Chistes de Suena Timbre

Estos son los 12 chistes de suena timbre y más graciosos bromas sobre suena timbre que matan de risa. Lea chistes acerca suena timbre que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de suena timbre para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre suena timbre para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Ring(suena el timbre), abre la puerta la señora.
    _soy el plomero señora!
    _Ah usted es el que viene por las cañerias
    _Nooooo, yo siempre vengo por el Ascensor
  2. ¿Cómo suena el timbre de la casa blanca?
    -Clin-ton...
  3. Suena el timbre de la puerta.
    - Soy su vecino de abajo. Estoy harto de los gritos de su esposa por las noches:
    "¡Vamos, Antonio, más, más"! ¿Podéis hacer el s**... de una manera menos ruidosa?
    - Sí, pero me llamó Víctor, y por las noches trabajo...
  4. - ¿Cómo suena el timbre de un carpintero?
    - Ase-rrriiin.
  5. Señor, señor, ¿cómo se escribe timbre?
    Como suena.
    ¡Juancito! ¿qué escribistes acá?
    Ding don, usted me dijo que escriba timbre como suena.
  6. Había una vez una señora que llama a un electricista y le dice:
    Señor, ¿Podría usted venir a arreglar el timbre de mi casa?
    El señor responde:
    Claro señora, deme su dirección, señora en este momento voy saliendo para allá.
    Pasa una hora y media y el señor nada que llega, entonces la señora decide llamar al hombre por el celular. Suena el celular y el señor responde:
    Buenas tardes, ¿Que desea?
    Y la señora le dice al señor:
    ¿Piensa usted venir? (con tono irónico)
    El señor responde:
    Señora, si tengo una hora tocando el timbre y usted no me abre.
  7. La mujer con la toalla Una bella mujer joven sale de la ducha, se envuelve con una toalla yavisa a su marido que ya puede ducharse. Cuando él entra en la ducha suena el timbre de la puerta. La esposa le dice que ella abre, y baja a abrir la puerta envuelta en la toalla.
    Al abrir la puerta se encuentra a su vecino Antonio, quien se queda sin palabras ante la visión que le ofrece la señora. Entonces, él saca dos billetes nuevecitos de 100 euros y le dice a ella que son suyos si deja caer la toalla hasta la cintura.
    Ella piensa, "¿por qué no?", de modo que deja caer la toalla y deja sus senos al descubierto , entonces coge el dinero. Antonio jadea ante lo que ve; saca prontamente otros 200 euros y se los ofrece por dejar caer la toalla hasta el suelo para ver todo el asunto. La mujer piensa que ya había llegado bastante lejos, así que no le importaba hacerlo, y deja caer la toalla al suelo enseñando su precioso cuerpo. Antonio la contempla un momento, le da las gracias y se va.
    Cuando ella sube de nuevo, su marido que acababa de salir de la ducha, le pregunta que quién había llamado a la puerta.
    Ella contesta:
    - Era nuestro vecino Antonio.
    - ¿Y ha traído los 400 euros que me debe? - pregunta el marido.
  8. Pepito va tan mal en la escuela que su madre decide dedicarle una tarde para estudiar y coloca un letrero en la puerta que dice:
    "Madre e hijo estudiando, prohibido el paso".
    Todavía no se habían sentado cuando suena el timbre de la puerta. La mamá de Pepito muy enojada acude a abrir la puerta, era un niñito de 4 años que pregunta:
    ¿Qué dice ese letrero?
  9. Un gangoso caminaba por la calle y de pronto se encuentra una lámpara maravillosa, y le pide un deseo:
    - Deseo que mis padres sean igual que yo.
    Cuando llega a su casa su madre le dice:
    - ¿Hijjooo quieeerreess deee commerr?
    Y el gangoso se dijo que su madre hablaba igual que él. En eso llega su padre y le dice:
    - Hijo, ¿Cómo te fue en la escuela?
    Entonces el gangoso queda pensativo y se pregunta por qué su padre no hablaba igual que él.
    De repente, suena el timbre de su casa, y al abrir la puerta se encuentra con el lechero que le dice:
    - ¿Nooo vaaa aa quuueeerrreer lecchhhe?
  10. Era una vez un gangoso que caminaba por la calle y de pronto que se encuentra una lámpara maravillosa, y le pide un deseo:
    Deseo que mis padres sean igual que yo.
    Cuando llega a su casa su madre le dice:
    ¿Hijjooo quieeerreess deee commerr?
    Y el gangoso se dijo que su madre hablaba igual que él. En eso llega su padre y le dice:
    Hijo, ¿Cómo te fue en la escuela?
    Entonces el gangoso queda pensativo y se pregunta por qué su padre no hablaba igual que él. De repente, suena el timbre de su casa, y al abrir la puerta se encuentra con el lechero el que le dice:
    ¿Nooo vaaa aa quuueeerrreer lecchhhe?
  11. Jaimito le pregunta a su madre:
    - ¿Mamá puedo andar en bicicleta?

    La madre dice: - si pero no pases por la casa de las malas palabras.
    Jaimito pasa por la casa de las malas palabras y escucha puto, vuelve a la casa y le pregunta a la madre: ¿mama que es puto?, la madre dice invitados Jaimito, pasa de vuelta y escucha m**..., vuelve a la casa y le pregunta a la madre que es m**...?? La mamá dice que es comida, pasa de vuelta y escucha f**..., vuelbe a la casa y le pregunta que es f**... y la mamá le dice: vestirse.
    Cuando Jaimito se cansa se vuelve a la casa, y al otro día suena el timbre y Jaimito abre la puerta y le dice: Hola putos, la m**... esta servida mis papas se estan follando
  12. La esposa le dice a su marido:
    Te las das de muy electricista, y ya ves que el timbre de la puerta que nos tiene que avisar cuando llega alguna persona lo arreglaste, pero no suena, y cuando alguien quiere timbrar huele a quemado, se apagan todos los bombillos de la casa y la plancha deja de funcionar.
    El esposo dice:
    Y te parece poco eso para saber que alguien esta llamando a la puerta.



chistes de suena timbre

Contar chistes de suena timbre es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.