Chistes de Ronda

Estos son los 8 chistes de ronda y más graciosos bromas sobre ronda que matan de risa. Lea chistes acerca ronda que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de ronda para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre ronda para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Se abre el telón y se ve a Batman jugando a los dardos y fallando todas las rondas, ¿cómo se llama la película?
    - ¡Malditos Batdardos!
  2. Un grupo de amigos se van de excursión, llega la noche y se reunen en torno a una fogata:
    - Bueno.
    .. ahora vamos a comenzar la ronda de chiste.
    - Yo se uno de Lepe - dice uno de ellos.
    Otro replica:
    - Yo soy de Lepe ¡Por favor!
    - Esta bien!, lo voy a contar dos veces
  3. En el patio de un manicomio se encontraba un grupo de internos que se reían a intervalos. El director que hacía sus rondas se acerca curioso para ver que era lo que sucedía. Al acercarse, ve que un loco dice un número: ¡Doce!, e inmediatamente el resto del grupo se comienza a reír. Al acabar las carcajadas del grupo, otro de los del grupo dice otro número: ¡Treinta y dos!, obteniendo, nuevamente, el mismo resultado del grupo ahí
    congregado, que se suelta a carcajadas. El director les pregunta:
    ¿Qué es lo que está sucediendo?
    A lo que uno de sus pacientes le contesta:
    Estamos contando chistes.
    Aún más curioso, el director comenta:
    ¡Pero si sólo están diciendo números!
    A lo que el mismo paciente le explica:
    Lo que pasa es que nos sabemos tantos chistes, que los hemos enumerado para ahorrarnos el tiempo de contarlos.
    Ponderando esta explicación, el director decide probar su suerte y dice:
    A ver, dieciocho.
    A lo que no recibe respuesta alguna del grupo, sino un silencio absoluto.
    Anonadado vuelve a intentar.
    Veintidós.
    Obteniendo la misma silenciosa reacción. Desesperado comienza a decir números uno tras otro sin lograr sacarle a ninguno de sus internos la menor sonrisa, hasta que por fin les pregunta:
    ¿Pero qué pasa? ¡Les he contado varios chistes y nadie se ríe!
    A lo que uno de los locos le contesta:
    ¡Lo que pasa es que usted no tiene gracia para contarlos!
  4. La radio del campesino Llega un campesino a un bar con una radio bajo el brazo ofreciéndola en venta. En una mesa cercana hay varios hombres que al verlo tan humilde se proponen quitarle la radio sin pagarle un centavo. Uno de los hombres le comenta a los otros:
    - Os aseguro que con unas cervezas encima, ese campesino terminará rebajando el coste de la radio hasta casi nada.
    Por lo que lo invitan a sentarse con ellos. Entonces, preguntan al campesino:
    - ¿En cuánto nos vendes tu radio?
    - 30 euros, responde de manera ingenua.
    - Ok, vamos a tomarnos unas cervezas y luego hablamos.
    Al cabo de un rato ya se han tomado varias cervezas cada uno y le vuelve a preguntar:
    - Y entonces, ¿En cuánto la vendes?
    - Bueno, dame 10 euros - responde el campesino.
    - Me parece mejor. ¡Vamos, te invito a otras cervezas!
    Luego de un buen rato le pregunta nuevamente al campesino,
    - Y ahora, ¿En cuánto me la vendes?
    - Dame 5 euros para poder irme a mi casa.
    El hombre, viendo la posibilidad de quedarse con la radio, decide continuar con la ronda de cervezas y luego de otro buen rato insiste:
    - Y ahora campesino, ¿En cuánto me lo vendes?
    A lo que el campesino responde:
    - Te voy a decir la verdad, yo quería vender la radio para beber cerveza pero, como ya estoy borracho he decidido no venderla e irme ya a mi casa.
  5. Pasaba un médico realizando la ronda dentro del manicomio, revisando que todos los locos estuvieran bien, pero siempre que pasaba por uno de los cuartos encontraba a un loco con la oreja pegada a la pared, al otro día volvió y pasó, y lo mismo, el mismo loco con la oreja pegada a la pared, y así sucedió durante varios días, hasta que un día, el médico entró a la habitación y le preguntó al loco qué era lo que estaba haciendo, pero el loco no le contestó nada, entonces se colocó donde estaba el loco y colocó la oreja en la pared durante varios minutos, y le dice al loco:
    Pero es que no se escucha nada.
    Y el loco le dice:
    ¡Y así es siempre!
  6. Llega un campesino a un bar con una radio bajo el brazo ofreciéndola en venta. En una mesa cercana hay varios citadinos quienes al verlo humilde se proponen quitarle la radio sin pagarle un centavo. Uno de los citadinos le comenta a los otros:
    Les aseguro que con unas cervezas encima, ese campesino terminará rebajando el costo de la radio hasta casi nada.
    Por lo que lo invitan a sentarse con ellos. Entonces, pregunta el citadino:
    ¿En cuánto nos vendes tu radio?
    En 30 dólares, responde de manera ingenua.
    Okay, dice el citadino, vamos a tomarnos unas cervezas y luego hablamos.
    Al cabo de un rato ya se han tomado varias cervezas cada uno y el citadino vuelve a preguntar:
    Y entonces, ¿En cuánto la vendes?
    Bueno, deme 10 dólares, responde el campesino.
    Me parece mejor, dice el citadino.
    ¡Vamos, te invito a otras cervezas!
    Luego de un buen rato le pregunta nuevamente al campesino,
    Y ahora, ¿En cuánto me la vendes?
    Deme 5 dólares para poder irme a mi casa.
    El citadino, viendo la posibilidad de quedarse con la radio, decide continuar con la ronda de cervezas y luego de otro buen rato insiste:
    Y ahora campesino, ¿En cuánto me lo vendes?
    A lo que el campesino responde:
    Le voy a decir la verdad, yo quería vender la radio para beber cerveza pero, como ya estoy borracho he decidido no venderla e irme ya a mi casa.
  7. Este borracho se acostó en un banquillo del parque.
    Llegó el policía y golpeó con la macana sobre el banquillo, y dice: aquí no se puede dormir. El borracho se levanta y cuando el policía sigue dando la ronda, se acuesta en otro banquillo. A los pocos minutos llega el policía de nuevo y golpea en el banquillo, y dice: te he dicho que aquí no se puede dormir. El borracho se levanta (refregándose los ojos) y le grita al policía: pues claro que no se puede dormir, tu golpeando y haciendo ruido con esa macana toda la noche. quién va a dormir...
  8. Estaban todos los animales e hicieron una ronda y todos tenían que contar un chiste y si nadie se reía, lo mataban.
    Comenzó la jirafa, contó un chiste malísimo y la mataron, el elefante, lo mataron, el cocodrilo, lo mataron, llegó el mono y contó el mejor chiste de la noche. Todos se rieron menos la tortuga, fueron pasando por los animales hasta llegar a la tortuga y esta, poco a poquito fue soltando unas carcajadas y le preguntaron de que se reía y contestó: que ya le había entendido al chiste del mono



chistes de ronda

Contar chistes de ronda es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.