Chistes de Olfato
Estos son los 4 chistes de olfato y más graciosos bromas sobre olfato que matan de risa. Lea chistes acerca olfato que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de olfato para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre olfato para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- pinocho tenia la nariz tan larga que necesitaba clinex a su tamaño
pinocho tenia mas olfato k los perros y eso que era de madera - Sr. Terminator, ¿a qué debo su visita?
- Doctor me falla el sentido del gusto, del tacto, del oído, del olfato y hasta la vista, baby. - Una tía a la que le olía el choco más que a nadie en el mundo, y no podía tener relaciones porque, aunque estaba buenísima, todos los tíos salían corriendo a la hora de entrar a matar.
Está en el ginecólogo...
- Bueno, doctor... ¿qué tal las pruebas?
- Pues verá usted... Esto ni es operable, ni tiene medicación posible, ni echándose 10 botes de Rexona todos los días, ni lavándoselo con agua bendita; a usted le olerá así toda la vida, así que le recomiendo que encuentre a alguien que carezca del sentido del olfato.
- Bueno... a ver si hay suerte.
Al cabo de cuatro años, estaba cenando con un hombre, y éste le confiesa que no tiene nada de olfato. "¡Madre mía! ¡A éste sí que me lo follo", pensó ella. Total, que se van para casa y empiezan a desnudarse. El tío se dispone a practicarle el cunilingus, y al ratito le dice:
- Oye, a ti te huele el coñó un montón, ¿verdad?
- Pues... Sí... Pero.. ¿cómo lo has sabido, si no hueles?
- ¡¡c**..., asquerosa!! ¡¡Me están llorando los ojos!! - Huele a cebolla Dos amigas:
- Rosa, ya no se que hacer, ningún tío se quiere acostar conmigo porque me huele el c**... a cebolla.
Y su amiga le contesta:
- No te preocupes yo tengo un amigo que no tiene olfato y no tendrás problemas.
Entonces se van a la cama y el tío le dice:
- Joder nena!! a ti te huele el c**... a cebolla no?
- Pero que dices loco si tu no tienes olfato...
- Ya pero me estoy pegando un hartón de llorar que no veas.