Chistes de Universitario

Estos son los 16 chistes de universitario y más graciosos bromas sobre universitario que matan de risa. Lea chistes acerca universitario que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de universitario para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre universitario para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Te echan de varias universidades - Qué pasa si te expulsan de cuatro univerdades?
    - ....
    - Que estás perdiendo facultades
  2. ¿Qué hacía pepíto corriendo alrededor de la Universidad?
    Sacando una carrera universitaria.
  3. Dos universitarios estaban yendo en un tren a Cuzco y de pronto uno de ellos dice:
    Me acaba de entrar un carboncillo al ojo.
    Y el otro le contesta:
    No seas tonto, este es un tren eléctrico.
    Y el otro le responde.
    ¡Ah, entonces es un voltio!
  4. - ¿Qué hace un gallego corriendo alrededor de una facultad?
    - Una carrera universitaria...
  5. ¿Por qué los atlantes dan vueltas a una universidad?
    Porque están haciendo una carrera universitaria.
  6. - Veo en su currículum que domina usted varios idiomas...
    - Si, mi padre es inglés y mi madre española. Los veranos los pasaba en Alemania con mi abuela. Completé mis estudios universitarios en Italia donde viví 5 años, y tuve una novia francesa...
    - ¿Y con tanto idioma usted en qué piensa?
    - Pues en f**..., como todo el mundo...
  7. ¿Qué hace un atlante corriendo alrededor de la universidad?
    -Esta haciendo su carrera universitaria.
  8. King Kong de estudiante - ¿Qué le dirías a King Kong si consigue un título?
    - Kang-gratulaciones.
  9. Se ve a Jaimito corriendo alrededor de la universidad, cuando llega un profesor y le dice:
    - Jaimito! ¿Qué haces ahí corriendo??
    - Pues haciendo una carrera universitaria, profe ^^
  10. Un psicologo hace una entrevista de admisión para un empleo. Entra el primer candidato:
    - Cuente hasta diez, por favor - pide el psicologo...
    - Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno.
    - ¿Que forma es esta de contar?
    - ¡Ah, perdone! es que estoy acostumbrado a contar así por mi anterior trabajo. Trabajaba en la NASA.
    Entra otro candidato:
    - Cuente hasta diez.
    - Uno, tres, cinco, siete, nueve, diez, ocho, seis, cuatro, dos.
    - Pero... ¿y por qué cuenta así?
    - Lo siento, es que antes era cartero, y la fuerza de la costumbre... primero los impares de una calle y luego los pares.
    El psicólogo, casi al borde de un ataque de nervios, manda pasar al tercer candidato.
    - Perdone... ¿cuál era su anterior empleo?
    - Estudiante universitario.
    - ¡Ah! bueno, ¿pues será usted capaz de contar hasta diez?
    - Sí, hombre! Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, sota, caballo y rey.
  11. Examen de inglés Era el examen final de inglés en la facultad. Como muchos de los exámenes universitarios, su principal objetivo era eliminar a los nuevos estudiantes. El examen duraba dos horas y cada estudiante recibió su correspondiente hoja de examen con las preguntas.
    El profesor era muy recto y severo, catedrático a la antigua usanza, y le dijo a toda la clase que si el examen no estaba sobre su mesa después de dos horas exactamente, no se aceptaría, y el estudiante sería suspendido.
    Media hora después de empezar el examen, un estudiante entró por la puerta y le pidió una hoja de examen al profesor:
    - No va a tener tiempo usted para terminarlo, dijo el profesor al dársela.
    - Si que lo terminaré, contestó el estudiante.
    Se sentó y empezó a escribir. Después de dos horas, el profesor pidió los exámenes, y todos los estudiantes, en ordenada fila, los entregaron. Todos menos el que había llegado tarde, que continuó escribiendo como si nada pasase.
    Después de otra media hora, este último estudiante se acercó a la mesa donde se encontraba el profesor sentado leyendo un libro. En el instante en que intentó poner su examen encima del montón, dijo el profesor al alumno:
    - Ni lo intente. No puedo aceptar eso. Ha terminado tarde.
    El estudiante lo miró furioso e incrédulo.
    - ¿Sabe quién soy? -le preguntó-.
    - No, no tengo ni la menor idea -contestó el profesor en tono de voz sarcástico-.
    - ¿Sabe quién soy? -preguntó nuevamente el estudiante, apuntándose a su propio pecho con su dedo, y acercándose de manera intimidante-.
    - No, y no me importa en absoluto -contestó el profesor con un aire de superioridad-
    En ese momento, el estudiante cogió rápidamente su examen y lo metió en medio del montón, entre todos los demás.
    - ¡Eso es perfecto! -exclamó-.
    Y se marchó.
  12. Tres obreros de la construcción trabajando en un andamio a quince pisos de altura. Uno de ellos dice:
    - Muchachos, ya vengo..- voy al baño porque me estoy orinando encima (y entra al edificio por una abertura)
    El andamio, entretanto, se cae. Los otros dos mueren en el accidente.
    Todos los compañeros y sus mujeres van al velatorio.
    Una de las viudas comenta con el que se salvó de milagro y su esposa:
    - Una desgracia espantosa. Menos mal que la empresa pagó el sepelio.
    (Gesto de comprensión)
    - Además, la empresa aplicó el convenio de la casa matriz, de afuera, y sigue pagándome el sueldo, duplicado, como pensión vitalicia...
    (Gesto y mirada de la mujer al que se salvó)
    - Y se hacen cargo de la deuda hipotecaria de nuestra casa ...
    (Mirada de la mujer al que se salvó)
    - Y de los gastos de educación de los chicos hasta la universitaria...
    La mujer no aguanta más:
    - ¡Y el señorito (lo señala) meando!
  13. Se acercaba la fecha para evaluación final de inglés en la facultad, como muchos de los exámenes universitarios, su principal objetivo era eliminar a los que no llegaban al promedio exigido.
    El examen duraba dos horas y cada estudiante recibió su correspondiente hoja de examen con las preguntas.
    El profesor era muy recto y severo, catedrático a la antigua usanza, y le dijo a toda la clase que si el examen no estaba sobre su mesa después de dos horas exactamente, no se aceptaría, y el estudiante sería suspendido.
    Media hora después de empezar el examen, un estudiante entró por la puerta y le pidió una hoja de examen al profesor:
    – No va a tener tiempo usted para terminarlo, dijo el profesor al dársela.
    – Sí que lo terminaré, contestó el estudiante. Se sentó y empezó a escribir.
    Después de dos horas, el profesor pidió los exámenes, y los estudiantes, en forma ordenada entregaron sus evaluaciones.
    Todos menos el que había llegado tarde, que continuó escribiendo como si nada pasase.
    Después de otra media hora, este último estudiante se acercó a la mesa donde se encontraba el profesor sentado leyendo un libro.
    En el instante en que intentó poner su examen encima del montón, dijo el profesor al alumno:
    – Ni lo intente. No puedo aceptar eso. Ha terminado tarde.
    El estudiante lo miró furioso e incrédulo.
    – ¿Sabe quién soy? -le preguntó-.
    – No, no tengo ni la menor idea -contestó el profesor en tono de voz sarcástico-.
    – ¿Sabe quién soy? -preguntó nuevamente el estudiante, apuntándose a su propio pecho con su dedo, y acercándose de manera intimidante-.
    – No, y no me importa en absoluto -contestó el profesor con un aire de superioridad
    En ese momento, el estudiante cogió rápidamente su examen y lo metió en medio del montón, entre todos los demás.
    – ¡Extraordinario! -exclamó-. Y se marchó
  14. Un hombre va a la farmacia con su hijo de 8 años.
    Pasan por el estante de los condones y el niño pregunta:
    - Papá, ¿qué es eso?
    El padre no sabe que decir y responde:
    - Se llaman condones. Los usan los hombres para tener s**... seguro.
    El niño se queda mirando y agarra una caja de 3 y pregunta:
    - Papá, ¿por qué hay 3 en esta caja?
    El padre responde:
    - Esos son para los chicos del colegio. Uno para el viernes, uno para el sábado y uno para el domingo.
    El niño agarra una caja de 6 y pregunta:
    - ¿Y estos para quien son?
    El padre responde:
    - Esos son para los universitarios. Dos para el viernes, dos para el sábado y dos para el domingo.
    El niño continua mirando y toma una caja de 12.
    - Papá, ¿para quienes son estos?.
    El padre le mira y con lágrimas en los ojos le responde:
    - Esos son para los casados. Uno para Enero, uno para Febrero, uno para Marzo...
  15. Había un atlante tan, pero tan tonto, que pensaba que las camionetas 4x4 tenían 16 ruedas.
    ¿Qué es una hoja cudriculada?
    Una manifestación de atlantes.
    ¿Qué hace un ladrillo en la mesita de luz de un atlante?
    Es el retrato de su papá.
    Había un atlante que se tiró al vacío y estaba lleno.
    ¿Por qué un atlante dio siete vueltas a la manzana?
    Porque se le trabó la luz de giro.
    ¿Qué hace un atlante dando vueltas en una universidad?
    Una carrera universitaria.
  16. Cuál es la propina acostumbrada, le pregunta un tipo al repartidor de pizzas, Pepito, estudiante universitario que hace este trabajo para ayudarse a pagar los estudios.
    Pues, esta es mi primera entrega, pero el tipo que me dio el trabajo dice que si logro que usted suelte una moneda de 25 centavos, va a ser un milagro.
    ¿Ah, sí?, gruñe el cliente, pues, en ese caso, ¡Toma $5!
    ¡Gracias, señor!, exclama Pepito, pondré el dinero en el fondo para mis estudios.
    Y, a propósito, ¿Qué carrera estás estudiando?
    Sicología aplicada, contesta el chico.



chistes de universitario

Contar chistes de universitario es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.