Chistes de Genitales

Estos son los 5 chistes de genitales y más graciosos bromas sobre genitales que matan de risa. Lea chistes acerca genitales que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de genitales para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre genitales para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. - Doctor, tengo un terrible dolor en los GITANALES.
    - Serán los GENITALES, ¿no?
    - Ah, yo es que, como los veo tan morenitos y con el pelo rizado...
  2. Esto es un flacucho, que está meando, y al lado se le pone un cubano de 2,15 metros. El flacucho le dice:
    - ¡Hola! ¡Soy Anacaldo!
    Entonces el cubano lo mira y le dice:
    - Eres un enclenque, yo mido 2,15 metros, el tamaño de mis bíceps es de 50 cm, mis genitales pesan 4 kilos y medio, el pene me mide 1,23 metros y soy luchador de la WWE. Mi nombre es Dante LaPuerta.
    Entonces el flacucho se desmaya y el cubano le empieza a dar aire con la mano, a lo que va y le dice el flacucho:
    - ¿Me puedes repetir lo último que has dicho lentamente?
    - Claro: Soy luchador de la WWE. Mi nombre es Daantee LaaPueerta.
    - ¡Uff! Me pensaba que habías dicho ¡"Date la Vuelta"!
  3. Va tarzán colgándose por las lianas y de repente se cae y pierde los ojos, un brazo y los genitales...
    entonces decide ir a la enfermería de la selva, y como no tienen muchos recursos, le ponen ojos de águila, un brazo de gorila y una trompa de elefante ahí abajo.
    A la semana siguiente vuelve a la enfermería a contarle al médico que tal le ha ido.
    -Bueno, le dice el doctor, ¿Que tal los implantes?
    -Los ojos son una maravilla, veo mejor que nunca, son fantásticos, el brazo de gorila es una pasada, me agarro a las lianas con una facilidad asombrosa, lo peor es la trompa, que todo lo que pilla me lo va metiendo por atrás.
  4. La cosa es que llega un gringo a C.R se baja del avión y ve un cartel que dice veterinaria y se mete porque no sabe que es y ve un pollito y lo compra.Llega el día en que el gringo se tiene que ir va montado en el avión que no había despegado y lo ve la azafata y le dice en este vuelo no se permiten animales el gringo se baja y deja el pollito ahí pero el pollito le hace una cara hermosa entonces el gringo se lo mete entre los genitales el avión despega y el se sienta ala par de una monja el gringo se duerme y la monja va leyendo la Biblia y ve q al gringo se le mueve algo se acerca la Biblia al gringo le sale un pico y se acerca mas la Biblia v q se le sale una cabeza y la monja no aguanta despierta al gringo y le dice señor señor mire yo no se mucho de eso pero parece q se le rompió un huevo
  5. Dos curas estaban hospedados en un convento para participar en un gran evento religioso. Para no incomodar a las hermanas residían allí, los padres salían poco de su cuarto y tomaban el baño muy tarde, para no encontrarse con ninguna monja. Una noche, salieron de su cuarto a tomar el baño y, ya estando allí, se dieron cuenta de que no había jabones.
    Entonces uno de ellos dijo:
    -Yo tengo jabones en mi cuarto. Voy a buscarlos.
    Pensando en ganar tiempo y sin imaginar que pudiera aparecerse alguien a esas horas, el padre fue a buscar los jabones completamente desnudo. Ya en su cuarto, tomó dos jabones, uno en cada mano, y se dirigió al baño, donde lo esperaba el otro padre. A mitad del corredor, se encontró con tres monjas que se quedaron perplejas. Como no había donde esconderse, el padre se pegó a la pared y se quedó inmóvil, como una estatua. Las tres hermanas se acercaron a la estatua, admirando la perfección de la obra, hasta que una de ellas llevó una mano a los genitales y jaló el miembro del padre, que, asustado, dejó escapar un jabón. La segunda monja exclamó:
    -¡Madre mía! ¡Es una estatua distribuidora de jabones! Las hermanas se quedaron maravilladas y, para comprobarlo, la otra hermana también jaló del miembro del padre, que inmediatamente soltó un jabón más. Entonces, la tercera monja repitió la operación y no vio ningún jabón. Intentó jalar una vez más ¡y nada! Otra vez y otra vez, todo para recibir un jabón, y nada. Hasta que gritó, llena de entusiasmo:
    -¡Hermanas, la estatua también suelta shampoo!!!