero bueno, ¿Me van a juzgar por asesino o por feo?
  5. Una mujer estaba en un juicio cuando el fiscal le pregunta:
    ¿Después de haber envenenado a su esposo, no le dio remordimiento?
    Sí, cuando me pidió otro plato de guiso.
  6. En un juicio va el fiscal y le pregunta al acusado:
    ¿Mató usted a la victima?

    No.
    Le recuerdo que está usted bajo juramento, ¿Sabe cuál es la pena por perjurio?
    Sí, pero es que es mucho menor que por a**....
  7. Una abogada le dice al fiscal:
    -Quería hacer un trato para mi cliente, el inocente.

    -Su cliente es culpable.¿Comó dice qué es inocente
    -Sí,el inocente es culpable de haber caído en mis manos.
  8. Interrogando al acusado En un juicio el fiscal interroga al acusado:
    - Díganos, ¿mató usted a la víctima?
    - No.
    - Le recuerdo que está usted bajo juramento. ¿Sabe cuál es la pena por perjurio?
    - Pues no, pero seguro que es menor que por a**....
  9. Están juzgando a un hombre por a**... múltiple:
    Habla el fiscal:
    - Vean, señores del jurado, a este hombre frío y cruel que asesinó a su esposa, a sus hermanos y a sus padres. Pido para él la pena máxima.
    A continuación habla el abogado defensor:
    - Señoras y señores del jurado les pido que tengan clemencia para este pobre huerfanito
  10. Un hombre fue citado para una investigación fiscal del Ministerio de Hacienda. Asustado, preguntó a su contador de qué manera vestir.
    - ¡Usá harapos!, "que piensen que sos mendigo" - replicó el contable.
    Cuando preguntó a su abogado, éste le dio exactamente el consejo contrario:
    - ¡No dejes que te intimiden! ¡Usá tu traje y corbata más elegante!
    Confundido, el hombre se va a la Iglesia con el sacerdote, y le cuenta los dos consejos opuestos y le pide su opinión. Y le dice el Sacerdote:
    - Déjame contarte una historia: Una mujer, a punto de casarse, le preguntó a su madre que ponerse en su noche de bodas. "Ponte una bata pesada, de franela, que te llegue al cuello" le dijo la madre. Cuando preguntó a su mejor amiga, esta le dio el consejo opuesto:
    "Ponte el negligé más pequeño y transparente que puedas encontrar y con un escote que te llegue hasta el ombligo".
    - ¿Pero Padre, que tiene que ver eso con mis impuestos?
    El sacerdote le contesta:
    - No importa como vistas hijo mío, hagas lo que hagas y te vistas como te vistas... Te van a coger!
  11. En una sala del juzgado, viene entrando el Juez para dar inicio a una audiencia.
    En ese momento, el fiscal se levanta y le grita al abogado defensor:
    ¡Es usted un sinvergüenza!
    El abogado defensor le responde gritando:
    ¡Y usted es un ladrón!
    El Juez toma asiento y tranquilamente dice:
    Bueno, ya que ambas partes se han identificado plenamente, podemos dar inicio a la audiencia.
  12. Durante un juicio por corrupción política, el fiscal interroga al testigo:
    ¿Es cierto que Ud.
    recibió una cantidad muy importante de dinero para obstruir la investigación?
    El testigo con la mirada perdida se mantenía en silencio.
    El fiscal creyendo que no le había oído repite la pregunta:
    ¿No es cierto que Ud. recibió una cantidad muy importante de dinero para obstruir la investigación?
    El testigo con la mirada perdida seguía en silencio.
    Finalmente el juez se dirige al testigo:
    Por favor, responda a la pregunta.
    ¡Oh!, perdón creí que el fiscal se dirigía a usted, Sr. Juez.
  13. Una vez acabado el año fiscal, la Agencia Tributaria envió un inspector de Hacienda para auditar los libros de una sinagoga. Mientras los iba comprobando, se giró hacia el rabino y le dijo:
    - Observo que compraron un montón de cirios. ¿Qué es lo que hacen con los restos de cera que gotean?
    - Buena pregunta -dijo el rabino-. Las vamos guardando y las devolvemos al fabricante, y de vez en cuando ellos nos envían gratis una caja de cirios.
    - ¡Oh! -respondió el inspector, algo decepcionado con que su insólita pregunta hubiese tenido una respuesta tan buena, pero continuó con sus odiosas maneras-. ¿Qué me puede decir sobre sus compras de galletas? ¿Qué hacen con las migajas?
    - Ah, sí -respondió el rabino, dándose cuenta de que el inspector estaba intentando ponerle en un aprieto con su absurda pregunta-, las recogemos y las devolvemos a los fabricantes, y de vez en cuando nos envían gratis una caja de benditas galletas.
    - Ya veo -respondió el inspector, estrujándose el coco para ver como podía sacar de quicio al sabelotodo del rabino-. Bien, rabino, y entonces ¿qué es lo que hacen con los prepucios que van quedando de las circuncisiones que llevan a cabo?
    - Pues aquí tampoco desperdiciamos nada -respondió el rabino-. Lo que hacemos es irlos guardando y enviarlos a la Agencia Tributaria, y de vez en cuando, una vez al año más o menos, ellos nos envían un capullo completo.
  14. Un hombre fue citado para una investigación fiscal de Hacienda.
    Asustado, le preguntó a su contable de qué manera vestirse.
    - Usa harapos, para que piensen que estás en la ruina, replicó el contable.
    Cuando le preguntó a su abogado, éste le dijo exactamente lo contrario:
    - No dejes que te intimiden, usa tu mejor traje y corbata más elegante.
    Una buena presencia da credibilidad y ayudará a entablar una relación más amistosa con el inspector.
    Confundido, el hombre decide preguntar a su mujer, le cuenta de los dos consejos opuestos y le pide su opinión.
    - Déjame contarte una historia -dice la señora
    - Cuando estaba a punto de casarme contigo, le pregunté a mi madre qué ponerme la noche de bodas y me dijo:
    - Ponte una bata pesada, de franela, que te llegue al cuello, ello hará que te respete.
    Pero cuando le pregunté a mí mejor amiga, me dio otro consejo opuesto:
    - Ponte el negligé más pequeño que tengas, transparente y con un escote que te llegue hasta el ombligo, eso hará que te desee y afianzará vuestro amor.
    El hombre protestó:
    - Pero mi amor, ¿qué tiene que ver eso con mis impuestos?
    - Pues que no importa como te vistas, te van a f**... igual.
  15. Pregunta el fiscal:
    -¿No es más cierto que usted el día de los hechos se cagó en los muertos del denunciante, en toda su p**... familia, en la p**... de su madre y en el hijo de p**... de su padre, al igual que en toda la corte celestial?
    Respuesta del acusado:
    -No, es falso... yo estaba tranquilamente trabajando en la fundición y entonces le dije:
    "Antonio, por Dios, ¿no te das cuenta de que me has echado todo el acero fundido por la espalda y que es una sensación muy desagradable?"



chistes de fiscala

Contar chistes de fiscala es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.