Chistes de Limite

Estos son los 11 chistes de limite y más graciosos bromas sobre limite que matan de risa. Lea chistes acerca limite que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de limite para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre limite para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Gran orgía - ¿Te vienes a una orgía esta noche? Va a ser increíble s**... desenfrenado placer sin límites.
    - ¿Cuánta gente habrá?
    - Pues si te traes a tu mujer seremos tres.
  2. A pocas horas del examen de Mates DE LÍMITES - Ei, ¿qué tal llevas el exámen?
    - Buff , pues al límite.
    - Bueno, pues ya verás como apruebas.
    - Si, salvo que la profesora me ponga en el exámen que tienda a 0
  3. Un oficial de carretera detiene un automóvil
    ¡Señorita, ha rebasando el límite de la velocidad permitida!
    Por favor oficial, déjeme ir. Soy maestra
    ¿Maestra? ¡Que bien!
    Lo hubiera dicho antes, he esperado esto toda mi vida. A ver, escriba mil veces:
    No debo rebasar el límite de velocidad permitida
  4. Se abre el telón y aparece una mesa con un motón de libros puestos en posición vertical, ¿cómo se llama la película?
    Límite vertical.
  5. Una madre al límite de su paciencia llama a su hijo:
    - ¡Baaaasta!
    ¡Como no deje de oír de una vez el tic-tic-tic del teclado, voy a volverme completamente chalada!
    - ¡Pero mamá -protesta el niño-, si hace una hora que he dejado de teclear...!
  6. En cierta ocasión estaba un policía en su motocicleta, listo para corretear a cualquiera que quisiera violar los límites de velocidad.
    En ese instante pasa una mancha roja a toda velocidad, el agente de seguridad se prepara para ejecutar la persecución, acelera la motocicleta y está por alcanzar el vehíc**..., cuando éste entra a un callejón sin salida, y se estrella con una pared.
    El policía se baja de su moto y se dispone a hacer la inspección.
    A ver, no tiene placas de identificación, ni siquiera parabrisas, ni vidrios, no tiene bolsas de aire, y no logro ubicar el volante de dirección, bueno muchacho y tú, ¿De dónde sacaste este vehíc**...?
    El muchacho adolorido le responde:
    ¡De, de, de la montaña rusa!
  7. Ancianitas en un convertible:
    Iban dos ancianas en un convertible en la carretera 110.
    Después se metieron en la carretera 5. De repente se dieron cuenta que iban seguidas por un carro de policía y el oficial les pide detenerse. El oficial les pregunta:
    ¿Saben por qué las paré?
    La anciana que iba conduciendo respondió:
    No, no sé porque nos paró.
    La razón por qué las paré fue porque el límite de velocidad en esta carretera es 65 millas por hora, y ustedes iban a 5 millas por hora, dijo el oficial.
    Entonces, la anciana le dijo al oficial:
    Ah, yo creí que en esta carretera se tenía que conducir a 5 millas por hora.
    El oficial le respondió:
    Me temo que le tengo que dar una infracción.
    Cuando el oficial le entregó la infracción a la anciana notó que ambas ancianas tenían el cabello alborotado y les pregunta:
    Una última pregunta, solo por curiosidad, ¿Por qué las dos tienen el cabello tan
    alborotado?
    Y contesta la anciana:
    No oficial, pues fíjese que acabamos de salirnos de la carretera 110.
  8. El diario de ella:
    -El sábado por la noche lo encontré raro.

    Habíamos quedado en encontrarnos en un bar para tomar una copa. Estuve toda la tarde de compras con unas amigas y pensé que era culpa mía porque llegué con un poco de retraso a mi
    cita, pero él no hizo ningún comentario.
    La conversación no era muy animada, así que le propuse ir a un lugar más íntimo para poder charlar más tranquilamente. Fuimos a un restaurante y él se seguía portando de
    forma extraña. Estaba como ausente.
    Intenté que se animara y empecé a pensar si sería por culpa mía o por cualquier otra cosa. Le pregunté y me dijo que no tenía que ver conmigo. Pero no me quedé muy convencida. En el camino para casa, en el coche, le dije que lo quería mucho y él se limitó a pasarme el brazo por los hombros, sin contestarme.
    No sé cómo explicar su actitud, porque no me dijo que él también me quería, no dijo nada y yo estaba cada vez más preocupada. Llegamos por fin a casa y en ese momento pensé que quería dejarme. Por eso intenté hacerle hablar, pero encendió la tele y se puso a mirarla con aire distante, como haciéndome ver que todo había terminado entre nosotros.
    Por fin desistí y le dije que me iba a la cama.
    Más o menos diez minutos más tarde, él vino también y, para mi sorpresa, correspondió a mis caricias e hicimos el amor. Pero seguía teniendo un aire distraído. Después quise afrontar la situación, hablar con él cuanto antes, pero se quedó dormido. Empecé a llorar y lloré hasta quedarme adormecida. Ya no sé qué hacer.
    Estoy casi segura de que sus pensamientos están con otra.
    Mi vida es un autentico i**...
    El diario de el:
    -Ayer perdió el Barça. Al menos eché un polvo.
  9. La suerte del pobre.
    Cierto día, un hombre envió a su hijo al banco, con el dinero justo para que pagara las cuentas de la luz y el agua. Era el día límite de pago para evitar el corte de los servicios, y también era el último vestigio de dinero con que la familia contaría ese mes.
    El muchacho iba por la calle, cuando de repente vio un letrero que decía: ¡Espectacular Rifa! Compre su boleto y participe en el sorteo de 2 camionetas Pick-up de cero kilómetros.
    El chico pensó:
    'Yo podría ganarme esa rifa, y dejaría a mi papá con una trocona y con dinero sobrando!'. Sin dudarlo más, utilizó el dinero de los recibos para comprar algunos boletos. No dijo nada al llegar a casa, y se fue a dormir.
    Al día siguiente el papá se levanta preocupado por las cuentas por pagar, y le pregunta al hijo si al menos pagó los 2 recibos para los que había logrado conseguir algo de dinero. El muchacho le confiesa que usó el dinero para comprar boletos para una rifa, pero le dice que no se preocupara, que en 2 días serían los propietarios de 2 camionetas nuevecitas.
    ¡El papá se convirtió en una fiera! ¡Se puso como loco! Gritó, berreó, se lamentó porque aquel dinero era prestado y era el único que le quedaba para pagar cuentas... y para terminar el regaño, le dio la respectiva chinga al ****o de su hijo.
    La casa quedó en un lúgubre y triste silencio durante esos dos días de espera hasta que llegó el día del sorteo... y entonces...
    SORPRESAAAA...!!!!!!!!!
    Al despertar, a la familia la esperaba una gran sorpresa... frente a su casa, estaban estacionadas 2 camionetas !!!.
    Todos se quedaron incrédulos ante la realidad, se abrazaron, y no pudiendo aguantar más, rompieron a llorar todos juntos.
    Sí... allí estaban estacionadas las 2 camionetas:
    Una de Agua y Drenaje y otra de la CFE ...
    Habían venido a cortarles la luz y el agua por culpa del inocente puñetin.....
  10. Una mujer y un hombre se ven envueltos en un accidente de tránsito, en uno realmente aparatoso. Ambos autos quedaron totalmente demolidos, pero asombrosamente ninguno de ellos sufrió heridas. Después de forzosamente salir de sus autos, la mujer dice:
    Entonces, usted es un hombre, que interesante, ¡Yo soy una mujer, Wow!
    Solo mire a nuestros autos, no ha quedado nada de ellos, pero afortunadamente estamos ilesos. Esto debe ser una señal de Dios para que nos conociéramos y vivamos juntos en paz por el resto de nuestros días.
    Estoy completamente de acuerdo con usted, replicó el señor, esto debe ser una señal de Dios.
    La mujer continúa: Y observe esto, he aquí otro milagro mi carro está completamente destruido pero esta botella de vino no se rompió. De seguro Dios quiere que nos la bebamos y celebremos nuestra buena suerte. Entonces, le pasó la botella al señor. El caballero asintiendo con la cabeza, abre la botella y se da varios tragos monumentales. Luego se la devuelve a la mujer. La señora toma la botella, inmediatamente le pone la tapa y se la regresa al hombre. El hombre entonces le pregunta:
    ¿Es que usted no va a beber?
    La mujer se limita entonces a decir:
    No, creo que yo esperaré hasta que llegue la policía.
  11. Una loca jugaba corriendo en su silla de ruedas a lo largo del pasillo del manicomio imitando el ruido de un automóvil. De repente sale un loco de una habitación, la detiene y le dice:
    - Disculpe señorita, pero está usted sobrepasando el límite de velocidad permitido en esta avenida. ¿Puedo ver su licencia?
    La loca busca en su bata y saca un boleto viejo del metro. El loco verifica el documento, se lo devuelve y la deja seguir..
    La loca "prende" su veloz auto y arranca de nuevo imprimiendo velocidad. Al pasar otra vez ante la habitación del loco, éste surge de nuevo. Vuelve a detenerla y dice:
    - Disculpe señorita, pero he visto como
    pasaba la doble línea continua. Le importaría mostrarme su permiso para conducir?
    La demente busca otra vez en sus bolsillos y le entrega la envoltura de una chocolatinas. El loco comprueba que los papeles están en regla, la amonesta de nuevo y deja que se vaya otra vez.
    La loca continúa conduciendo a toda velocidad por los pasillos... Y, al volver a pasar por el mismo sitio, sale el loco por tercera vez de su habitación, pero ahora el loquito está totalmente desnudo y con el pene en pleno estado de excitación...
    La loca lo observa detenidamente y exclama:
    - ¡Ay no, no jodas...! ¿Otra vez con la prueba de alcoholemia?



chistes de limite

Contar chistes de limite es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.