Chistes de Olas

Estos son los 3 chistes de olas y más graciosos bromas sobre olas que matan de risa. Lea chistes acerca olas que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de olas para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre olas para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Accidente o Catástrofe Dos amigos charlan:
    -¿Sabes la diferencia entre accidente y catástrofe?
    - Es lo mismo, ¿no?
    - No, no. Mira, por ejemplo:
    Si estás en la playa y viene una ola y se lleva a tu suegra, eso es un accidente.
    - Ah, ¿Y una catástrofe?
    - Catástrofe es que venga otra ola después y te la devuelva a la playa sana y salva.
  2. Un físico, un biólogo y un químico iban al océano por primera vez...
    El físico vio el océano y estaba fascinado por las olas. El dijo que quería hacer algo de investigación en la dinámica del líquido de las olas y caminó metiéndose al océano. Obviamente el se ahogó y nunca regresó.
    El biólogo dijo que él quería hacer investigación en la flora y fauna dentro del océano y caminó dentro del océano. El también, nunca regresó.
    El químico esperó un largo rato y después escribió la observación. El físico y el biólogo son solubles en el agua del océano.
  3. Resulta que a Jaimito y a toda la clase le mandan a realizar una composición sobre el día de la madre con la expresión: ¡Madre solo hay una!
    Pues bien, al día siguiente todos los muchachitos llevan su composición y la maestra dice: A ver Luisito léame su composición.
    Luis declama:
    Iba yo cabalgando sobre mi potro salvaje que se desboca y mi madre me toma sobre sus brazos y me salva, porque: ¡Madre, solo hay una!
    La maestra vuelve y dice:
    María léame el tema de su composición.
    A lo que María responde:
    Las olas en la playa estaban agitadas y me hundí en sus profundidades, de repente la mano salvadora de mi madre me llevó a superficie, porque: ¡Madre solo hay una!
    A ver Jaimito, dígame su composición.
    Ibamos mi madre y yo por el seco desierto cuando atisbamos unas carpas de un campamento árabe, sedientos nos acercamos a una de las tiendas y entramos. En ella había una nevera la cual abrí y ví una coca cola que quedaba en el fondo y dije:
    ¡Te embromaste madre, solo hay una!