Chistes de Moribundo

Estos son los 17 chistes de moribundo y más graciosos bromas sobre moribundo que matan de risa. Lea chistes acerca moribundo que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de moribundo para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre moribundo para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. El marido moribundo:
    - Margarita, en este instante supremo te pido que me digas si alguna vez me engañaste.
    - Ay, no. ¿Y si después no te mueres?
  2. Juan moribundo dice:
    ¡Ay María, me estoy muriendo!

    Lo sé Juan, ¿Qué puedo yo hacer?
    Quiero que cumplas con mi última voluntad.
    Lo que tú digas Juan.
    Quiero que cuando yo muera, te cases con Pedro.
    ¡Pero Juan si pedro es tu peor enemigo!
    Precisamente por eso.
  3. El marido moribundo le dice a su esposa:
    Camelia, antes de morir dime si alguna vez me engañaste.

    Esta, sorprendida por tal pregunta le contesta:
    ¡Ay no, y si no te mueres!
  4. Está Jesucristo en la cruz y empieza a llamar a Pedro a gritos:
    - ¡Pedro, Pedro!
    ,
    Y Pedro se acerca corriendo mientras los romanos comienzan a tirarle flechas. Sigue corriendo herido mientras Jesucristo sigue llamándole, y finalmente llega arrastrándose moribundo y dice:
    - Dime Maestro...
    - Mira, Pedro, desde aqui se ve tu casa.
  5. Un aficionado del Barça empedernido está moribundo. Ya ha recibido la extremaunción, cuando reúne a su familia.
    - Mi última voluntad - anuncia - es que me deis de baja como socio del Barça y me hagáis socio del Real Madrid.
    - ¿Pero cómo, si tu vida ha sido el Barça?.
    - Precisamente. Mejor que se muera un socio del Madrid que uno del Barça.
  6. Este era un campesino que iba por primera vez a la ciudad, él iba en su carreta que era jalada por un caballo, en su carreta iba un perro y un gato. Cuando ya iban llegando a la ciudad, un hombre en un carro 4x4 los atropelló, y la carreta salió volando de la carretera.
    El señor de la 4x4 se bajó del carro con una escopeta, buscó y buscó hasta que encontró al gato que decía miau, miau, casi moribundo, el hombre se compadeció del pobre animal y dijo:
    ¡Yo no puedo ver a este animal sufrir así!, y le tiró 2 balazos, buscó más adelante y encontró al perro, éste ya casi ni respiraba y también le tiró dos balazos, y a todo esto, el campesino había visto todo lo que el hombre había hecho con los animales, siguió buscando y encontró al campesino con un ojo afuera, una mano que se le había destrozado, un pie quebrado. Y el campesino le dice al hombre:
    ¡Jo!, parece mentira pero a mi no me ha pasado nada.
  7. Era un granjero que tenía un loro como mascota, este lorito era tan, pero tan peleador y abusivo que andaba golpeando a todos los pollitos que encontraba. Hasta que cierto día el granjero harto de esta situación decide encerrar al loro con dos de sus mejores gallos de pelea, y haciéndolo así se retira a atender sus obligaciones. El loro encontrándose frente a estos dos matones enfurecidos se ve en el final de su pobre vida. Los gallos empiezan a golpear al pobre loro sin compasión. El lorito en medio de la golpiza sale disparado por una esquina aprovecha que uno de los gallos se distrae y le mete tremendo golpe por la espalda, el gallo enfurecido voltea y ve a su compañero junto al loro moribundo, y lógicamente piensa, este gallo se quiere pasar de vivo y le devuelve el golpe, de esa forma los gallos empiezan a golpearse hasta quedar muertos ambos tirados en el suelo ensangrentados.
    Regresa el granjero, y se encuentra con el cuadro y pregunta al loro que estaba todo desplumado:
    ¿Qué pasó? ¿Qué hiciste loro?
    Y el loro responde:
    ¡Bueno, así soy yo, cuando me quito el saco!
  8. Va un campesino a trabajar en su carro tirado por su yegua, y su perro, cuando de repente, pasa un camión y se los lleva por delante.
    Un cazador que está por la zona, oye el estruendo y se acerca. Cuando llega al lugar del accidente, ve al caballo medio moribundo, sufriendo y le pega un tiro... ve al perro que está igual y hace lo mismo para evitar el sufrimiento... se acerca al señor y éste, que le ve venir, se levanta rápido y grita:
    - Mire, mire, ¡¡Sin un rasguño!! estoy sin un rasguño!!
  9. El colmo de la pereza
    En un pueblo, en el que abundaba el trabajo y la comida, un perezoso estaba a punto de morir de hambre.
    Se reunieron el alcalde, el párroco, el consejo municipal y el defensor del pueblo, y por unanimidad acordaron enterrar vivo al perezoso; porque para el pueblo sería un desprestigio que alguien muriera de hambre.
    Cogieron cuatro orillos, armaron un cajón, metieron al moribundo, y salieron con él rumbo al cementerio.
    Una señora preguntó: “¿Quién murió?”. “Nadie” –le respondieron; “¿y entonces a quien llevan ahí?” –insistió. “Al perezoso que lo vamos a enterrar vivo antes de que muera de hambre” –le explicaron. “No, no, no hagan eso –exclamó la señora–, yo con mucho gusto regalo un bulto de panela”, Otra señora regaló 100 gallinas; un señor, puso una carga de arroz, más un bulto de papas; un hacendado donó un barril de leche, 50 arrobas de queso, una carga de plátanos y otra de yucas. Todos, todos, todos los paisanos donaban, donaban y donaban comida por montones. Cuando iban llegando al cementerio desistieron del entierro porque el moribundo ya tenía comida suficiente para 100 años.
    El perezoso sacó la cabeza, y preguntó: “¿Quién va’cocinar todu’eso?”. “Pues, usted” –le contestaron. Y el hombre exclamó: “Entonces… ¡que siga el entierro!”.
  10. El Borracho que va bien pasado de copas llega al cementerio y decide descansar acostándose arriba de una de las tumbas; cuando de repente escucha una voz de ultratumba: "Estoy vivo, estoy vivo, estoy vivo...", el borracho se levanta asustado y echa un vistazo a todas las tumbas de su alrededor y no ve nada raro, se vuelve acostar y nuevamente la voz: "Estoy vivo...", el borracho mira hacia abajo y ve un féretro en el que él estaba acostado y a través de la ventanita de cristal mira el cuerpo moribundo desesperado con pocas fuerzas diciendo: "Estoy vivo..." a lo que el borracho contesta: "Tú no estás vivo, tú lo que estás es mal enterrado".
  11. Un viejo se está muriendo. Alrededor del lecho poco a poco empieza a surgir una discusión.
    ¡Vamos a alquilar un carro fúnebre para llevarlo con decencia! Dice la esposa.
    ¡No creo que se deba gastar tanto dinero! Yo puedo llevarlo en la camioneta del vecino, si me la presta, dice el hijo del viejo moribundo.
    ¿Y por qué no lo llevamos al hombro? Pregunta el vecino, él casi no pesa nada.
    Por fin el moribundo reúne el resto de las fuerzas que le quedan, y dice:
    Si ustedes me ayudan a bajar, tal vez yo pueda llegar al cementerio por mi cuenta.
  12. Un hombre estaba parado en una esquina y se le acercan dos individuos que lo intiman a que les dé todo el dinero que poseía, sino le darían una fuerte y feroz paliza, a lo que el hombre se niega y recibe la golpiza, logran sustraerle solo $0.50 centavos y entonces al mirarlo casi moribundo le recriminan:
    ¡Pero vos sos un burro, por tan poco te haces golpear!
    Entonces el hombre les responde:
    Sí, ¿Y los cien que tengo en la media?
  13. Una viejita moribunda estaba heredando sus cosas a su nieta y le dice:
    - Hijita, te dejo un rancho que tengo, con 3 casas, 6 tractores, 1 granero, 1 gallinero, 20 vacas, 10 caballos, 10 ovejas, 10 chivos y 10 coches.
    La nieta sorprendida le dice:
    -¡ Inccreible Abuelita !... ¿y dónde tienes ese rancho que no lo sabía ?
    Y la abuelita le responde:
    ¡En el Facebook!
  14. Tres amigos se reúnen para ir de cacería de osos. Antes de emprender la cacería van donde un anciano para preguntarle cómo se cazaban los osos. El anciano les dice:
    Vayan a una cueva grande y dicen: ¡Sal oso, sal! Luego esperan media hora y cuando salga el oso le disparan. Al enterarse de esto se van los tres amigos a cazar. Luego de media hora, dos de los amigos regresan con sus osos. Uno de ellos regresa sucio, herido y moribundo. Entonces, uno de los dos amigos le pregunta qué le pasó y él les responde:
    Fui a una cueva grande, grite: ¡Sal oso, sal! ¡Esperé media hora y me atropelló el tren!
  15. El anciano estaba postrado, casi moribundo cuando sintió el aroma de los dulces horneados que tanto le gustaban. Haciendo un gran esfuerzo se bajó de la cama y se dirigió a la cocina. Fue lento y trabajoso, a veces casi arrastrándose hasta que logró llegar a la fuente de los ricos aromas. Sobre la mesa había varias bandejas de las golosinas recién horneadas. Se arrastró lo más cerca que pudo de la mesa, y utilizando las últimas fuerzas que le quedaban estiró la mano, un poco más y casi toca las golosinas y de pronto siente un agudo dolor en la mano y se deja caer. Mira arriba y ve a su anciana esposa con la espátula en la mano amenazando con golpearlo otra vez que le dice:
    No te atrevas a tocar otra vez, son para tu funeral.
  16. Los disparos de un loco Un loco que habitaba en el sexto piso de un edificio tenía desconcertado a un señor porque cada vez que pasaba rumbo a su trabajo, el chiflado le apuntaba
    con la mano en forma de pistola y le disparaba desde la ventana.
    Llegó el día en que el tipo decide seguirle el juego al loco: apunta con la mano y le dispara al chalado que se asomaba desde la ventana; éste se lleva las manos al pecho, se desploma y cae a la calle.
    El hombre, sorprendido, corre a auxiliarlo.
    El loco moribundo lo mira y le dice:
    - Yo nunca te disparé al cuerpo.
  17. Va un paletero en su bicicleta muy tranquilo por una calle. Por otra calle va el joven de la pizzería en su motocicleta a gran velocidad. El paletero muy tranquilo sigue su venta. El joven de la pizzería muy apurado pues se va a cumplir los 30 minutos y no le van a pagar. Cuando en una esquina se encuentran el paletero y el de la pizzería y chocan. El paletero sale volando, las paletas se riegan y el de la pizzería muy asustado comienza a gritar:
    ¡Oh Dios mío, maté al paletero, llamen a una ambulancia que maté al paletero!
    El de la pizzería le pregunta al paletero que estaba tendido en el piso:
    ¿Qué le pasa señor, que tiene, que tiene?
    Y el paletero moribundo responde:
    Maaanngoo, Maraacuya, Piiña...



chistes de moribundo

Contar chistes de moribundo es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.