Chistes de Facultad

Estos son los 7 chistes de facultad y más graciosos bromas sobre facultad que matan de risa. Lea chistes acerca facultad que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de facultad para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre facultad para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. - ¿Qué hace un gallego corriendo alrededor de una facultad?
    - Una carrera universitaria...
  2. En la Facultad de Medicina el profesor de anatomía pregunta a un estudiante:
    ¿En qué lado se encuentra el hígado en el hombre?
    En la derecha, responde el alumno.
    ¿Y en la mujer?
    ¡Hummm! ¡A la izquierda!
    ¿Está usted seguro de que está a la izquierda?
    Quiero decir, rectifica el estudiante, entrando, a la izquierda.
  3. Examen de inglés Era el examen final de inglés en la facultad. Como muchos de los exámenes universitarios, su principal objetivo era eliminar a los nuevos estudiantes. El examen duraba dos horas y cada estudiante recibió su correspondiente hoja de examen con las preguntas.
    El profesor era muy recto y severo, catedrático a la antigua usanza, y le dijo a toda la clase que si el examen no estaba sobre su mesa después de dos horas exactamente, no se aceptaría, y el estudiante sería suspendido.
    Media hora después de empezar el examen, un estudiante entró por la puerta y le pidió una hoja de examen al profesor:
    - No va a tener tiempo usted para terminarlo, dijo el profesor al dársela.
    - Si que lo terminaré, contestó el estudiante.
    Se sentó y empezó a escribir. Después de dos horas, el profesor pidió los exámenes, y todos los estudiantes, en ordenada fila, los entregaron. Todos menos el que había llegado tarde, que continuó escribiendo como si nada pasase.
    Después de otra media hora, este último estudiante se acercó a la mesa donde se encontraba el profesor sentado leyendo un libro. En el instante en que intentó poner su examen encima del montón, dijo el profesor al alumno:
    - Ni lo intente. No puedo aceptar eso. Ha terminado tarde.
    El estudiante lo miró furioso e incrédulo.
    - ¿Sabe quién soy? -le preguntó-.
    - No, no tengo ni la menor idea -contestó el profesor en tono de voz sarcástico-.
    - ¿Sabe quién soy? -preguntó nuevamente el estudiante, apuntándose a su propio pecho con su dedo, y acercándose de manera intimidante-.
    - No, y no me importa en absoluto -contestó el profesor con un aire de superioridad-
    En ese momento, el estudiante cogió rápidamente su examen y lo metió en medio del montón, entre todos los demás.
    - ¡Eso es perfecto! -exclamó-.
    Y se marchó.
  4. Médicos que vienen En la facultad de medicina y ante un cadáver, el profesor le pregunta a un estudiante:
    - ¿Cuál ha sido la causa de la muerte de este individuo? El alumno se pone a examinar el cuerpo, ve que tiene numerosas puñaladas en el tórax y responde:
    - Ha muerto de muerte natural.
    - ¿Cómo que de muerte natural?¿Usted no ha visto las puñaladas? - Hombre...es que con esas puñaladas lo natural es que se muera.¡Digo yo! ...
  5. Se acercaba la fecha para evaluación final de inglés en la facultad, como muchos de los exámenes universitarios, su principal objetivo era eliminar a los que no llegaban al promedio exigido.
    El examen duraba dos horas y cada estudiante recibió su correspondiente hoja de examen con las preguntas.
    El profesor era muy recto y severo, catedrático a la antigua usanza, y le dijo a toda la clase que si el examen no estaba sobre su mesa después de dos horas exactamente, no se aceptaría, y el estudiante sería suspendido.
    Media hora después de empezar el examen, un estudiante entró por la puerta y le pidió una hoja de examen al profesor:
    – No va a tener tiempo usted para terminarlo, dijo el profesor al dársela.
    – Sí que lo terminaré, contestó el estudiante. Se sentó y empezó a escribir.
    Después de dos horas, el profesor pidió los exámenes, y los estudiantes, en forma ordenada entregaron sus evaluaciones.
    Todos menos el que había llegado tarde, que continuó escribiendo como si nada pasase.
    Después de otra media hora, este último estudiante se acercó a la mesa donde se encontraba el profesor sentado leyendo un libro.
    En el instante en que intentó poner su examen encima del montón, dijo el profesor al alumno:
    – Ni lo intente. No puedo aceptar eso. Ha terminado tarde.
    El estudiante lo miró furioso e incrédulo.
    – ¿Sabe quién soy? -le preguntó-.
    – No, no tengo ni la menor idea -contestó el profesor en tono de voz sarcástico-.
    – ¿Sabe quién soy? -preguntó nuevamente el estudiante, apuntándose a su propio pecho con su dedo, y acercándose de manera intimidante-.
    – No, y no me importa en absoluto -contestó el profesor con un aire de superioridad
    En ese momento, el estudiante cogió rápidamente su examen y lo metió en medio del montón, entre todos los demás.
    – ¡Extraordinario! -exclamó-. Y se marchó
  6. Los 5 hermanos Estaba un joven pidiendo limosna por las calles y empieza a charlar sobre su situacion con un señor:
    -¿No tiene usted una moneda para mi familia que es muy grande y no tiene dinero? Comprenda, somos 5 hermanos todos de diferentes padres y vivimos con nuestra madre, en total 6 personas...
    -Es culpa de tu madre por ser tan irresponsable y tener tantos hijos... ¡y encima con tantos hombres distintos!
    -No es su culpa ella, la violaron muchas veces en la facultad.
    -Entiendo... Asi que al fin y al cabo fue contra su voluntad...
    -No, no, nada de eso, fue contra el paredon de la facultad
  7. NI p**......
    Un Sr. de 50 años sufrió un terrible accidente que le provocó,
    entre otras cosas, la pérdida de su ****.
    Cuándo visitó al urólogo, desanimado y errático,
    fue rápidamente reconfortado:
    "Tranquilo, ahora la ciencia combinada con la técnica,
    pueden solucionar cualquier problema".
    Le entregó un muestrario en el que había:
    Un **** pequeño a $15,000.00;
    Uno mediano a $35,000.00 y
    Uno grande a $60,000.00.
    El hombre desechó el pequeño y dudaba entre el mediano y el grande.
    Mientras pensaba, el facultativo le dijo que sería conveniente que lo consultara con su esposa.
    Le pareció un buen consejo y llamó a su esposa para explicarle las opciones.
    El médico, al regresar al consultorio, encontró al hombre mirando hacia el vacío con una mirada triste.
    "Y bien amigo, ¿que le dijo su esposa?"
    "Dice que, como casi no lo usamos... prefiere remodelar la cocina"



chistes de facultad

Contar chistes de facultad es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.