Chistes de Pesame

Estos son los 6 chistes de pesame y más graciosos bromas sobre pesame que matan de risa. Lea chistes acerca pesame que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de pesame para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre pesame para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Pobre actor - ¿Sabes a qué actor le dan siempre el pésame?
    - A Johnny DEP
  2. El amigo que va a la funeraria a darle el pésame a su amigo por la muerte de su padre.
    Este lo encuentra parado al lado del féretro y le dice:
    Lo siento.
    Y el amigo le contesta:
    ¡No, déjalo acostadito como está, por favor!
  3. Se encuentran dos compadres y uno dice:
    Compadre, ¿Cómo está Vivianita?

    Pues media enfermita compadre.
    Pues llévela al médico.
    Y el otro contesta:
    No compadre, sale muy caro y luego las medicinas pues mejor que se alivie solita.
    Y el otro preocupado por su comadre le dice:
    Yo le doy dinero y llévesela compadre.
    Pocos días después se encuentran y de nuevo el compadre pregunta sobre la salud de su comadre, a lo que su compadre contesta:
    Fíjate compadre que se acaba de morir su comadre.
    Afligido le da el pésame y le sugiere poner una esquela en el periódico.
    Y su compadre contesta:
    No en absoluto, eso sale muy caro.
    No sea malo yo le pago el anuncio de 6 palabras por lo menos.
    Al otro día aparece en el periódico:
    Viviana ha muerto vendo golf 96.
  4. Un hombre se encuentra con un viejo amigo que va con su esposa y le saluda:
    ¡Miguel, tanto tiempo sin verte!
    ¿Cómo te va Claudio?, Saluda el que va con la esposa.
    Bien, pero aún no estoy casado, ¿Y tú?
    Bien, excepto porque tengo una enfermedad contagiosa e incurable.
    El amigo le da su más sentido pésame, se despide y se va. Entonces, la esposa le dice a su marido:
    Mi vida, ¿Por qué a todo el que te pregunta por ti le dices que tu enfermedad es contagiosa si sólo tienes cáncer en el pulmón?
    ¡Para que nadie se interese en ti cuando yo esté muerto!
  5. Ultimo Deseo
    Hugo era un Atlante que tenía un gran amigo, Juan.

    En un viaje que hiciera Hugo a su tierra natal, sufrió un infarto y murió. Juan se entera y decide tomar un avión e ir al funeral de su amigo en Atlantilandia.
    Al llegar al lugar donde estaban velando al muerto, Juan nota que junto al cajón se encuentra un tarro enorme lleno de crema facial y lo más curioso es que los dolientes, luego de darle el pésame a la madre de Hugo, introducían la mano dentro del pote y luego procedían a embarrar al difunto con la crema.
    Juan, por respeto, decide hacer lo mismo, pero fue tanta su curiosidad que se acerca cuidadosamente a la madre del difunto, y en voz baja le pregunta:
    - ¿Por qué los deudos le están untando crema a Hugo? ¿Fue por alguna petición especial o es una tradición acá en su país?
    La anciana le da una mirada de consternación y le contesta :
    - ¿Ud. no sabía que Hugo pidió que lo CREMASEN...?
  6. Eran dos pescadores, hermanos gemelos, uno soltero y el otro casado.
    El soltero tenía una lancha de pesca, ya vieja, que era la herramienta con la que lograba su sustento.
    Un día, muere la esposa del hermano casado y, como las desgracias no vienen solas, la lancha del hermano soltero se va al fondo del mar.
    Una viejecita del pueblo, curiosa , va a darle el pésame al viudo, Pero confunde a los gemelos y se dirige al que ha perdido la lancha.
    - Recién me enteré. ¡Qué pérdida enorme! Debe ser terrible para tí.
    - Sí, estoy destrozado, pero es preciso enfrentar la realidad. Debo reconocer que estaba ya vieja. La rajadura de adelante estaba tan grande que ya no había con qué llenarla y el agujero de atrás se agrandaba más cada vez que la usaba. Además estaba deformada al medio y no se le podía quitar el olor a pescado. La parte de atrás estaba bastante caída y las curvas de adelante casi habían desaparecido.
    Pero yo me siento culpable porque se la prestaba a cuatro amigos para que se divirtieran; les pedí que la usaran con cuidado, pero se montaron los cuatro a la vez y ella no aguantó.
    A la viejita, muerta de un infarto, la enterraron al otro día.