Chistes de Supositorio

Estos son los 11 chistes de supositorio y más graciosos bromas sobre supositorio que matan de risa. Lea chistes acerca supositorio que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de supositorio para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre supositorio para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Uno que llega a una farmacia y dice:
    - Deme unos supositorios que sepan muy, muy, muy bien a menta.

    Y dice el famacéutico:
    - ¿Qué pasa, te los vas a comer?.
    - No, si te parece me los meto por el c**....
  2. Era una vez una viejita que fue a ver al doctor, al llegar, le dice la viejita al doctor:
    Doctor, revíseme mi oído porque me duele mucho, y no sé que tengo.
    El doctor le dice a la viejita:
    ¡Señora, pero si usted trae un supositorio en el oído!
    Y la viejita le responde:
    ¡Ah, entonces ya sé dónde dejé mi aparato para la sordera!
  3. esto es una abuela k se tiene k poner un supositorio, como eya sola no podia yamo a su nieto y le dise, anda niño tu k eres tan apañao xk no m pones el supositorio, total k se baja la abuela las bragas se pone en pompa y cuando el niño se lo va a meter le dise, abuela el supositorio se lo meto a usted o se lo doi al pavo!!
  4. -¡Ringgggg!, ¡ringgggg!.
    - Farmacia Garrido, ¿dígame?.
    - Perdón señor, pero? ¿qué tengo que hacer con los supositorios que me han recetado?.
    - Metérselos por el c**....
    - ¡Vaya, menudo carácter tiene usted!.
  5. El marido sale del baño desnudo y empieza a subirse a la cama, cuando la mujer se queja diciendo (como siempre):
    - Uy no, Pepe, tengo un dolor de cabeza...
    - Perfecto - contesta el marido -. Casualmente estaba en el baño espolvoreándome aspirina en el pene..., la puedes tomar vía oral o como supositorio.
  6. Jaimito y su abuela Una tarde al salir de la escuela, Jaimito va a merendar a casa de su abuela, después de la merienda le dice la abuela:
    - Jaimito, tengo que ponerme un supositorio y yo sola no puedo.
    - Yo te ayudo abuelita
    Esta va, le da el supositorio al niño, se baja las bragas, pone el c**... en pompa y Jaimito se pone detrás de la abuela y cuando ve aquello, le dice:
    - Abuelita el supositorio es para ti o se lo doy al pavo
  7. Entra un gaditano que está de vacaciones en Bilbao en una farmacia.
    - Buenos dias, ¿me puede dar una aspirinita?
    - Qué cojones una aspirinita, chaval, aquí tienes una aspirinota y te la llevas rodando, joder.
    - Bueno, vale, me dará también un jarabito para la tos...
    - Hostia, chaval, aquí nada de jarabito, aquí tienes un jarabote y de garrafa.
    - ¿AIgo más, chaval?
    - ¡No, no...! Los supositorios ya los compraré en Cádiz. :(
  8. La farmacia brasileña Entra un turista a una farmacia en Brasil y le dice al farmacéutico:
    - Deme una aspirina, por favor...
    El negro saca una aspirina enorme, del tamaño de un plato y se la envuelve. El tipo, confundido le pregunta:
    - ¿No tiene una aspirina más chiquita? ¿Una de tamaño normal?
    Y el negro le responde:
    - ¡En Brasil fabricamos as aspiriñas mais grandes du mundu!
    El tipo, asombrado, acepta la enorme aspirina y dice:
    - Deme un tubo de pasta dentífrica, por favor.
    El negro saca un tubo del tamaño de un termo y le dice: - ¡En Brasil fabricamos o tubo do pasta dentífrica máis grande du mundu! ¿Vocé gusta algo máis?
    El tipo lo piensa un poco y le responde:
    - No, gracias, los supositorios los compraré de regreso a mi país.
  9. Nuevas estrategias Sábado noche, el marido en previsión de que una noche más seria rechazado por su mujer, trazó un plan:
    Entró en su baño, se duchó tranquilamente y minutos después apareció desnudo en el cuarto.
    La mujer al ver al marido desnudo y recién duchado dijo:
    - Ay, mi amor ya sabes como me siento últimamente... ¡Sigo con un dolor de cabeza terrible!.
    En ese momento ella notó que el pene de su marido estaba todo cubierto por un polvo blanco. Extrañada, le preguntó:
    - ¿Qué es eso mi amor?
    Él respondió:
    - ASPIRINA EN POLVO, cariño. ¿La prefieres vía oral o como supositorio?
  10. Es un turista que está viajando por la selva amazónica sufre un pequeño accidente, y se acerca a una farmacia que hay al lado de la carretera:
    - Buenas, quería unas tiritas.
    El de la farmacia le pone encima del mostrador un rollo de tiritas que pesa un kilo y le dice:
    - Brasil es o mais grande paiso du mondo.
    - Ya, ya... también quería unas gasitas de algodón.
    El farmacéutico le saca una bala inmensa de algodón y le dice:
    - Brasil es o mais grande paiso du mondo. ¿Vuste quere algu mais?
    - No, gracias, los supositorios los compraré a mi regreso en Madrid.
  11. Forma de uso Un matrimonio de gallegos va al médico, que le receta unos supositorios a la mujer. Al salir, se ponen a hablar entre ellos:
    - Oye Manolo, ¿Qué es un supositorio?
    - Pues la verdad es que no lo sé.
    - Y entonces ¿Cómo los voy a usar?
    - Pues no sé. Mira, lo mejor es que entremos otra vez y se lo preguntemos al medico, que debe saberlo.
    - No, hombre, no, que se va a enfadar.
    - ¡Qué se va a enfadar! Anda, mujer, no seas tímida.
    Total, que vuelven a entrar y la mujer le pregunta al médico:
    - Esto... ¿nos podría decir cómo se usan los supositorios?
    - Sí, claro. Tiene que sacarlos del envoltorio, con un poco de cuidado para que no se rompan, y metérselos por el c**....
    - Ves, Manolo, ya te dije que se iba a cabrear.



chistes de supositorio

Contar chistes de supositorio es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.