Chistes de Loquito

Estos son los 15 chistes de loquito y más graciosos bromas sobre loquito que matan de risa. Lea chistes acerca loquito que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de loquito para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre loquito para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Si yo pongo un florero arriba de la mesa y mi esposa lo saca, ¿Quién de los dos está loco?
    Los dos estamos locos, pues yo "locoloco" y mi esposa "loquita".
  2. Estaban unos loquitos en un manicomio. Todos ellos estaban gritando:
    ¡Ocho! ¡Ocho! ¡Ocho!
    Otro loquito vio que los demás estaban gritando ocho, porque habían visto un hoyo en la pared.
    El loquito por curiosidad se asomó al hoyo de la pared, y cuando se asomó, le picaron el ojo y los loquitos empezaron a gritar:
    ¡Nueve! ¡Nueve! ¡Nueve!
  3. Un atlante va a comprar un pullover, y la empleada le dice:
    ¿De lana virgen?

    Mire, yo quiero un pullover, y no me importa si la oveja era loquita o no.
  4. Dos loquitos estaban jugando fútbol en la calle, con un balón imaginario. De pronto se acerca un tercer loquito y les dice:
    - Oigan, puedo jugar?
    Los otros le contestan en coro:
    - No!
    El otro insiste y le vuelven a gritar:
    - No!
    Entonces el tercer loco se molesta y dice:
    - Si no me dejan jugar me llevo la pelota!
  5. Suena el teléfono, un loquito llama al psiquiatra y pregunta:
    ¿Se encuentra el P, siquiatra?

    Lo mismo lo vuelve a preguntar tres veces, entonces la señorita le contesta, mire señor el doctor no está, pero para decir psiquiatra no se pronuncia la P, sólo siquiatra, ¿quién le digo que le llamó?
    Dígale que le llamó Edro.
  6. Un loquito intenta escaparse del manicomio. Cuando logra salir a la calle, aborda un taxi.
    Señor, señor, lléveme a toda prisa al aeropuerto.
    A la orden, señor.
    Pero, por favor, lléveme a toda velocidad, pero en reversa.
    ¿En reversa?, oigame, ¿Usted esta loco?
    No estoy loco, lo que pasa es que no quiero perder el vuelo que salió a Guadalajara ayer.
  7. En un manicomio se encontraba un loquito sobre la pared del patio. Lo observa un enfermero y le pide que baje, a lo que el loco contesta:
    ¡No me bajo, no me bajo!
    El enfermero tras mucho insistir, decide consultar al médico de guardia para que él lo intente. El médico le pide al loquito que se baje, y de nuevo contesta:
    ¡No me bajo, no me bajo!
    El médico, al igual que el enfermero, tras mucho intentar convencerlo, decide hablar con el director del manicomio, obteniendo éste el mismo resultado. En eso pasa otro loco junto a ellos, y les dice con aire de interesante.
    Yo puedo bajar a ese loco.
    Y los tres, intrigados por ver que es lo que iba a hacer, le piden que lo intente. El loco saca un cuchillo de madera y amenaza al que estaba sobre la barda:
    Hey loco, bajate, o corto la pared.
    Y el loco que estaba sobre la pared se baja asustadísimo, y el otro loco, guarda su cuchillo, y se va.
    el enfermero, el médico y el director le preguntan al loco que estaba sobre la pared que por qué se había bajado con tanta prisa, y éste les contesta:
    Es que ustedes no conocen a ese loco, ¡Es capaz de cortarla!
  8. Resulta que el único manicomio de la ciudad de Tangamandapio ya estaba muy lleno y necesitaban más espacio para otros pacientes. Entonces los doctores del manicomio decidieron hacer una prueba a todos los loquitos del manicomio. Consistía en una pregunta. El que contestara la pregunta correctamente saldría del manicomio.
    Llega el primer loquito y le preguntan:
    ¿Si tuvieras que ir al desierto, y sólo pudieras llevar una cosa, qué llevarías?
    Pues yo me llevaría un galón de agua.
    ¿Para qué?
    Porque me da sed en el desierto, pues no me deshidrato.
    Muy bien, eres libre.
    No pues, yo me llevaría una sombrilla para que cuando me estuviera pegando el sol, yo saque la sombrilla, de esta forma me cubriría del sol.
    ¡Excelente!, puedes irte.
    Llega el tercer loquito y entonces, el doctor pregunta lo mismo. El Loquito, se empieza a reír y dice:
    Esa pregunta ni la deberían hacer, está demasiado fácil.
    Claro, pero contésteme.
    Ay pues, yo me llevaría una puerta de carro.
    ¿Y me dirías por qué?
    Ay pues, es lógico. Para que cuando tenga calor le pueda bajar al vidrio.
  9. Una vez iban dos amigos caminando por la calle y le dice el uno al otro:
    Oye, qué pasó con tu hermano, hace mucho tiempo que no lo veo.
    El otro contesta muy triste:
    Fíjate que se murió.
    ¡Se murió pero, de qué!
    Bueno fue por culpa de una tortuguita que le aventaron en la cabeza.
    ¿Cómo esta eso? Por una tortuguita no puede ser, explícate.
    Es que iba caminando cerca de un manicomio, y en eso unos loquitos le dejaron caer una tortuguita en la cabeza, entonces mi hermano volteó hacia arriba y que les grita:
    ¡Aviéntenme a su madre!
    Y estos locos que le hacen caso, le aventaron a la madre de la tortuguita una caguama de 150 kilos.
  10. Este era un manicomio donde todas las noches un loquito esperaba que todos los demás locos se durmieran para correr por los pasillos del internado repitiendo:
    Ahí va la cebollita, ahí va la cebollita...
    Llegaba a la alberca, se subía al trampolín y sin dejar de repetir su letanía, se dejaba caer al agua. Pero otro orate que conocía lo que a diario hacía por la noche su "colega" decidió, una de esas noches, sacarle el agua a la piscina y así, el de 'ahí va la cebollita' se diera tamaño mandarriazo. Así que no tardó mucho el loco aquel en arrancarse con su rollo de todas las noches:
    Ahí va la cebollita, ahí va la cebollita...
    Y al llegar hasta lo alto del trampolín, vio que no había agua y dijo:
    Oh, ahora no hay caldo, pues ahora no hay cebollita, y regresó a su dormitorio.
  11. En un manicomio, estaba el loquito Ramírez paseando por el jardín y arrastrando un ladrillo amarrado de un lazo, a quien le decía:
    Piss, piss, piss, vamos Fifi, vamos.
    El siquiatra que lo atendía lo estaba mirando y pensó: "Este pobre Ramírez cada día está más loco" y se acerca y le dice:
    Oiga Ramírez, ¿A quién cree usted que está arrastrando ahí?
    El loquito le responde:
    Pues, ¿No ve doctor que es un ladrillo? ¿O no me diga que no reconoce lo que es? ¿O es que está loco?
    No, por supuesto que no, solo quería confirmar que usted sabía.
    Y el doctor se va.
    Luego que el doctor se va el loco le dice al ladrillo con una risa burlona:
    ¡Vamos Fifi, vámonos que ya lo engañamos!
  12. Esta era una vez que estaban dos loquitos, y uno le dice al otro:
    Oye, ¿que tal si nos escapamos de este manicomio?
    Al otro día los dos se visten de dulces con papel selofan. Entonces, cuando iban caminando por el patio del manicomio el guardia los ve y les pregunta:
    ¿A dónde van ustedes dos?
    Y uno de ellos le responde:
    Solamente andamos caminando por aquí.
    El guardia les vuelve a preguntar:
    ¿Y vestidos de dulces?
    Y el otro le responde:
    Sí.
    El guardia les dice:
    Se me hace que usted es "demente".
    El loquito le responde:
    Sí, yo soy demente, y él es de "chocolete".
  13. Entra un loquito entra a una clínica, va a donde esta la recepcionista y le dice:
    -Señorita, quiero una cita con el pisicologo.
    La secretaria lo mira despectivamente y le contesta:
    -Mire señor, no se dice pisicologo, se dice sicólogo, la "P" de psicólogo es muda, ¿Entiende? la "P" es muda... no se pronuncia, además el psicólogo salió y no regresa hoy.
    El loquito se rasca la cabeza desconcertado y luego de pensar unos minutos le dice a la chica:
    -Señorita... _or favor dígale al _sicólogo, que lo vino a buscar _edro _ablo _alacios, _ara que me revise un _roblema del _ene _orque ya no se me _ara.
  14. En una escuela para locos un señor dice:
    Vamos a hacer una prueba para ver quién es el menos loco.

    En una pared grande dibuja una puerta, y entonces el señor les dice a los loquitos:
    Detrás de esa puerta está la libertad.
    Y todos los loquitos corren a la puerta, pero ven que uno no corrió y se estaba riendo y le preguntan:
    ¿Por qué no corriste?
    Y dice el loquito:
    ¡Porque yo tengo la llave!
  15. Una loca jugaba corriendo en su silla de ruedas a lo largo del pasillo del manicomio imitando el ruido de un automóvil. De repente sale un loco de una habitación, la detiene y le dice:
    - Disculpe señorita, pero está usted sobrepasando el límite de velocidad permitido en esta avenida. ¿Puedo ver su licencia?
    La loca busca en su bata y saca un boleto viejo del metro. El loco verifica el documento, se lo devuelve y la deja seguir..
    La loca "prende" su veloz auto y arranca de nuevo imprimiendo velocidad. Al pasar otra vez ante la habitación del loco, éste surge de nuevo. Vuelve a detenerla y dice:
    - Disculpe señorita, pero he visto como
    pasaba la doble línea continua. Le importaría mostrarme su permiso para conducir?
    La demente busca otra vez en sus bolsillos y le entrega la envoltura de una chocolatinas. El loco comprueba que los papeles están en regla, la amonesta de nuevo y deja que se vaya otra vez.
    La loca continúa conduciendo a toda velocidad por los pasillos... Y, al volver a pasar por el mismo sitio, sale el loco por tercera vez de su habitación, pero ahora el loquito está totalmente desnudo y con el pene en pleno estado de excitación...
    La loca lo observa detenidamente y exclama:
    - ¡Ay no, no jodas...! ¿Otra vez con la prueba de alcoholemia?



chistes de loquito

Contar chistes de loquito es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.