Chistes de Perdoneme
Estos son los 10 chistes de perdoneme y más graciosos bromas sobre perdoneme que matan de risa. Lea chistes acerca perdoneme que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de perdoneme para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre perdoneme para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- Dos vecinos el uno afanadísimo le dice al otro:
Vecino, perdóneme que mi gato mató su perro.
Pero cómo, debe estar equivocado, cómo es posible que su gato mate mi perro si es un Doberman.
Sí señor, y el mío es hidráulico. - El dentista después del tratamiento le dice con timidez al paciente:
- Perdóneme por Dios, pero le he quitado a usted el diente sano. Ahora tengo que quitar también el enfermo...
El paciente responde tranquilamente:
- ¡Bueno doctor, que suerte que usted no es el oculista! - Había una vez una pareja bailando en una fiesta, cuando de repente a la mujer se le escapa un peito. Muerta de vergüenza le dice al caballero:
¡Perdóneme gentil hombre, pero que esto quede entre nosotros!
Pero el hombre agitando las manos dijo:
¡NO, QUE CIRCULE, QUE CIRCULE! - - Señor, perdóneme, pero hace tres meses que no recibo mi salario.
El jefe lo mira profundamente a los ojos y le dice:
- Está perdonado. - El señor Pérez llega a la oficina con una hora de retraso y le explica a su jefe:
Perdóneme, pero mi mujer me ha dicho esta mañana que esperaba un niño, comprenderá...
Bueno, dice el jefe, siendo así, ¿Y de quién sospecha? - La rubia en la biblioteca Llega una rubia a una biblioteca, se dirige a la bibliotecaria gritando:
- Quiero una hamburguesa doble con queso, patatas fritas y cocacola.
- Shhhh, baja la voz, no te has dado cuenta que esto es una biblioteca
- Perdoneme -(susurando)- Me pone una hamburguesa doble con queso.... - Dos caballeros que se movían muy de prisa en el interior de un Hipermercado con sus carritos de compra:
- Perdoneme Usted; es que busco a mi señora. - ¡Qué coincidencia, yo también! Estoy ya desesperado.
- Bueno tal vez le pueda ayudar. ?Cómo es su señora?
- Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien torneadas, pechos firmes, un c**... precioso, en fin, muy bonita...?Y la suya?
- Olvídese de la mía, vamos a buscar la suya. - Donde está mi mujer Dos hombres que se movían muy deprisa en el interior de un Hipermercado con sus carros de la compra se chocan y uno le dice al otro:
- Perdóneme Ud; es que busco a mi señora.
- ¡Qué coincidencia, yo también! Estoy ya desesperado.
- Bueno tal vez le pueda ayudar. ¿Cómo es su señora?
- Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien torneadas, pechos firmes, un c**... precioso, en fin, muy bonita...
- ¿Y la suya?
- Olvídese de la mía, estará en la sección de charcutería seguro, le ayudo a buscar a la suya!! - Padre, perdóneme porque he pecado (se escucha una voz femenina en el confesionario)
- Dime, hija, ¿Cuáles son tus pecados?
- Padre, el demonio de la tentación se apoderó de mí, pobre pecadora.
- ¿Cómo es eso, hija?
- Es que cuando hablo con un hombre tengo sensaciones en el cuerpo que no sé como describirlas....
- Hija, por favor, que también soy un hombre...
- Sí, padre, por eso vine a confesarme con usted.
- Bueno hija. ¿Y cómo son esas sensaciones?
- No sé cómo explicarlas, por ejemplo, ahora mi cuerpo se rebela a estar de rodillas y necesito ponerme más cómoda..
- ¿En serio?
- Sí, quiero relajarme y quedarme tendida...
- Hija, ¿Tendida cómo?
- De espaldas al suelo, hasta que se me pase la tensión...
- Y qué más?
Es como que tengo un sufrimiento que no le encuentro acomodo.
- ¿Y qué más?
- Como que espero un poco de calor que me alivie....
- ¿Calor?
- Calor, padre, calor humano, que lleve alivio a mi padecer...
- ¿Y cuan frecuente es esa tentación?
- Permanente, Padre, por ejemplo, ahora me imagino que sus manos sobre mi piel me darían mucho alivio...
- ¡Hija!
Sí, Padre, perdóneme, pero me urge que alguien fuerte me estruje entre sus brazos y me dé el alivio que necesito...
- ¿Por ejemplo yo?
- Por ejemplo, usted es la clase de hombre que imagino me puede aliviar.
- Perdóname, hija mía, pero necesito saber tu edad...
- Setenta y cuatro, padre.
- Ay hija, vete en paz y no estés fregando que lo tuyo es reumatismo... - Dos caballeros que se movían muy deprisa en el interior de un Hipermercado con sus carritos de compras se chocan. Uno le dice al otro:
- Perdóneme Usted; es que busco a mi señora.
- ¡Que coincidencia, yo también!, Estoy ya desesperado.
- Bueno tal vez le pueda ayudar. ¿Cómo es su señora?
- Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien torneadas, hermoso cuerpo, en fin muy bonita ... ¿y la suya?
- Con esa descripción olvídese de la mía, vamos a buscar la suya.

Contar chistes de perdoneme es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.