Chistes de Proponer
Estos son los 10 chistes de proponer y más graciosos bromas sobre proponer que matan de risa. Lea chistes acerca proponer que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de proponer para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre proponer para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- Pedrito, ¿jugamos al papá y mamá?, propone una niña de 4 años a su hermano de 6.
No, responde el hermano, hoy no puedo porque le he prometido a mamá que no me pelearía con nadie. - Viajan tres tipos en un coche, cuando éste hace un ruido extraño y se para. Uno de ellos apunta:
Por el ruido que ha hecho al estropearse, se debe haber descompensado la dirección.
¿Tendrán ustedes una llave inglesa, para que pueda arreglarlo? Le interrumpe uno de ellos.
No, por el ruido que ha hecho al pararse, debe tener un problema de combustión; debe estar mezclando mal el combustible con el aire.
¿Hay un destornillador para ajustarlo?
El tercer tipo, sentado en el asiento de atrás, interrumpe y propone su solución:
¿Por qué no salimos y volvemos a entrar? - Una maestra cubana dice a los niños que hagan una composición con un tema de la revolución y al terminar manda a Pepito a que lea la suya:
- Yo tengo una gatita que ayer tuvo cinco gatitos y todos los gatitos son revolucionarios.
La maestra al ver que Pepito sabía que hasta los gatitos deben ser revolucionarios propone al director de la escuela que llame al inspector para que oiga la composición. Pasados tres dias llega el inspector a la escuela y la maestra muy diligente pide a Pepito que lea su composición y Pepito lee:
- Yo tengo una gatita que hace cinco días tuvo cinco gatitos y tres son revolucionarios.
Al oir esto la maestra reacciona rápidamente y le dice:
- Pepito, la primera vez que leíste tu composición dijiste que todos los gatitos eran revolucionarios, ¿que pasó?.
- Bueno maestra, es que dos ya abrieron los ojos. - esto es un toro que conoce a una vaca y la vaca le propone saltar una vaya
la saltan y el toro parece que tiene problemas
llegan a un campo y el toro pregunta el nombre de la vaca
y esta responde
me llamo flor de primavera pero me puedes llamar flor porque ya paso la primavera y tu como te llamas
me llamo pepito pero me puedes llamar pe porque el pito me lo he dejao en la vaya LoLLoLLoL - La radio del campesino Llega un campesino a un bar con una radio bajo el brazo ofreciéndola en venta. En una mesa cercana hay varios hombres que al verlo tan humilde se proponen quitarle la radio sin pagarle un centavo. Uno de los hombres le comenta a los otros:
- Os aseguro que con unas cervezas encima, ese campesino terminará rebajando el coste de la radio hasta casi nada.
Por lo que lo invitan a sentarse con ellos. Entonces, preguntan al campesino:
- ¿En cuánto nos vendes tu radio?
- 30 euros, responde de manera ingenua.
- Ok, vamos a tomarnos unas cervezas y luego hablamos.
Al cabo de un rato ya se han tomado varias cervezas cada uno y le vuelve a preguntar:
- Y entonces, ¿En cuánto la vendes?
- Bueno, dame 10 euros - responde el campesino.
- Me parece mejor. ¡Vamos, te invito a otras cervezas!
Luego de un buen rato le pregunta nuevamente al campesino,
- Y ahora, ¿En cuánto me la vendes?
- Dame 5 euros para poder irme a mi casa.
El hombre, viendo la posibilidad de quedarse con la radio, decide continuar con la ronda de cervezas y luego de otro buen rato insiste:
- Y ahora campesino, ¿En cuánto me lo vendes?
A lo que el campesino responde:
- Te voy a decir la verdad, yo quería vender la radio para beber cerveza pero, como ya estoy borracho he decidido no venderla e irme ya a mi casa. - ¿Qué es un asado?
(escrito por una mujer).
El asado es la única comida que el hombre cocina. Cuando el hombre se propone hacer uno, la cadena de acontecimientos es más o menos la
siguiente:
1. La mujer va al supermercado a comprar todo lo que es necesario.
2. La mujer prepara la ensalada, las papas con mayonesa y el postre.
3. La mujer prepara la carne, la pone en una fuente con los utensilios necesarios mientras que el hombre está sentado junto a la parrilla tomándose un vino.
4. El hombre pone la carne en la parrilla.
5. La mujer vuelve adentro a poner la mesa y a preparar la ensalada.
6. La mujer le dice al marido que la carne se está quemando.
7. El hombre saca la carne de la parrilla.
8. La mujer pone los platos en la mesa.
9. Después de comer, la mujer trae el postre, levanta la mesa y luego lava los platos.
10. El hombre le pregunta a la mujer si está contenta de no haber tenido que cocinar ese día, y percibiendo la cara de enojo de la mujer, concluye que no hay cosa que les venga bien.
Derecho a réplica
(escrito por un hombre).
1. Ningún hombre en su sano juicio va a mandar a su mujer a comprar las cosas para el asado: ella va a traer cerveza "barata", dos kilos de bife, alas de pollo y tres kilos de puchero que el carnicero le dijo que salía muy rico a la parrilla, ya que no consiguió enchufárselo a ningún i**....
2. ¿Ensalada, papas con mayonesa y postre? Ella prepara estas mezclas para que coman las demás mujeres. Los hombres comemos carne y nada más.
3. ¿Preparar la carne? A la carne sólo se le pone sal gruesa (o parrillera-los más finos-) al momento de ponerla en la parrilla...
¿Bandeja con utensilios? Eso no es para hombres, el hombre macho se las arregla con un palito quemado, un chuchillo y las manos.
4. ¿Qué sólo se pone la carne en la parrilla?... Y quién hizo el fuego, separó las brasas, las acomodó, dió vuelta la carne, disciplinó los chinchulines y pinchó los chorizos?
5. ¿Otra vez preparar la ensalada? Ya dijimos que esas las comen las mujeres y los conejos.
6. ¿Que la carne se está quemando? El hombre sólo deja pasar la carne porque la mujer se vive quejando que "está muy jugosa", que "esto está muy crudo",o que "la deje en la parrilla dos minutos más" después de que les ofrecimos el mismo pedazo diez veces, y una hora después de que estaba a punto. Es decir que ellas acaban comiendo la carne en forma de carbón, tan tierna y suculenta como una suela que lleva cinco años al sol del desierto del Sahara.
7. Menos mal que somos los hombres los que sacamos la carne de la parrilla, si fuera por ellas viviríamos comiendo pedazos de carbón.
8. ¿Platos? Sólo si son para ellas; el hombre come directamente de la tabla.
9. ¿Postre?...Un Fernet...
¿Lavar los platos?... Yo usé los dedos!!! (y me los limpié en el pantalón).
10. nunca van a entender lo que es un asado " - Llega un campesino a un bar con una radio bajo el brazo ofreciéndola en venta. En una mesa cercana hay varios citadinos quienes al verlo humilde se proponen quitarle la radio sin pagarle un centavo. Uno de los citadinos le comenta a los otros:
Les aseguro que con unas cervezas encima, ese campesino terminará rebajando el costo de la radio hasta casi nada.
Por lo que lo invitan a sentarse con ellos. Entonces, pregunta el citadino:
¿En cuánto nos vendes tu radio?
En 30 dólares, responde de manera ingenua.
Okay, dice el citadino, vamos a tomarnos unas cervezas y luego hablamos.
Al cabo de un rato ya se han tomado varias cervezas cada uno y el citadino vuelve a preguntar:
Y entonces, ¿En cuánto la vendes?
Bueno, deme 10 dólares, responde el campesino.
Me parece mejor, dice el citadino.
¡Vamos, te invito a otras cervezas!
Luego de un buen rato le pregunta nuevamente al campesino,
Y ahora, ¿En cuánto me la vendes?
Deme 5 dólares para poder irme a mi casa.
El citadino, viendo la posibilidad de quedarse con la radio, decide continuar con la ronda de cervezas y luego de otro buen rato insiste:
Y ahora campesino, ¿En cuánto me lo vendes?
A lo que el campesino responde:
Le voy a decir la verdad, yo quería vender la radio para beber cerveza pero, como ya estoy borracho he decidido no venderla e irme ya a mi casa. - Chistes en la selva Hay una escasez de comida en la selva, el león propone contar chistes y el que haga reir a todos los animales se salva, si no lo matan.
-El conejo cuenta un chiste buenísimo y todos se ríen menos la tortuga, matan al conejo.
-El oso cuenta un chiste buenísimo y todos se ríen menos la tortuga matan al oso.
-El caballo cuenta un chiste malísimo y nadie se ríe y empieza la tortuga a reírse a carcajada y dice: el chiste del conejo buenísimo, buenísimo - Un pastor vigila su inmenso rebaño de ovejas cuando se le acerca un hombre y dice:
- Oiga, si acierto el número exacto de ovejas, ¿me regalaría una? El pastor muy seguro acepta:
- Sí hombre, es más, si acerta no solo se la doy sino que le dejo escoger la que quiera.
- Pues yo diría que hay... tres mil cuatrocientas noventa y siete ovejas. El pastor se queda alucinado y le ofrece escoger la oveja pues ha acertado. Antes de irse, el pastor le propone:
- Oiga, espera un momento, si adivino de que pueblo es usted, ¿me devolvería la oveja? El hombre piensa que con tantos pueblos que hay en España es imposible que acierte y acepta.
- Pues usted es de Lepe.
- ¡Exacto! Tome su oveja. ¿cómo lo ha sabido?
- Oh, ha sido fácil. Sólo un lepero sería capaz de teniendo tantas ovejas donde escoger que se lleve precisamente al perro pastor. - Cómo repartir las limosnas de los feligreses Se encuentran un cura inglés, un cura francés y un cura argentino, dando cada uno su opinión de cómo repartir las limosnas de los feligreses.
El ingles propone:
- Trazamos un círculo en el suelo, tiramos las monedas al aire, las que caigan dentro, se las ofrecemos a Dios, y las otras para la parroquia.
El francés no está de acuerdo con el inglés y dice:
- ¡Ah!, no,no, escuchar, yo propongo trazar una línea recta en el suelo, tirar las monedas al aire, las que caigan a la derecha se las ofrecemos a Dios, y las otras, para la parroquia.
El argentino desaprueba las propuestas del inglés y del francés y dice:
- NO,no, mejor tiramos las monedas al aire, ¡Las que agarre Dios para él! ¡Y LAS OTRAS PARA LA PARROQUIA!.

Contar chistes de proponer es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.