Chistes de Severo

Estos son los 7 chistes de severo y más graciosos bromas sobre severo que matan de risa. Lea chistes acerca severo que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de severo para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre severo para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. ¿Cómo llamas a una vaca sin piernas? Mi hermana con diabetes severa.
  2. Una pareja casada sufrió un terrible accidente donde el rostro del hombre se quemó severamente. El médico le dijo al marido que no podían injertar ninguna piel de su cuerpo porque estaba demasiado flaco. Así que la esposa se ofreció a donar algo de su propia piel.
    Sin embargo, la única piel de su cuerpo que el médico consideraba adecuada tendría que venir de sus nalgas. El esposo y la esposa acordaron que no le dirían a nadie de dónde venía la piel y solicitaron que el médico también respetara su secreto.
    Después de que se completó la cirugía, todos se asombraron de la nueva cara del hombre.
    Un día, él estaba solo con su esposa, y se sintió abrumado por la emoción de su sacrificio. Él dijo: Querida, solo quiero agradecerte por todo lo que hiciste por mí. ¿Cómo puedo recompensarte?
    Mi amor, respondió ella, recibo todas las gracias que necesito cada vez que veo a tu madre besarte en la mejilla.
  3. Examen de inglés Era el examen final de inglés en la facultad. Como muchos de los exámenes universitarios, su principal objetivo era eliminar a los nuevos estudiantes. El examen duraba dos horas y cada estudiante recibió su correspondiente hoja de examen con las preguntas.
    El profesor era muy recto y severo, catedrático a la antigua usanza, y le dijo a toda la clase que si el examen no estaba sobre su mesa después de dos horas exactamente, no se aceptaría, y el estudiante sería suspendido.
    Media hora después de empezar el examen, un estudiante entró por la puerta y le pidió una hoja de examen al profesor:
    - No va a tener tiempo usted para terminarlo, dijo el profesor al dársela.
    - Si que lo terminaré, contestó el estudiante.
    Se sentó y empezó a escribir. Después de dos horas, el profesor pidió los exámenes, y todos los estudiantes, en ordenada fila, los entregaron. Todos menos el que había llegado tarde, que continuó escribiendo como si nada pasase.
    Después de otra media hora, este último estudiante se acercó a la mesa donde se encontraba el profesor sentado leyendo un libro. En el instante en que intentó poner su examen encima del montón, dijo el profesor al alumno:
    - Ni lo intente. No puedo aceptar eso. Ha terminado tarde.
    El estudiante lo miró furioso e incrédulo.
    - ¿Sabe quién soy? -le preguntó-.
    - No, no tengo ni la menor idea -contestó el profesor en tono de voz sarcástico-.
    - ¿Sabe quién soy? -preguntó nuevamente el estudiante, apuntándose a su propio pecho con su dedo, y acercándose de manera intimidante-.
    - No, y no me importa en absoluto -contestó el profesor con un aire de superioridad-
    En ese momento, el estudiante cogió rápidamente su examen y lo metió en medio del montón, entre todos los demás.
    - ¡Eso es perfecto! -exclamó-.
    Y se marchó.
  4. Cambio de nombre al Aparato Reproductor Masculino
    Estaban reunidas TODAS, eran 500 y no había sino un punto en el orden del día.
    Sonó una campanilla y se hizo silencio. Desde el estrado, la presidenta, con gesto severo, pero a la vez mostrando algo de “complicidad interna”, instaló la Asamblea.
    “Buen día compañeras!!.
    Estamos reunidas, de forma extraordinaria, para cambiarle hoy el nombre al Aparato Reproductor Masculino. Gritos, muchos gritos, y aplausos de todas las asistentes. Entonces la presidenta, casi orgullosa, empezó a desgranar preguntas e incógnitas:
    – “¿Por qué decirle pito?, si no suena ?” (Gritos y aplausos)
    – “¿Por qué decirle pájaro?, si no vuela?” (Gritos y muchos aplausos)
    – “¿Por qué decirle palo?, si no es madera?” (Más gritos y más aplausos)
    – “¿Por qué decirle ?pistola?, si no mata?”. (Aumentan los gritos y los aplausos)
    – “¿Por qué decirle banano o plátano?, si no es fruta?” (Ruido ensordecedor por los gritos y los aplausos)
    – “Por qué decirle polla si no pía ni come maíz? (gritos intensos y se redoblan los aplausos)

    – “¿Por qué decirle miembro?, si no pertenece a ningún club?” (Gritos con muchísimo entusiasmo y sonoros aplausos)
    – “¡ Desde hoy, queridas amigas y asambleístas, lo llamaremos Bill Gates!!
    SILENCIO TOTAL EN LA SALA, TODAS SE MIRAN CON ASOMBRO, SUS CARAS SON UN POEMA AL SIGNO DE INTERROGACIÓN.
    Transcurridos unos minutos por ese asombro y por la sorpresa de todas las asistentes, menos, claro está, de la presidenta, una mujer levanta su mano y pregunta:
    - “Señora presidenta: ¿Por qué ese nombre?”.
    La presidenta, rápidamente, con una sonrisa de satisfacción y una boca abierta de oreja a oreja, responde con voz grave y sonora:
    – “Muy simple, compañera:
    ¡¡Porque es asquerosamente rico!!!”
    gbl
    11/04/2018
    Tomado de: Chistes buenos y divertidos
  5. Se acercaba la fecha para evaluación final de inglés en la facultad, como muchos de los exámenes universitarios, su principal objetivo era eliminar a los que no llegaban al promedio exigido.
    El examen duraba dos horas y cada estudiante recibió su correspondiente hoja de examen con las preguntas.
    El profesor era muy recto y severo, catedrático a la antigua usanza, y le dijo a toda la clase que si el examen no estaba sobre su mesa después de dos horas exactamente, no se aceptaría, y el estudiante sería suspendido.
    Media hora después de empezar el examen, un estudiante entró por la puerta y le pidió una hoja de examen al profesor:
    – No va a tener tiempo usted para terminarlo, dijo el profesor al dársela.
    – Sí que lo terminaré, contestó el estudiante. Se sentó y empezó a escribir.
    Después de dos horas, el profesor pidió los exámenes, y los estudiantes, en forma ordenada entregaron sus evaluaciones.
    Todos menos el que había llegado tarde, que continuó escribiendo como si nada pasase.
    Después de otra media hora, este último estudiante se acercó a la mesa donde se encontraba el profesor sentado leyendo un libro.
    En el instante en que intentó poner su examen encima del montón, dijo el profesor al alumno:
    – Ni lo intente. No puedo aceptar eso. Ha terminado tarde.
    El estudiante lo miró furioso e incrédulo.
    – ¿Sabe quién soy? -le preguntó-.
    – No, no tengo ni la menor idea -contestó el profesor en tono de voz sarcástico-.
    – ¿Sabe quién soy? -preguntó nuevamente el estudiante, apuntándose a su propio pecho con su dedo, y acercándose de manera intimidante-.
    – No, y no me importa en absoluto -contestó el profesor con un aire de superioridad
    En ese momento, el estudiante cogió rápidamente su examen y lo metió en medio del montón, entre todos los demás.
    – ¡Extraordinario! -exclamó-. Y se marchó
  6. Haciendo la Mili en Paracas Resulta que un chico de Torrejón de Ardoz llega a su casa un mediodía sin ánimo de comer y sin apetito.
    -El padre se lo mira muy serio y preocupado, porque el chico llevada dos meses haciendo el Servicio Militar, y le dice:
    - ¡Niñooo! ¿Tan malamente se está en "Paracas"? que vienes desganao, que no duermes apenas, que te pasas las noches en vela y que encima no comes.
    - ¡Hombre, papaaaa! Son unas experiencias muy duras. Hay un capitán allí que es muy severo y el hombre cuando estamos a dos mil pies en el helicóptero y está todo el mundo preparado con la mochila para saltar, me ve la cara de miedo, y esta mañana ¿qué te crees que me ha dicho?
    - ¡Cuéntame mi arma!, le dice el padre.
    - ¡¡¡¡¡O saltas ahora mismo o te violo!!!!!
    - ¿Y saltaste? prosigue el padre.
    - ¡Oye papaaa!, al principio un poquito.
  7. El recién ingresado en el hospital contempla la poca comida que le dan, debido a un severo régimen que debe hacer. Se toma parsimoniosamente la pequeña taza de consomé, las dos hojas de lechuga y los 25 gramos de pollo a la plancha. Al acabar le dice a la enfermera.
    - ¿Me puede traer un sello, por favor?.
    - ¿Un sello?. ¿Para qué?.
    - Es que me gusta leer un poco después de comer...



chistes de severo

Contar chistes de severo es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.