Chistes de Heces

Estos son los 7 chistes de heces y más graciosos bromas sobre heces que matan de risa. Lea chistes acerca heces que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de heces para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre heces para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Un señor va al médico y después de ser reconocido este le dice:
    - Para completar el reconocimiento necesito una muestra de o**..., una de s**... y una de heces para la analítica.
    A lo que responde el señor:
    - Pues aquí le dejo mis calzoncillos.
  2. Va un perro y se le cae un huevo sigue andando y se le cae el otro huevo ¿te a heco gracia? no pues el perro se descojono
  3. Va un tio al médico y este, tras examinarlo le dice:
    - Bueno, pues habrá que hacerle un análisis de o**..., de s**... y de heces.
    A lo que el otro responde:
    - Mire, aquí le dejo mis calzoncillos, que tengo prisa.
  4. ESTA PEPITO VENDIENDO HUEVOS Y LA DICE UNA SEÑORA OYE VE A VENDER HUEVOS AFUERA DE LA CATEDRAL
    SIIIIIIP
    Y EMPIEZA PEPITO HUOVOS DE HARINA HUEVOS DE CONFETI Y SALE EL OVISPI SAQUEN A HECE NIÑO DE LOS HUEVOS DICE PEPITO NOOOOOOOO MEJOR DE LOS PELOS
  5. ¿Por qué los hombres se hacen análisis de heces fecales?
    Para saber la clase de m**... que son.
  6. Estaba un niño jugando con un globo, y se le cayó en el inodoro. Como le dio asco meter la mano, perdió las ganas de seguir jugando y el muy caradura dejo el globo ahí mismo. Un rato después, llega el padre del muchacho, con ganas de echarse una suculenta cagada de aquellas con el diario del domingo en sus manos y no se da cuenta del globo que su hijo ha dejado y se sienta.
    Dos horas después, ya leído todo el diario y sus suplementos, el tipo se levanta y ve el inodoro con m**... hasta el borde.
    - ¡Por Dios! ¡Como he cagado! ¡Menudo montón de m**...!
    Asustadísimo, corre al teléfono y llama a su medico. El medico no puede creer lo que esta escuchando, y avisa que va inmediatamente a ver el caso “insitu”. Cuando llega a la casa, el doctor es llevado a ver la evidencia. Y también se asusta.
    - ¡No joda! Pero si la cagada ha llenado todo el inodoro, eso es lo que se llama un infarto anal. Seguro que te ensuciaste todo el c**....
    - Sin bromas, Doctor. Estoy desesperado, ¿que es lo que tengo?
    - Todavía no lo sé. Necesito examinar las heces.
    El medico saca una espátula de su maletín para colectar un poco de materia fecal. Pero apenas toca la montaña de m**..., el globo explota y vuela m**... para todos lados. Estupefacto, el medico mira a su paciente, totalmente cubierto de m**... y dice, expresivo:
    - Sinceramente, he visto muchas cosas en mi vida… pero… un p**... con cáscara es algo que me supera!
  7. Un matrimonio tenía un hijo de 5 años y todavía no lo habían educado, hacía sus necesidades en cualquier lado, pero como habían invitado a la madrina del niño a almorzar, comenzaron un día antes a instruir al niño para que no miraran que era mal educado, entonces le dijo su mamá:
    Hijito, cuando tengas ganas de hacer pu, pu, dime mamá quiero cortar flores, entonces al siguiente día llegó la madrina, y al niño le dan ganas de pu, pu, y llega donde su mamá y le dice:
    Mamá, quiero cortar flores.
    Entonces, la mamá lo llevó al baño, pero la mamá lo dejó en el baño y se fue a atender a la comadre, y al rato llega el niño con las heces en la mano y le dice:
    Mamá, ¿Dónde pongo el florero?



chistes de heces

Contar chistes de heces es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.