Chistes de Zapatería
Estos son los 20 chistes de zapatería y más graciosos bromas sobre zapatería que matan de risa. Lea chistes acerca zapatería que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de zapatería para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre zapatería para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- Un señor llama por teléfono y pregunta:
¿Con quién hablo?
Con la zapatería.
¡Ah, perdón, me equivoqué de número!
¡No importa señor, se lo cambiamos! - Dos Atlantes deciden poner una zapatería, y averiguan que los mejores zapatos son los de cocodrilo. Entonces, alquilan un gran bote y se van a cazar cocodrilos. Después de haber cazado más de 50, uno de los atlantes muy molesto le dice al otro:
Mira, Pedro, si el próximo cocodrilo que chapamos no tiene ZAPATOS, para mí se acabó la cacería. - Lepero en la zapatería Un lepero entra un lunes en una zapatería y después de probarse unos cuantos pares, elige unos italianos muy elegantes. Al entregárselos el empleado le advierte:
- Señor, estos zapatos suelen apretar bastante los cinco primeros días.
- No hay problema, responde, no los voy a usar hasta el próximo domingo - Va una señora a una zapatería y le dice al que está atendiendo:
Oiga señor, ¿tienen zapatos de cocodrilos?
Y le contesta el señor:
Sí, ¿qué número calza su cocodrilo? - Va un señor a la zapatería y pregunta:
- ¿Tiene zapatos de cocodrilo?
- Si, si tenemos, digame el número de pie que calza su cocodrilo :p - Llama un señor a una zapatería y dice el dependiente:
Le atiende la zapatería Blanco, ¿En qué le puedo ayudar?
Lo siento, me he equivocado de número.
Y dice el dependiente:
Pues venga aquí y se los cambiamos. - Uno de lepe en una zapatería:
-¿Tienen zapatos de cocodrilo?
-No, lo sentimos.
-Vaya, pues lo tendré que llevar descalozo... - Este es un señor que entra a una zapatería y dice:
¿Tienen zapatos de cocodrilo?
¡Por supuesto!
¡Pasa cocodrilo que tienen zapatos para ti! - ¿Es la carnicería? - ¿Hola, es la carnicería?
- No, es la zapatería.
- Disculpe, me he equivocado de número.
- No importa, tráigalos, se los cambiamos. - Este es un atlante en una zapatería:
Señor quiero unos zapatos para mi madre.
¿Qué número es su madre?
¡Madre sólo hay una!
No, me refiero al número de zapatos.
Tiene al menos 12 pares.
¿No entiende? ¡Número de pies!
¡Dos! - Un gangoso que entra en una zapatería.
Quiero un par de zapatillas.
¿Puma?
¡Venga un zigarrito! - –¿En qué se parece una zapatería a una familia?
–…
–En que la zapatería hace calzado.
–…
–…
–¿Y la familia?
–¡Bien, gracias! - Entra un gallego en una zapatería y le pregunta a la dependiente:
-¿Tienen zapatos de leopardo?
-No, lo siento mucho...
-Vaya, entonces tendrá que seguir descalzo... - Zapatos especiales En una zapatería
- ¿Tienen zapatos de cocodrilo?
- Mmmm, no, lo siento
- Vamos cocodrilo, aquí tampoco tienen zapatos para ti - Ring, ring, Zapatería Jiménez, ¿Dígame?
Ay, perdone, me parece que me equivoqué de número.
No hay problema, usted trae los zapatos y le damos el número que haya. - Entra un hombre en una zapatería y dice:
Disculpe, ¿tiene zapatos del 36?
Y el dependiente le contesta:
No, lo siento, de la guerra no nos queda nada. - ¿Cómo se reconoce a un atlante en una zapatería?
Es el único que se prueba las cajas. - Entra un señor a una zapatería y le pregunta el dependiente:
¿Qué número calza de pie?
Y el señor le responde:
¡El mismo que sentado! - Estaba un Presidente que, como estaba terminando su período de gobierno le había dado por andar inaugurando nuevas obras. En eso que va a una zapatería y cuando ha comprado los zapatos le pide a la dependiente del local que le preste las tijeras, cuando se las da, corta las cintas a los zapatos. La dependiente le dice:
¿Qué hace?
A lo que él responde:
¡Los estoy inaugurando! - Zapatos pequeños Un señor entra a una zapatería y se le acerca el vendedor:
-Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarle señor?
-Quiero unos zapatos del número 42.
-Verá, señor, no es por llevarle la contraria, pero a simple vista puedo ver que usted calza almenos un 46.
-Eso no me importa, yo quiero un número 42, si no, no compro nada y me voy a otra tienda.
-Está bien (le contesta el vendedor con cara de asombro).
El dependiente le trae unos zapatos del número 42; el hombre se los prueba y le dice:
-Perfecto, me los llevo puestos.
Cuando va de salida del comercio, el vendedor se da cuenta de que el hombre va sufriendo porque los zapatos le aprietan mucho. El vendedor, intrigado de por que compró unos zapatos tan pequeños, se le acerca y le dice:
-Señor, disculpe, pero no me puedo quedar con la intriga, ¿cómo es que compra sus zapatos tan pequeños, si se ve que está sufriendo porque no le quedan bien?
- Mire, le voy a contar mi historia: mi mujer me engaña con un compañero de trabajo; mi hija es p**...; mi hijo es yonki; mi suegra vive con nosotros y me tira en cara la culpa de todos los problemas familiares... ¡El único placer que tengo en esta vida es llegar acasa y quitarme estos malditos zapatos!

Contar chistes de zapatería es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.