Chistes de Perdoneme

Estos son los 13 chistes de perdoneme y más graciosos bromas sobre perdoneme que matan de risa. Lea chistes acerca perdoneme que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de perdoneme para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre perdoneme para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Dos vecinos el uno afanadísimo le dice al otro:
    Vecino, perdóneme que mi gato mató su perro.

    Pero cómo, debe estar equivocado, cómo es posible que su gato mate mi perro si es un Doberman.
    Sí señor, y el mío es hidráulico.
  2. El dentista después del tratamiento le dice con timidez al paciente:
    - Perdóneme por Dios, pero le he quitado a usted el diente sano. Ahora tengo que quitar también el enfermo...
    El paciente responde tranquilamente:
    - ¡Bueno doctor, que suerte que usted no es el oculista!
  3. Había una vez una pareja bailando en una fiesta, cuando de repente a la mujer se le escapa un peito. Muerta de vergüenza le dice al caballero:
    ¡Perdóneme gentil hombre, pero que esto quede entre nosotros!
    Pero el hombre agitando las manos dijo:
    ¡NO, QUE CIRCULE, QUE CIRCULE!
  4. - Señor, perdóneme, pero hace tres meses que no recibo mi salario.
    El jefe lo mira profundamente a los ojos y le dice:
    - Está perdonado.
  5. El señor Pérez llega a la oficina con una hora de retraso y le explica a su jefe:
    Perdóneme, pero mi mujer me ha dicho esta mañana que esperaba un niño, comprenderá...
    Bueno, dice el jefe, siendo así, ¿Y de quién sospecha?
  6. La rubia en la biblioteca Llega una rubia a una biblioteca, se dirige a la bibliotecaria gritando:
    - Quiero una hamburguesa doble con queso, patatas fritas y cocacola.
    - Shhhh, baja la voz, no te has dado cuenta que esto es una biblioteca
    - Perdoneme -(susurando)- Me pone una hamburguesa doble con queso....
  7. Una vez un hombre llama a una casa y coge el teléfono el sereno (el guardián) y el hombre le pregunta:
    ¿Y mi esposa?
    Y el sereno responde:
    En su cuarto.
    Luego el hombre dice:
    ¿Con quién?
    Con un hombre, le responde el sereno.
    ¡Diantre! ¡Mátela! Dice el hombre.
    No, no, yo no puedo hacer eso.
    Claro que sí, yo le doy esa orden, dice el hombre.
    Esta bien, esta bien, y mata a la mujer.
    Ya la maté, dice el sereno.
    Y el hombre le responde;
    Ahora sáquela de ahí y métala a la piscina.
    Pero señor, aquí no hay piscina dice el sereno.
    ¿Este no es el teléfono 232-5492?
    No, dice el sereno.
    Ah pues, ¡Perdóneme!
  8. Dos caballeros que se movían muy de prisa en el interior de un Hipermercado con sus carritos de compra:
    - Perdoneme Usted; es que busco a mi señora. - ¡Qué coincidencia, yo también! Estoy ya desesperado.
    - Bueno tal vez le pueda ayudar. ?Cómo es su señora?
    - Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien torneadas, pechos firmes, un c**... precioso, en fin, muy bonita...?Y la suya?
    - Olvídese de la mía, vamos a buscar la suya.
  9. Estaba un ventrilocuo contando chistes sobre atlantes, y en eso un atlante que escuchaba en su lugar desde que empezó el show, se para y dice:
    Oiga, usted, ¿Por qué cuenta puros chistes sobre nosotros?
    Y le responde el ventrilocuo:
    Perdoneme usted, ya no lo vuelvo a hacer.
    Y le contesta el atlante:
    ¡¡Callese...!!, el problema no es con usted, es con el chiquito!
  10. Donde está mi mujer Dos hombres que se movían muy deprisa en el interior de un Hipermercado con sus carros de la compra se chocan y uno le dice al otro:
    - Perdóneme Ud; es que busco a mi señora.
    - ¡Qué coincidencia, yo también! Estoy ya desesperado.
    - Bueno tal vez le pueda ayudar. ¿Cómo es su señora?
    - Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien torneadas, pechos firmes, un c**... precioso, en fin, muy bonita...
    - ¿Y la suya?
    - Olvídese de la mía, estará en la sección de charcutería seguro, le ayudo a buscar a la suya!!
  11. Padre, perdóneme porque he pecado (se escucha una voz femenina en el confesionario)
    - Dime, hija, ¿Cuáles son tus pecados?
    - Padre, el demonio de la tentación se apoderó de mí, pobre pecadora.
    - ¿Cómo es eso, hija?
    - Es que cuando hablo con un hombre tengo sensaciones en el cuerpo que no sé como describirlas....
    - Hija, por favor, que también soy un hombre...
    - Sí, padre, por eso vine a confesarme con usted.
    - Bueno hija. ¿Y cómo son esas sensaciones?
    - No sé cómo explicarlas, por ejemplo, ahora mi cuerpo se rebela a estar de rodillas y necesito ponerme más cómoda..
    - ¿En serio?
    - Sí, quiero relajarme y quedarme tendida...
    - Hija, ¿Tendida cómo?
    - De espaldas al suelo, hasta que se me pase la tensión...
    - Y qué más?
    Es como que tengo un sufrimiento que no le encuentro acomodo.
    - ¿Y qué más?
    - Como que espero un poco de calor que me alivie....
    - ¿Calor?
    - Calor, padre, calor humano, que lleve alivio a mi padecer...
    - ¿Y cuan frecuente es esa tentación?
    - Permanente, Padre, por ejemplo, ahora me imagino que sus manos sobre mi piel me darían mucho alivio...
    - ¡Hija!
    Sí, Padre, perdóneme, pero me urge que alguien fuerte me estruje entre sus brazos y me dé el alivio que necesito...
    - ¿Por ejemplo yo?
    - Por ejemplo, usted es la clase de hombre que imagino me puede aliviar.
    - Perdóname, hija mía, pero necesito saber tu edad...
    - Setenta y cuatro, padre.
    - Ay hija, vete en paz y no estés fregando que lo tuyo es reumatismo...
  12. Dos caballeros que se movían muy deprisa en el interior de un Hipermercado con sus carritos de compras se chocan. Uno le dice al otro:
    - Perdóneme Usted; es que busco a mi señora.
    - ¡Que coincidencia, yo también!, Estoy ya desesperado.
    - Bueno tal vez le pueda ayudar. ¿Cómo es su señora?
    - Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien torneadas, hermoso cuerpo, en fin muy bonita ... ¿y la suya?
    - Con esa descripción olvídese de la mía, vamos a buscar la suya.
  13. En un espectác**... un ventrílocuo, con la voz de su muñeco empieza:
    - Bien, ahora les voy a contar un chiste de dominicanos...
    De entre el público se para un dominicano y grita indignado:
    - ¡¡Oígame!!... ¡¡ya basta!!... ¡¡ya estuvo bueno que a los dominicanos nos pongan siempre como brutos en sus chistes!!.
    El ventrílocuo apenado se disculpa públicamente:
    - Perdóneme señor... no pensé que lo ofendiera.
    A lo que el dominicano corrige:
    - ¡¡No!!... si con usted no es la cosa, es con el chiquitito que está en su falda.



chistes de perdoneme

Contar chistes de perdoneme es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.