Chistes de Cactus

Estos son los 7 chistes de cactus y más graciosos bromas sobre cactus que matan de risa. Lea chistes acerca cactus que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de cactus para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre cactus para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. ¿Por qué los perros del desierto aullan?
    Porque no hay árboles, hay cactus.
  2. ¿Por qué los perros aúllan en el desierto?
    Porque no hay árboles, sólo cactus.
  3. Leí en el periódico: "se vende planta baja", fui y me vendieron un cactus.
  4. Era un puercoespín chiquito, y como acababa de nacer no podía ver. Iba caminando y de repente se topa con un nopal (Cactus, Tuna) y como no veía y sintió picudo le pregunto:
    ¿Eres tú, mami?
  5. Dos globitos que viajan por el desierto van rebotando alegremente y el globito rojo le dice al azul:
    Ten mucho cuidado con el cactus, no te vayas a reventar.
    A lo que el azul responde:
    Pero, ¿Cuál cactusssssssssssssss?
  6. Pepito estaba en la sala de clases y la maestra dejó una tarea de dibujar un paisaje. Al otro día recoge las tareas:
    Lupita, tu tarea.
    Aquí está maestra, es un bosque con los animalitos.
    Muy bien Lupita, dice la maestra.
    Juanito, tu tarea.
    Aquí está maestra, es un desierto con los camellos y cactus.
    ¡Pepito! tu tarea.
    Aquí está maestra (y le lleva una hoja en blanco)
    ¿Pero qué es esto Pepito?, le dice la maestra.
    Mire maestra, contesta Pepito, es una vaca comiendo pasto.
    ¿Y el pasto Pepito?, pregunta la maestra.
    Se lo comió la vaca, contesta Pepito,
    ¿Y la vaca?, pregunta la maestra.
    Pepito contesta:
    Es que la vaca se comió el pasto y se fue.
  7. Un conductor de camión que transporta 75 toneladas de nitroglicerina, cuando viaja en lo más alto de un puerto de montaña se da cuenta de que no tiene frenos y empieza a descender cada vez más rápido.
    El camión va derrapando como si fuese una moto, esquivando como puede a los que vienen en dirección contraria.
    Va rebotando todo el rato, porque el pavimento de la carretera esta lleno de baches, y de vez en cuando choca ligeramente con el muro que hay al lado de la carretera.
    El conductor intenta en vano encontrar algún desvío, y al final el camión se sale de la carretera por una curva que cae por un precipicio profundísimo.
    El desgraciado conductor intenta quitarse el cinturón de seguridad, pero se ha atascado; mientras el camión va cayendo, se las arregla para cortarlo con una navaja que se le escurre entre los dedos varias veces, porque los tiene llenos de sudor. Intenta abrir la puerta, pero en uno de los choques contra el muro se ha deformado y es imposible moverla, así que agarra el extintor y empieza a golpear el parabrisas; como es de vidrio muy resistente le cuesta mucho, pero al final consigue romperlo y salta.
    Sin embargo, se engancha con los pantalones en uno de los hierros; intenta soltarse, pero es imposible, así que se los quita y por fin sale del camión. A pesar de que no ve nada, porque ha perdido sus gafas, consigue agarrarse a una ramita.
    En ese momento, el camión explota con tanta violencia que a su alrededor cae una lluvia de fragmentos ardiendo y se produce una avalancha encima suyo.
    El hombre aguanta como puede los golpes de las piedras en la cabeza, pero la ramita es demasiado pequeña y se desprende.
    El camionero baja rodando por el barranco, golpeándose con todas las piedras, casi pierde el conocimiento, hasta que consigue agarrarse a un cactus y cree estar a salvo; sin embargo, debajo de esa rama hay una colmena.
    Nuestro hombre es alérgico al veneno de las abejas, pero como no puede soltarse porque la caída seria mortal, aguanta impasible sus picaduras.
    Transcurre un rato que le parece una eternidad hasta que oye unos gritos; le dicen que le han visto y que van a llamar a la policía y a servicios médicos para que le atiendan.
    No hay ningún teléfono cerca, así que tienen que ir hasta el pueblo mas cercano, a 20 kilómetros de distancia; un atasco impide que la ayuda llegue pronto, y cuando llega la policía se dan cuenta de que van a necesitar cuerdas para llegar hasta él fondo para rescatarle, y vuelven a por ellas.
    El camionero aguanta varias horas bajo el sol ardiente, que le produce quemaduras de tercer grado, pero al final es rescatado.
    Entonces uno de sus salvadores le dice:
    - Gracias a Dios se ha salvado.
    - No, gracias a Dios no, me he salvado gracias a ese cactus, porque las intenciones de Dios estaban bien claras....



chistes de cactus

Contar chistes de cactus es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.