Chistes de Garras

Estos son los 5 chistes de garras y más graciosos bromas sobre garras que matan de risa. Lea chistes acerca garras que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de garras para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre garras para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. -¡Ringgggg!, ¡ringgggg!.
    - Farmacia Garrido, ¿dígame?.
    - Perdón señor, pero? ¿qué tengo que hacer con los supositorios que me han recetado?.
    - Metérselos por el c**....
    - ¡Vaya, menudo carácter tiene usted!.
  2. Estaba el tigre en un claro del bosque limando sus afiladas garras. De pronto aparece el monito y le pregunta:
    ¿Qué haces tigre?
    A lo que el tigre responde:
    Aquí estoy afilándome las uñas porque pienso destronar al león, rey de la selva a mí, ja, ya va a ver el amarillito ese, lo voy a dejar hecho un estropicio, gatito faldero, vas a ver monito, vas a ver cuando lo agarre.
    A todo esto, el monito (muy alcahuete del león) va y le cuenta todo al rey de la selva. El león enfurecido va en busca del tigre y al encontrarlo le increpa con un temible rugido.
    ¿Qué diablos haces con esa lima tigrecito?
    ¡Aquí ando, trabando de loca nomás!
  3. Pues llega un famoso circo al pequeño poblado, y su gran atractivo era el hombre que se hacia animal. Llegado el día de la primera función del circo, el lugar estaba lleno y empieza la función, se apagan todas las luces del escenario, menos una que era la que alumbraba al maestro de ceremonias y empezó a hablar:
    Señoras y señores bienvenidos al mejor circo del mundo.
    Toda la concurrencia aplaude, y el maestro de ceremonias continua:
    Este es el único circo en el mundo que les presentará frente a sus ojos al único hombre que se hace animal, y la concurrencia toda emocionada aplaude aún más fuerte. Pero primero tendremos a nuestros equilibristas; pues salen los equilibristas al escenario, hacen su número. Vuelve a salir el maestro de ceremonias y después anuncia el acto de los leones, y así sucesivamente todos los actos del circo, hasta que llegan al acto más esperado de todos: El hombre que se convierte en animal. Las luces se apagan, de repente aparece una silla de color oro en el centro del escenario, sale un personaje vestido con pantalones de mezclilla, una camisa verde de manga corta y en sus manos traía una bolsita de plástico. Llega al centro de la pista, se acomoda se sienta en su silla, extiende una mano y saca de la bolsita de plástico una cajetilla de cigarros, enciende uno y se pone a fumar. Los comentarios de los asistentes no se hicieron esperar, entre lo que se podía escuchar era: Mira, ya le esta saliendo pelo de las manos te fijas como ya le están empezando a salir garras. Y un sin fin de comentarios más; mientras tanto el señor seguía sentado fumando, cuando se acabó su cigarro sacó un refresco de la bolsita y se lo empezó a tomar. así pasaron los minutos, y las horas; el señor fumaba y tomaba soda. Llegó un momento en que el publico se empezó a desesperar, pero pacientemente aguardaban ya que aquello sería un acto único. Llegó un momento en que fue tanta la desesperación que un asistente se levantó del publico después de varias horas, y grito:
    ¡Ese hombre se está haciendo buey!
    Ahí lo tienen señoras y señores el único hombre que se convierte en animal.
  4. Era una vez un tigre que quería, a como diera lugar, ser el rey de la selva. Un día el tigre se estaba limando las garras para "pelear" con el león.
    Sale una cebra y le dice:
    ¿Por qué te estás limando las garras?
    Y dice el tigre:
    Para que el león sepa que, yo soy el rey de la selva.
    Dice un oso:
    ¿Por qué te estás limando las garras?
    Dice el tigre:
    Para que el león sepa que, yo soy el rey de la selva.
    Dice una jirafa:
    ¿Por qué te estás limando las garras?
    Dice el tigre:
    Para que el león sepa que, yo soy el rey de la selva.
    De repente sale el león, y va donde el tigre y le dice:
    ¡Oye tigre! ¿Por qué te estás limando las garras?
    Dice el tigre:
    ¡Ay, pacaterías mías nomás!
  5. Un día en la selva se encontraba un lorito arriba de un árbol y cantando repetía:
    ¡Yo soy el rey de la selva!
    Y después de varios minutos lo escuchó el león, éste, muy enojado se lanzó sobre el lorito y con sus garras lo golpeó, tirándolo y dejándolo muy mal herido en pleno suelo. Por ahí pasaron unos ecologistas que lo levantaron y para curarlo lo metieron en una jaula. El lorito despertó y al verse tras las rejas exclamó:
    ¡Que paliza le habré dado al león que me pusieron tras las rejas!