Chistes de Vereda
Estos son los 18 chistes de vereda y más graciosos bromas sobre vereda que matan de risa. Lea chistes acerca vereda que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de vereda para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre vereda para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- ¿Cuál es el colmo de un zapatero?
Querer atarse los cordones con el cordon de la vereda. - Un policía estaba corriendo detrás de un borracho , y el borracho doblo la esquina y el policía le pregunta a un borracho que estaba en la vereda - ¿no sabe quien doblo la esquina ?
el borracho : - No cuando yo vine ya estaba doblada - Un borracho que caminaba se tropezaba con todos los postes de la vereda y un transeúnte le dice:
-Pero, ¿qué está haciendo?
-¿Puede contar cuántos chichones tengo?
-12 chichones.
-Entonces me faltan 2 postes para llegar a mi casa. - ¿Cuál es el colmo de un zapatero?
Atarse los zapatos con el cordón de la vereda. - Había un borracho tirado en una vereda, pasa una chica y le dice:
-Fea.
-Borracho.
-Pero a mi se me pasa. - Había un policía persiguiendo a un delincuente, el policía lo pierde, había un borracho tirado en una vereda y se detiene a preguntar:
-Disculpe señor, vió al hombre que dobló la esquina.
-No oficial, cuando yo llegue ya estaba doblada. - jaimito no queria ser un niño de la calle y se subio a la vereda. JA JA JA
- ¿qe le dice una vereda a la otra vereda? respuesta:una calle me separa
- Una pareja de atlantes iban caminando por la vereda y de repente, en la vereda de enfrente pasa un amigo de la pareja y le saluda al marido diciéndole:
¡Adiós tocayo!
Y el marido atlante le pregunta (rascándose la cabeza) a su esposa:
¿Cómo era que se llamaba este tipo? - Dos atlantes se encuentran en la calle y uno le pregunta al otro:
Oye Manolo, ¿hace frío en la calle?
No sé, yo vine por la vereda. - Un borracho caminaba hacia un bar. Cuando llega el dueño le pregunta:
-¿hace frío en la calle?
El borracho contesta: -Yo no sé, ¡ vine por la vereda! - Había una vez un niñito que iba caminando por la vereda, y se le acerca un señor y le dice:
Oye niño, ¿hace frío en la calle?
Y el niño le responde:
¡No sé, porque yo venía por la vereda! - ¿Qué hace una mujer después de estacionar un vehíc**...?
Camina dos metros hacia la vereda. - Borracho arrastras Un borracho estaba en el bar cuando el camarero decide echarlo porque es hora de cerrar. El hombre se levanta de la silla y se cae de cara al suelo, entonces decide arrastrarse hasta la vereda para tomar un poco de aire. En la vereda intenta levantarse de nuevo pero vuelve a caer golpeándose ahora las narices contra el bordillo. Viendo que no podía caminar, siguió arrastrándose hasta llegar a su casa. Entra en casa y otra vez intenta levantarse sin éxito. Así que llega arrastrando hasta el borde de su cama, apoyándose en la mesita de noche consigue incorporarse pero rápidamente cae de boca en la cama y queda felizmente dormido.
A la mañana siguiente le despiertan los gritos de su esposa:
- Otra vez! Otra vez si vergüenza! Has vuelto a beber otra vez!
El esposo pone cara de inocente y dice:
- No no... yo ya no bebo...
A lo que la mujer interrumpe diciendo:
- No lo niegues, cobarde! Si han llamado esta mañana temprano del bar para decirme que otra vez te olvidaste la silla de ruedas! - En el Vaticano el Papa estaba súper aburrido, entonces no encuentra nada mejor que llamar a su chofer para salir a recorrer las calles de roma, pero el chofer conducía tan lento que el Papa más aburrido estaba, entonces decide cambiarle de puesto y se puso el papa a conducir, el hombre iba a 140 km por hora no respetaba semáforo y se subía a la vereda, de repente un policía para la limosina, que sorpresa se llevó a ver al conductor y no atina a nada mas que llamar a su superior explicándole lo que le había pasado el superior le pregunta que quien venia en la limosina y el policía le responde que parece que en la limosina viene Dios, por que viene manejando el Papa.
- -Oye Manolo, ¿hace frío en la calle?
- No se, yo vine por la vereda
- Oye Manolo, ¿por que te cuelgas del caño para lavarte los dientes?
- Por que aqui dice Colgate
- Oye Manolo, ¿Por que te tapas los ojos cuando te pones crema?
- Por que aqui dice Nivea - Una viejita estaba caminando por la calle, arrastrando dos grandes bolsas plásticas de basura, una en cada mano.
Una de las bolsas tenia un hueco y de vez en cuando un billete de 20 pesos salía de la bolsa y caía en la vereda.
Viendo esto, un policía la para y le dice:
- Señora, hay billetes de 20 pesos saliéndose de esa bolsa.
- Caramba dice la viejita, "Tengo que volverme para recoger los billetes, gracias por avisarme".
- Un momentito, dice el policía... no tan rápido. ¿De dónde sacó usted todo ese dinero? ¿Se lo ha robado?
- Oh no, dice la viejita, el terreno de atrás de mi casa, da para el estacionamiento del estadio de fútbol, y cada vez que hay un partido y los hinchas quieren orinar, antes de entrar o salir del estadio, ellos se paran enfrente de los arbustos que dan para mi casa, y orinan en mis flores que acabo de sembrar
Entonces, yo me paro detrás de los arbustos con unas tijeras bien grandes, y cada vez que alguien se pone en los arbustos para orinar, yo le digo:
¡Deme 20 pesos o se lo corto!
Dice el policía,
-¡"oiga no está mala la idea" Buena suerte!
Y dígame, ¿ qué hay en la otra bolsa?
- Bueno, dice la viejita, ¡¡No todos pagan!! - Iban dos borrachos por una vereda cuando de pronto decidieron subirse a un autobús. Sólo había dos sitios así que los tomaron. Cuadras después subió un marino con uniforme blanco.
Los borrachos empezaron a discutir, uno pensaba que era heladero y el otro el cobrador del autobús. Uno de los borrachos sacó dos monedas del bolsillo y le dijo:
Oiga, deme dos helados de fresa, el marino se molestó mucho y los empezó a gritar y les dijo:
Yo tengo 7 años sirviendo a mi patria y no quiero que un par de borrachos me confundan, porque yo soy teniente de la marina.
Los borrachos se miraron confundidos, en eso uno de ellos se paró y le dijo al otro:
Oye, párate que creo que nos hemos subido a un barco.
Contar chistes de vereda es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.