Chistes de Furia

Estos son los 10 chistes de furia y más graciosos bromas sobre furia que matan de risa. Lea chistes acerca furia que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de furia para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre furia para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Primer acto: entra un gordo a un restaurante, empieza a pegar a todos y se come toda la comida
    Segundo acto: entra un gordo a otro restaurante, empieza a pegar a todos y se come toda la comida
    Tercer acto: entra un gordo otra vez a otro restaurante, empieza a pegar a todos y se come toda la comida
    ¿Cómo se llama la Película?
    La Furia del Tragón.
  2. Un hombre estaba cortando el césped en el jardín frente a su casa cuando Manolo, su vecino, salió de su casa y se dirigió al buzón de correos; lo abrió, lo volvió a cerrar y regreso a su casa. Un poco después Manolo volvió a salir de la casa, se dirigió otra vez al buzón, lo abrió y lo cerró con un golpe. Hecho una furia regreso a la casa. El hombre estaba terminando de cortar el césped cuando vio que Manolo salía de nuevo, iba al buzón, lo abría y lo cerraba con todas sus fuerzas. Intrigado por sus acciones, el hombre le preguntó:
    ¡Oye, Manolo! ¿Te pasa algo?
    A lo que respondió:
    ¡Claro que me pasa algo! Mi estúpida computadora me sigue dando un mensaje que dice: "tienes correo".
  3. Había en un pueblo, un padre exageradamente orgulloso de su mujer por haber tenido seis hijos, tanto que la llamaba madre de seis, esto a su esposa le molestaba muchísimo, y un día que se encontraban en una boda le grita el esposo para que todos escucharan:
    ¿Ya estás lista para irnos madre de seis?
    Con furia su esposa contesta:
    Claro que sí, padre de cuatro.
  4. A bordo de un tren, un pasajero leía tranquilamente un diario, cuando ve pasar por el pasillo a un enano hecho una furia con dos valijas ...
    El tipo lo mira con atención y ve como va y viene.
    A los dos minutos vuelve a pasar, para el otro lado del pasillo, hecho una furia.
    - ¡Que maldita suerte!... ¡Que maldita suerte!, se quejaba el enano.
    Después que habrá pasado unas diez veces, el pasajero intrigado lo encara.
    - ¿Qué te pasa, viejo?
    - Es que me equivoqué de tren, este es el directo a Luján y me tengo que bajar antes. Voy a llegar tarde a una reunión y ese me paso porque ponen los carteles tan alto que no llego a leerlos.
    Al pasajero le da tanta lástima el pobre enano con sus dos valijotas que le tira una propuesta.
    - Escuchame, vamos a hacer esto: cuando el tren pasa por la estación reduce un poco la velocidad, entonces yo te doy una mano para que te bajes.
    El enano desesperado acepta. Cuando llega la estación y el tren baja la velocidad a unos 80 Km/h el pasajero lo toma al enano de los hombros asomados los dos por la puerta del primer vagón y lo empieza a acercar a la plataforma. El enano movía como loco las piernitas intentando igualar la velocidad del andén, hasta que le grita al pasajero:
    - Largame loco, que ya puedo!
    Y ahí nomas lo suelta al enano con sus dos valijas hecho un bólido en el andén a toda carrera y plena velocidad.
    Satisfecho de su obra de bien vuelve a sentarse y disfrutar de su diario cuando a los pocos minutos lo ve pasar de vuelta al enano por el pasillo, descontroladísimo, todo transpirado, despeinado, babeando, los ojos desencajados y arrastrando sus dos valijas.
    - ¡Que maldita suerte!... ¡Que maldita suerte!
    Intrigadísimo le pregunta el tipo que lo había ayudado:
    - Pero... ¿Qué te pasó ahora? ¿que hacés arriba del tren?
    A lo que el enano lacónicamente responde:
    - Cuando me soltaste en el anden, seguí corriendo para no irme de trompa al piso... fue ahí cuando el guarda que venía en el último vagón, al grito de "Vamos enano que perdés el tren!" me manoteó del saco y me subió de nuevo.
  5. Estaban dos perros, como de costumbre el más grande aconsejaba al más pequeño:
    Cuando pelees tienes que utilizar la psicología, muéstrale tus dientes con furia y verás como te tienen mucho miedo.
    Con el tiempo se encuentran otra vez, y el más grande pregunta al chico:
    ¿Te ha funcionado la técnica?
    A lo que el chico responde:
    Quise utilizarla, pero no funcionó.
    ¡No puede ser posible!, replicó el otro.
    Y pregunta el pequeño:
    ¿Sería tal vez porque el tipo no sabía nada de psicología?
  6. Cena en el Palacio Real En la mesa de la cena de celebración del cumpleaños de S.M. el Rey se encuentran personalidades de la realeza, la política, la nobleza, etc.
    Deslumbrada por el lujo de la mesa, Sonsoles le dice a su marido Zapatero:
    -José Luis, mira que cubiertos más monos. De oro puro con brillantes y esmeraldas. ¡Anda, porfa, cógeme uno de recuerdo!, yo tengo que tener uno de esos para casa.
    -Pero, Sonsoles, por favor…..
    -¡Ni por favor ni leches! Tu me coges un cubierto ahora mismo….
    -Bueno, bueno, no te pongas así.
    Así que el presidente disimuladamente coge un cuchillo y se lo guarda en la chaqueta.
    Justo enfrente del matrimonio Zapatero, se encontraban Rajoy y su esposa que vieron la faena. Ella le dice a su marido:
    -Anda Mariano, cariño, cógeme tú uno a mí.
    -Pero por el amor de Dios, ¿Cómo voy a hacer eso?
    -Tu también. Y no me discutas…..
    -Bueno, lo que tú digas.
    Así que con el mismo disimulo que Zapatero, Rajoy se dispone a coger el cuchillo, pero su mano tonta en la que tiene el tembleque le traiciona, con la mala suerte que el cuchillo golpea varias veces una copa,…..clin, clin, clin…
    Se hace un silencio y sonrojado sin saber que hacer, se levanta y para salir del paso, alza la copa y dice:
    -Brindemos por su Majestad el Rey Don Juan Carlos, por que cumpla muchos más. ¡!!!Felicidades Majestad!!!!Todos brindan y Rajoy se sienta aliviado.
    -De verdad, Mariano, que torpe eres. Pero yo no me quedo sin mi cuchillo, así que ya lo puedes ir cogiendo.
    - Pero cariño, ya ves que no puedo. Déjalo estar.
    -Que no, que no y que no….que la Sonsoles tiene su cuchillo y yo también quiero uno.
    -¡Ufff! De verdad. Mira que te pones pesadita….pero en fin, lo cierto es que el cubierto es valioso.
    Así que de nuevo se dispone a coger el cuchillo, pero nuevamente su mano le traiciona y vuelve a golpear la copa, y…… Clin, Clin, Clin…..
    Una vez más se hace un silencio sepulcral, por lo que Rajoy tiene que ponerse de nuevo en pie y vuelve hacer otro brindis, esta vez por su Majestad la Reina y se sienta de nuevo aliviado.
    Su esposa le sigue insistiendo….
    -Como no me consigas el cuchillo ahora mismo, te monto un espectác**... aquí delante de todo el mundo.
    -Pero no seas así mujer, no ves que no puedo.
    -Ni así ni nada. Ya me lo puedes ir cogiendo. Y como vuelvas a meter la pata, suelto delante de todos que me divorcio de ti.
    Así que Mariano, ante la furia de su mejor, vuelve a intentarlo de nuevo, pero…..clin, clin, clin. Silencio total, sudores fríos recorren su frente. Se pone en pie y viendo la cara de furia de su mejor dice:
    -Permítanme que les haga un truco de magia. ¿Ven este cuchillo que tengo en mi mano? Pues lo voy a hacer desaparecer. Lo introduzco en mi chaqueta, doy unos pases mágicos….flus, flis, flas y…..
    ¡!!!!!!!Zapatero, mírate la chaqueta!!!!!!!!
  7. Mientras el avión atestado está a punto de despegar, la calma es rota por un pequeño de 5 años que escoge ese momento para hacer una tremenda rabieta. No importa lo que hiciera la frustrada y avergonzada madre para calmarlo, el niño continuaba gritando furiosamente y pateaba los asientos alrededor. De pronto, desde el fondo del avión se levantó un anciano general en uniforme, con el pecho cubierto de condecoraciones, que caminó lentamente por el pasillo, llegó hasta donde estaba el niño e inclinándose suavemente le dijo algo al oído. De inmediato, el niño se tranquilizó, tomó la mano de su madre, y se abrochó su cinturón. Todos los pasajeros empezaron a aplaudir. Mientras el general regresaba
    lentamente a su asiento, una de las azafatas le dijo:
    Disculpe, señor, pero podría decirme qué palabras mágicas usó para callar a ese pequeño.
    El viejo sonrió y dijo:
    Simplemente le mostré mis condecoraciones, y le expliqué que todas esas medallas me autorizaban a tirar a un pasajero por la puerta del avión, en el momento que yo quisiera.
  8. En un manicomio se encontraba un enfermero, que iba hacia el jardín de los enfermos, en eso mira a un enfermo que golpeaba a los demás, el enfermero para tranquilizarlo lo agarra y lo empuja pero el enfermo mental cae y se ve más furioso que nunca, el enfermero al mirarlo dice a correr y el enfermo mental lo sigue, el enfermero corría y corría pero no se podía quitar al enfermo mental de encima, por último, después de una hora el enfermero se rinde y dice:
    Ya no puedo más, es mejor que me mate ese enfermo porque sino me voy a morir corriendo.
    En eso llega el enfermo con poco aire pero al mismo tiempo furioso y decide actuar, se ve que levanta las manos con una gran furia, como a golpear al enfermero y luego las baja bien despacio y lo toca y le dice:
    ¡Tú la llevas ahora! Y sale corriendo.
  9. A orillas de la selva dos coyotes platicaban cosas de coyotes. Entonces viene el rey de la selva cuidando su territorio.
    Un coyote le dice al otro:
    - Observa la carrera que voy a darle al león.
    - Pero estás loco si te agarra te va a comer.
    - El gusto me va a quedar.
    Entonces, el coyote se para enfrente del león y le dice:
    - Oye león tonto, a que no me alcanzas.
    Entonces el coyote corre y atrás de él lo hace el león.
    El coyote como es más ligero lo llevó a un árbol viejo que tenía un agujero por donde solamente él cabía, entonces al querer pasar el león quedó atorado.
    El coyote huyó a toda prisa, pero despertó la furia del león que no tardó mucho para zafarse del agujero, y fue tras él. El coyote cansado se sentó en una banca de un pueblo a leer el periódico y así despistar al león. El león llega y le pregunta:
    - Oye, ¿Has visto pasar a un coyote corriendo por aquí?
    Entonces el coyote le contesta:
    - ¡Ah! ¿El que le ganó la carrera al león?
    El león asustado le pregunta:
    - ¿A poco ya salió en el periódico?
  10. A orillas de la selva dos coyotes platicaban cosas de coyotes. Entonces venía el rey de la selva cuidando su territorio.
    Un coyote le dice al otro:
    Observa la carrera que voy a darle al león.
    Pero estás loco si te agarra te va a comer.
    El gusto me va a quedar.
    Entonces, el coyote se para enfrente del león y le dice:
    Oye león tonto, a que no me alcanzas.
    Entonces el coyote corre y atrás de él lo hace el león.
    El coyote como es más ligero lo llevó a un árbol viejo que tenía un agujero por donde solamente él cabía, entonces al querer pasar el león quedó atorado, ahí fue cuando el coyote aprovechó para cogérselo.
    El coyote huyó a toda prisa, pero despertó la furia del león que no tardó mucho para zafarse del agujero, y fue tras él. El coyote cansado se sentó en una banca de un pueblo a leer el periódico y así despistar al león. El león llega y le pregunta:
    Oye, ¿Has visto pasar a un coyote corriendo por aquí?
    Entonces el coyote le contesta:
    ¡Ah! ¿El que le ganó la carrera al león?
    El león asustado le pregunta:
    ¿A poco ya salió en el periódico?



chistes de furia

Contar chistes de furia es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.