Chistes de Atún

Estos son los 11 chistes de atún y más graciosos bromas sobre atún que matan de risa. Lea chistes acerca atún que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de atún para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre atún para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. ¿En qué se diferencia una cueva de una refrigeradora?
    En que la cueva tiene estalatitas y la refrigeradora tiene esta latita de atún, esta latita de mantequilla, estalatita de...
  2. ¿Cómo se inventó el atún?
    Iban dos pececitos y se iban a chocar, uno lo vio y el otro no.
    El que lo vio gritó aaaaaaaaaaaaaatún.
  3. ¿Qué le dice un atún a otro?
    ¡Atun lado me siento seguro!
  4. Un camión de atún, y otro camión de atún.
    Chocan y se convierten en un atunaso.
  5. - ¡Camarero!
    - ¿Qué?
    - ¡Camarero!
    - ¿Qué?
    - ¡Una de "atún"!
    - ¿Una de "atún"?
    - Atun-lado me siento seguro, atun-lado no dudo,...
  6. Maripily y el fin del mundo Dice Maripily:
    - ¿Quién dijo que el mundo se acababa en el 2012?, son todos tan mentirosos. Encontré una lata de atún que caduca en el 2013.
  7. Era tan educada, pero tan educada la señora que al abrir una lata de atún decía:
    ¿Se puede?
  8. Un hacendado se va por negocios a la ciudad por dos semanas, y deja todo al cuidado de su capataz.
    - Ya sabes, cuida bien todo, no vaya a pasar algo.
    - No se preocupe patrón, que nada va a suceder.
    - No sé, es que tú eres bien bruto.
    Dos semanas después vuelve el hacendado.
    - Y, Cholo, ¿Alguna novedad?
    - No patroncito, nada ha pasado.
    - ¿Estás seguro? Que tú eres medio bruto.
    - Bueno, ahora que lo dice, sí pasó algo, se murió su gato.
    - ¡Mi gato de angora! ¿Cómo que se murió mi gato?
    - Se murió de indigestión.
    - ¿Cómo que de indigestión? Si sólo comía atún y caviar.
    - Es que comió carne de caballo.
    - ¿Qué caballo?
    - Su caballo pues patrón, es que se murió y había que aprovechar la carne.
    - ¡Bruto! ¿Qué pasó con mi caballo de paseo?
    - Se murió del esfuerzo.
    - ¿Qué esfuerzo?
    - Pues de cargar agua.
    - ¡Agua! ¿Para qué?
    - Para apagar el incendio.
    - ¿Qué incendio?
    - El de su casa, pues.
    - ¿Mi casa de campo? ¡Qué le hiciste a mi casa!
    - Nada, se quemó por la vela.
    - ¿Qué vela?
    - La del velorio de su esposa.
    - ¡Mi esposa infeliz! ¿Qué le pasó?
    - Se murió de la impresión.
    - ¿Qué impresión?
    - ¡Sí! De la impresión de ver a sus hijos ahogarse.
    Y el hacendado le empieza a retar al capataz cuando éste suplicando dice:
    - ¡Ya no más! ¡Ya no más patroncito! De haber sabido que se iba a poner así, no le contaba lo del gato
  9. Cubano en la lata de atún Un cubano logró escapar de Cuba.
    Llegó a Miami ¡¡¡demtro de una lata de atún!!!
    Ante tan insólito suceso acudieron los periodistas, la televisión, las radios.
    El cubano se convirtió en la noticia del día.
    - ¡Sensacional! ¿Cómo hizo para meterse dentro de
    una lata de atún?
    - Meterme en la lata fue relativamente fácil. Lo que
    me resultó casi imposible fue conseguir una lata de
    atún en Cuba...
  10. En una bodega llega un niño y le pregunta al bodeguero:
    Señor, ¿Tiene café?

    El señor le responde que sí.
    El niño responde:
    Entonces, deme un kilo de espaguetis.
    Al otro día regresa el niño y pregunta:
    ¿Tiene azúcar?
    El señor responde que sí.
    Entonces, deme una lata de atún.
    Y todos los días era el mismo cuento, venía el chico, preguntaba por una cosa y llevaba otra.
    Hasta que un día el bodeguero se enojó y le dijo:
    No le pienso vender más a usted ni a su familia, el niño va a su casa y le cuenta a su papá lo que el señor le dijo, y el papá todo preocupado se dirige a la bodega.
    Señor, ¿Qué es lo que pasa?
    Y el bodeguero le contó el caso, el papá dice:
    Tiene usted toda la razón, ese hijo mío que no se compone, pero no se preocupe ahora mismo voy a la casa me quito el zapato y le doy con la correa.
  11. Un hacendado se va por negocios a la ciudad por dos semanas, y deja todo al cuidado de su capataz.
    Ya sabes, cuida bien todo, no vaya a pasar algo.
    No se preocupe patrón, que nada va a suceder.
    No sé, es que tú eres bien bruto.
    Dos semanas después vuelve el hacendado.
    Y, Cholo, ¿Alguna novedad?
    No patroncito, nada ha pasado.
    ¿Estás seguro? Que tú eres medio bruto.
    Bueno, ahora que lo dice, sí pasó algo, se murió su gato.
    ¡Mi gato de angora! ¿Cómo que se murió mi gato?
    Se murió de indigestión.
    ¿Cómo que de indigestión? Si sólo comía atún y caviar.
    Es que comió carne de caballo.
    ¿Qué caballo?
    Su caballo pues patrón, es que se murió y había que aprovechar la carne.
    ¡Bruto! ¿Qué pasó con mi caballo de paseo?
    Se murió del esfuerzo.
    ¿Qué esfuerzo?
    Pues de cargar agua.
    ¡Agua! ¿Para qué?
    Para apagar el incendio.
    ¿Qué incendio?
    El de su casa, pues.
    ¿Mi casa de campo? ¡Qué le hiciste a mi casa!
    Nada, se quemó por la vela.
    ¿Qué vela?
    La del velorio de su esposa.
    ¡Mi esposa infeliz! ¿Qué le pasó?
    Se murió de la impresión.
    ¿Qué impresión?
    ¡Sí! De la impresión de ver a sus hijos ahogarse.
    Y el hacendado le empieza a retar al capataz cuando éste suplicando dice:
    ¡Ya no más! ¡Ya no más patroncito! De haber sabido que se iba a poner así, no le contaba lo del gato.



chistes de atún

Contar chistes de atún es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.