Chistes de Reia

Estos son los 10 chistes de reia y más graciosos bromas sobre reia que matan de risa. Lea chistes acerca reia que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de reia para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre reia para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Estaba Santa en la casa de un niño y se reía hohohohohoho entonces el niño que por alguna razón estaba despierto y le pregunta santa de que te ríes y santa dice: de que no te traigo regalos hohohohohohoho
  2. habia una vez un viejito que era tan arrugado que cuando se reia sonaba un vallenato
  3. era una vez un tara do se callo y me le rei
  4. En el patio de un manicomio se encontraba un grupo de internos que se reían a intervalos. El director que hacía sus rondas se acerca curioso para ver que era lo que sucedía. Al acercarse, ve que un loco dice un número: ¡Doce!, e inmediatamente el resto del grupo se comienza a reír. Al acabar las carcajadas del grupo, otro de los del grupo dice otro número: ¡Treinta y dos!, obteniendo, nuevamente, el mismo resultado del grupo ahí
    congregado, que se suelta a carcajadas. El director les pregunta:
    ¿Qué es lo que está sucediendo?
    A lo que uno de sus pacientes le contesta:
    Estamos contando chistes.
    Aún más curioso, el director comenta:
    ¡Pero si sólo están diciendo números!
    A lo que el mismo paciente le explica:
    Lo que pasa es que nos sabemos tantos chistes, que los hemos enumerado para ahorrarnos el tiempo de contarlos.
    Ponderando esta explicación, el director decide probar su suerte y dice:
    A ver, dieciocho.
    A lo que no recibe respuesta alguna del grupo, sino un silencio absoluto.
    Anonadado vuelve a intentar.
    Veintidós.
    Obteniendo la misma silenciosa reacción. Desesperado comienza a decir números uno tras otro sin lograr sacarle a ninguno de sus internos la menor sonrisa, hasta que por fin les pregunta:
    ¿Pero qué pasa? ¡Les he contado varios chistes y nadie se ríe!
    A lo que uno de los locos le contesta:
    ¡Lo que pasa es que usted no tiene gracia para contarlos!
  5. Iba Jaimito a la escuela y todos lo días la señorita preguntaba:
    A ver Juan, ¿qué comiste hoy?

    Y respondía Juan con orgullo:
    Hoy comí caviar.
    A ver Pedrito, ¿qué comiste hoy?
    Y respondía Pedrito, hoy comí un asado de la mejor carne.
    A ver Jaimito, ¿qué comiste hoy?
    Y él avergonzado decía:
    Yerbiado.
    Y todos los alumnos se reían.
    Hasta que un día se cansó y dijo:
    ¡Esta vez yo me voy a reír de ellos!
    Llega a la escuela pasa lo de todos los días y cuando llega a Jaimito él responde orgulloso:
    Milanesas con puré.
    Y todos sorprendidos y la señorita le pregunta:
    ¿Cuántas?
    Y él dice:
    ¡3 tazas!
  6. Este es un europeo viendo un partido de fútbol en Brasil, en el estadio de Maracaná. El estadio a tope y la muchedumbre enfervorizada viendo un apasionante encuentro. De repente penalty, y todo el público al unisono:
    Que lo tire "o rei do efecto", que lo tire " o rei do efecto"...
    En eso que el europeo pregunta:
    Bueno y, ¿Quién es ese tal "o rei do efecto"?
    Salta uno de por allí:
    Es un tío que tira los penaltis con un efecto...
    Es que cuando los tira él, es gol seguro, que efecto le da al balón.
    En esos momentos se acerca un morenito, planta el balón, coge carrerilla, y un zurdazo que sale completamente recto, y el portero lo atrapa sin dificultades.
    El europeo contrariado pregunta:
    ¿Pero no lo lanza con efecto?
    Uno le responde:
    Espera, espera que la bote el portero.
  7. Había una vez un loco que iba viajando en un camión, el loco estaba sentado junto a la ventanilla, y cada vez que se asomaba a la ventanilla, el loco se reía a carcajadas. Así estuvo el loco por mucho tiempo hasta que el chofer del camión, enfadado, se detiene y va con el loco y le pregunta:
    Oiga usted, desde hace un rato se viene riendo, ¿de qué se ríe?
    El loco le contesta:
    Ven y asómate a la ventanilla, mira las llantas de atrás están corre y corre, y por más que corren, no alcanzan a las llantas de adelante.
  8. Estaban todos los animales e hicieron una ronda y todos tenían que contar un chiste y si nadie se reía, lo mataban.
    Comenzó la jirafa, contó un chiste malísimo y la mataron, el elefante, lo mataron, el cocodrilo, lo mataron, llegó el mono y contó el mejor chiste de la noche. Todos se rieron menos la tortuga, fueron pasando por los animales hasta llegar a la tortuga y esta, poco a poquito fue soltando unas carcajadas y le preguntaron de que se reía y contestó: que ya le había entendido al chiste del mono
  9. Iban 3 amigos en una motocicleta. El primero iba conduciendo, el del medio era tartamudo, y el último se llamaba Jaime.
    El primero, Piloto, les dijo a sus 2 amigos que se prepararan para sentir adrenalina, y aceleró su motocicleta.
    El del medio, el tartamudo, en una curva, comenzó a decir:
    ¡¡Ja-Ja-Ja-Ja!!
    Y el que conducía, al pensar que se su amigo se reía, aceleraba cada vez más.
    Después de un rato, cuando se detuvieron, el del medio dice:
    ¡¡Ja-Ja-Ja-Jaime se cayó!!
  10. Resulta que todos los chicos estaban en la escuela y la maestra pregunta:
    Pedrito, ¿Vos en qué viniste?
    En avión, responde Pedrito.
    ¿Y vos Juanito?
    En un ferrari.
    ¿Y vos Jaimito?
    Yo vine en caballo.
    Y todos los niños se reían y burlaban de Jaimito.
    Al día siguiente la misma pregunta. Pero como Jaimito no quería que los niños se rieran nuevamente de él, le responde:
    Yo vine en una moto CBR600.
    ¿Y por qué tardaste tanto? Preguntó la maestra.
    ¡Porque la deje comiendo pasto!



chistes de reia

Contar chistes de reia es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.