A continuación se muestra nuestra colección de anécdotas divertidas y chistes sobre Rios. Hay algunos chistes de rios cortos que nadie conoce (para contarle a tus amigos) y para hacerte reír a carcajadas.
Tómese su tiempo para leer esos juegos de palabras y acertijos en los que hace una pregunta con respuestas, o donde la configuración es el remate. Esperamos que encuentres estos juegos de palabras con rios lo suficientemente divertidos como para contarlos y hacer reír a la gente.
Esto es un hombre que se estaba ahogando en el río y chillaba:
- Socooorrooooo!!!... Que me ahoooogoooo!!!
En eso que pasa un tío por la orilla y le dice:
- Llore.
- Que me ahoooogooo!!!
- Llooooreeee.
- Y para que quiere que lloooreee?
- Para que se desahogue hombreee!!
Los ríos nos inundarán, habrá terremotos, y lloverá fuego del cielo. Un niño que pasaba por allí con su madre, se vuelve hacia ella y dice:
- ¿Ese día no tendremos colegio, verdad mamá?
- Señor, cual es su nombre?
Él: - Ja-ja i me rio.
Policía: - Señor, no estoy para juegos, deme su verdadero nombre!.
Él: - Ja-ja i me rio.
Policía: - Bueno, si no me da su nombre, pues deme su identificación!.
El policía recibió la identificación y empezó a leer:
Nombre: Jaime
Apellido: Ríos
Debilidad: tartamudo.
Un hombre al lado de un río que quiere atravesar, le pregunta a otro hombre que estaba al otro lado del río:
- ¿Es muy profundo este río? ¿Se puede pasar sin que me cubra?
- Sí, claro que sí, sin problema. Es un río muy seguro y tranquilo.
En esto que el hombre se mete todo dispuesto en el río, y de repente se le empieza a llevar la corriente río abajo. Cruza como puede nadando a la desesperada y sale del río, se dirige enfadadísimo hacia el hombre:
- Pero tú, desgraciado!! Cómo me dijiste que el agua no cubría y que se podía cruzar sin ningún problema el río!!??
- Ah... pues... hace unos minutos lo cruzó un patito y el agua no le cubría nada!
- Pero ¡qué árboles majestuosos! ¡Qué poderosos ríos! ¡Qué bellos animales! iba diciendo a medida que caminaba a lo largo del río.
Luego escucha un ruido en los arbustos detrás de él.
Se volteó para mirar.
Fue entonces que vio un enorme oso-pardo caminando en su misma dirección. Se largó a correr lo más rápido que pudo.
Miró por encima del hombro y vio que el oso estaba demasiado cerca. ¡Aumentó la velocidad!
Era tanto su miedo que los ojos se le llenaron de lágrimas.
Fue entonces que se tropezó y cayó desamparado. Rodó por el suelo. Rápidamente, intentó levantarse, pero
El oso ya estaba sobre él, procurando agarrarlo con su fuerte pata izquierda y con la otra pata, lo trataba de agredir ferozmente.
En ese preciso momento, el ateo exclamó: Oh, ¡Dios mío!
Entonces el tiempo paró. El oso se quedó sin reacción. El bosque se sumergió en total silencio.
Hasta el río paró de correr. A medida que una luz clara brillaba, una voz venía del cielo diciendo:
Tú negaste mi existencia durante todos estos años, enseñaste a otros que yo no existía, y redujiste la creación a un accidente cósmico.
¿Esperas que yo te ayude a salir de este apuro?
¿Debo esperar que tengas fé en mí?
El ateo miró directamente a la luz y le dijo:
Sería, de hecho muy hipócrita de mi parte, pedir que, de pronto, me pases a tratar como un creyente.
Más tal vez
¿pudieras convertir al oso y hacerlo cristiano?
Muy bien, dijo la voz. La luz desapareció. El río volvió a correr y los sonidos del bosque regresaron.
Entonces el oso recogió sus patas, las juntó en actitud de oración, hizo una pausa, bajó la cabeza y dijo:
Señor, bendice este alimento que ahora me voy a comer. Amén
- Pero ¡qué árboles majestuosos! ¡Qué poderosos ríos! ¡Qué bellos animales! iba diciendo a medida que caminaba a lo largo del río.
Luego escucha un ruido en los arbustos detrás de él.
Se volteó para mirar.
Fue entonces que vio un enorme oso-pardo caminando en su misma dirección. Se largó a correr lo más rápido que pudo.
Miró por encima del hombro y vio que el oso estaba demasiado cerca. ¡Aumentó la velocidad!
Era tanto su miedo que los ojos se le llenaron de lágrimas.
Fue entonces que se tropezó y cayó desamparado. Rodó por el suelo. Rápidamente, intentó levantarse, pero
El oso ya estaba sobre él, procurando agarrarlo con su fuerte pata izquierda y con la otra pata, lo trataba de agredir ferozmente.
En ese preciso momento, el ateo exclamó: Oh, ¡Dios mío!
Entonces el tiempo paró. El oso se quedó sin reacción. El bosque se sumergió en total silencio.
Hasta el río paró de correr. A medida que una luz clara brillaba, una voz venía del cielo diciendo:
Tú negaste mi existencia durante todos estos años, enseñaste a otros que yo no existía, y redujiste la creación a un accidente cósmico.
¿Esperas que yo te ayude a salir de este apuro?
¿Debo esperar que tengas fé en mí?
El ateo miró directamente a la luz y le dijo:
Sería, de hecho muy hipócrita de mi parte, pedir que, de pronto, me pases a tratar como un creyente.
Más tal vez
¿pudieras convertir al oso y hacerlo cristiano?
Muy bien, dijo la voz. La luz desapareció. El río volvió a correr y los sonidos del bosque regresaron.
Entonces el oso recogió sus patas, las juntó en actitud de oración, hizo una pausa, bajó la cabeza y dijo:
Señor, bendice este alimento que ahora me voy a comer. Amén
Un borracho ve a un grupo de "bautistas" dentro de un río practicando el rito del Bautismo.
Sín pénsarselo dos veces, el borrachito entra dando traspiés dentro del agua, se acerca al predicador y se queda a su lado.
Entonces el predicador se gira, ve al viejo borracho y le pregunta:
-Señor, ¿está usted preparado para encontrar a Jesús?
El borrachito se da la vuelta y dice:
-Si, lo estoy.
El predicador entonces sumerge al tipo dentro del agua, lo vuelve a sacar y le pregunta:
-¿Ha encontrado a Jesús?
-No -responde el borracho.
El predicador lo vuelve a sumergir un poco más de tiempo y cuando lo saca le pregunta:
-Y, ahora, hermano, ¿has encontrado a Jesús?.
-No – vuelve a responder el borracho.
Enfadado, el pastor lo agarra, sumerge la cabeza dentro del agua durante casi un minuto y enojado le pregunta otra vez:
-Por la gracia de Dios!!! ¿has encontrado a Jesús ya?
El viejo borracho se seca los ojos y medio ahogado le implora:
-No, carajo!!!...pero....está seguro que se cayó por aquí?
Carlos Martínez
¡Presente!
Raúl Lozano
¡Presente!
Pablo Ríos
¡Presente!
Juan Botones
¡Se me caen los pantalones!
Al día siguiente vuelve a pasar lista
Pablo Ríos
¡Presente!
Juan Botones
¡Se me caen los pantalones!
Y bueno, el profesor enojado piensa que no puede ser, que ese niño todos los días haga lo mismo.
Entonces al día siguiente vuelve a pasar la lista.
Pablo Ríos
¡Presente!
Botones Juan
¡Se me caen igual!
Basta pensar que hay chistes basados en la verdad que pueden derribar gobiernos, o chistes que hacen reír a las chicas. Muchos de los rios los chistes y los juegos de palabras son chistes que se supone que son divertidos, pero algunos pueden ser ofensivos. Cuando los chistes van demasiado lejos, son crueles o racistas, tratamos de silenciarlos y será genial si nos das tu opinión cada vez que un chiste se vuelve intimidante e inapropiado.
Sugerimos usar solo rios bromas para adultos y blagues para amigos. Algunos de los chistes obscenos y obscenos son divertidos, pero utilícelos con precaución en la vida real. Intenta recordar chistes divertidos que nunca hayas escuchado para contarles a tus amigos y te harán reír.