Chistes de Gelatina

Estos son los 14 chistes de gelatina y más graciosos bromas sobre gelatina que matan de risa. Lea chistes acerca gelatina que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de gelatina para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre gelatina para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Que le dice el platano a la gelatina?¿
    Aun no me he desnudado que ya tiemblas.
  2. ¿Qué le dice un plátano a una gelatina?
    - Ay!! Aún no me he desnudado y ya estás temblando!!
  3. Gelatina Señorita:
    - ¿Qué opina usted sobre la gelatina?
    - Bueno en realidad no sé qué decir. En mi escuela sólo conocí la "Y"
    griega y la "I" latina, pero la "G" latina nunca supe de ella, a lo
    mejor no fui ese día a clase
  4. Letras
    Hija: Mamá, mamá, hay gelatina
    Madre: No hija, solo hay i latina e y griega
  5. ¿Qué le dijo un plátano a una gelatina?
    Todavia no me desnudo y ya estas temblando.
  6. ¿Qué le dice la cuchara a la gelatina?
    No tiembles cobarde.
  7. Un día Pepito le pregunta a su mamá:
    ¿Oye mamá hay gelatina?

    La mamá dice:
    Gelatina, gelatina, no Pepito nada más hay i latina.
  8. ¿Qué le dijo el cuchillo a la gelatina?
    No tiembles cobarde.
  9. Maripily Le dice el hijo a Maripily.
    -Mami, ¿hay gelatina?
    Y Maripily responde:
    -Que yo sepa hay i latina, i griega, pero, ¿G latina?, no, de eso no hay.
  10. ¿Qué le dice la cuchara a la gelatina?
    - ¡¡Porque tiemblas cobarde!!
  11. Mamá, ¿hay gelatina?
    - No hija, sólo existe la I latina y la Y griega.
  12. Sabes que ya estás viejo cuando:
    Te empieza a gustar la música de acordeón.

    Sentado en una banca del parque, un boy scout viene y te ayuda a cruzar las piernas.
    Cuidar tu jardín se convierte en la parte más importante de tu vida.
    Siempre buscas en la radio, la estación de música suave.
    Estás dormido, pero tu familia se preocupa que puedas estar muerto.
    Prendes las velas de tu pastel de cumpleaños y unos indios forman un circulo alrededor y empiezan a cantar kumbaya.
    Tu compañía de seguros te manda su calendario de cortesía, mes por mes.
    En las cafeterías, te quejas que su gelatina es muy dura.
    Tu sillón tiene más opciones que tu automóvil.
    Te toma un par de intentos pasar unas boyas en la calle.
    Te cansas caminado las escaleras hacia abajo.
    Empiezas tus oraciones con, en esta época.
    Volteas a ambos lados antes de cruzar un salón.
    Llegas a la conclusión que tu peor enemigo es la gravedad.
    El número de tu licencia de manejo tiene 2 dígitos.
    La gente llama por teléfono a las 9:00 p.m. y preguntan, ¿Te desperté?
    Vas a una fiesta en un jardín y te interesa más el jardín.
    Te das cuenta que tu boca promete cosas que tu cuerpo no puede cumplir.
    El mesero te pregunta cómo quieres tu carne cocinada y tú contestas en pedacitos.
    Una estampilla de correo, ahora cuesta más que cuando ibas al cine de pequeño.
    Tus juguetes de la infancia están en un museo.
    La mayoría de tus compañeros de trabajo nacieron el mismo año de tu último ascenso.
    La ropa que guardaste hasta que volviera estar de moda, está de moda otra vez.
    Todas tus películas favoritas volvieron a salir en color.
    Tienes más cabello en tu nariz y orejas que en la cabeza.
    Tu auto que compraste nuevo, es ahora de colección.
    Usas calcetines negros con pantuflas.
  13. Sabes que ya estás viejo cuando:
    Te empieza a gustar la música de acordeón.

    Sentado en una banca del parque, un boy scout viene y te ayuda a cruzar las piernas.
    Cuidar tu jardín se convierte en la parte más importante de tu vida.
    Siempre buscas en la radio, la estación de música suave.
    Estás dormido, pero tu familia se preocupa que puedas estar muerto.
    Prendes las velas de tu pastel de cumpleaños y unos indios forman un circulo alrededor y empiezan a cantar kumbaya.
    Tu compañía de seguros te manda su calendario de cortesía, mes por mes.
    En las cafeterías, te quejas que su gelatina es muy dura.
    Tu sillón tiene más opciones que tu automóvil.
    Te toma un par de intentos pasar unas boyas en la calle.
    Te cansas caminado las escaleras hacia abajo.
    Empiezas tus oraciones con, en esta época.
    Volteas a ambos lados antes de cruzar un salón.
    Llegas a la conclusión que tu peor enemigo es la gravedad.
    El número de tu licencia de manejo tiene 2 dígitos.
    La gente llama por teléfono a las 9:00 p.m. y preguntan, ¿Te desperté?
    Vas a una fiesta en un jardín y te interesa más el jardín.
    Te das cuenta que tu boca promete cosas que tu cuerpo no puede cumplir.
    El mesero te pregunta cómo quieres tu carne cocinada y tú contestas en pedacitos.
    Una estampilla de correo, ahora cuesta más que cuando ibas al cine de pequeño.
    Tus juguetes de la infancia están en un museo.
    La mayoría de tus compañeros de trabajo nacieron el mismo año de tu último ascenso.
    La ropa que guardaste hasta que volviera estar de moda, está de moda otra vez.
    Todas tus películas favoritas volvieron a salir en color.
    Tienes más cabello en tu nariz y orejas que en la cabeza.
    Tu auto que compraste nuevo, es ahora de colección.
    Usas calcetines negros con pantuflas.
  14. estaba jaimito y lo pusieron a vender gelatinas y como no sabia decir gelatinas decia jalen jalen despues lo pusieron a vender melones y como no sabia decir decia melos melos despues vendio huevos y si sabia decir y ya estaba huevos huevos y despues lo pusieron a vender todo y decia jalen jalen melos melos huevos huevos sigueme en facebook @karen romms



chistes de gelatina

Contar chistes de gelatina es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.