Chistes de Compulsivo

Estos son los 10 chistes de compulsivo y más graciosos bromas sobre compulsivo que matan de risa. Lea chistes acerca compulsivo que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de compulsivo para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre compulsivo para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Te estás volviendo un jugador compulsivo.
    ¡Cincuenta mil pesos a que no!
  2. Sin defectos - ¿Fumas?
    - No.
    - ¿Bebes?
    - Nada.
    - ¿Eres infiel?
    - No.
    - ¿Ludópata?
    - Tampoco.
    - Vaya, ¿tienes algún defecto?
    - Bueno si, soy un mentiroso compulsivo
  3. Lectora compulsiva -Puri, ¿ya te has leído "50 sombras de Grey"?
    -Enterito.
    -¿Y el índice?
    -Destrozado.
  4. Instituto de salud mental
    (Grabación del contestador automático del Instituto de Salud Mental)
    "Gracias por llamar al instituto de Salud Mental, la organización más efectiva para tratar sus momentos de locura:
    Si usted es obsesivo-compulsivo, presione repetidamente el número 1.
    Si usted es co-dependiente, pídale a alguien que presione el número 2 por usted.
    Si usted tiene múltiples personalidades, presione el 3,4,5 y 6.
    Si usted es paranoico, nosotros ya sabemos quién es usted, sabemos lo que hace y sabemos lo que quiere, de modo que espere en línea mientras rastreamos su llamada.
    Si usted sufre de alucinaciones, presione el 7 en ese teléfono gigante de colores que Ud. (y sólo Ud.) ve a su derecha.
    Si usted es esquizofrénico, escuche cuidadosamente y una pequeña voz interior le indicará qué número presionar.
    Si usted es depresivo, no importa qué número marque, da lo mismo, nada
    conseguirá sacarlo de su lamentable situación.
    Si usted sufre de amnesia, presione 8 y diga en voz alta su nombre, apellidos, dirección, teléfonos, e-mail, C.I., número de su cuenta corriente, fecha de nacimiento, lugar de nacimiento, estado civil y el teléfono de sus vecinos.
    Si usted sufre de indecisión, deje su mensaje después de escuchar el tono... o antes del tono... o después del tono... o durante el tono. En todo caso, espere el tono.
    Si sufre de pérdida de la memoria de corto plazo, presione 9.
    Si sufre de pérdida de la memoria de corto plazo, presione 9.
    Si sufre de pérdida de la memoria de corto plazo, presione 9.
    Si sufre de pérdida de la memoria de corto plazo, presione 9.
    Si es tacaño obsesivo, le duele terriblemente prestar sus cosas y siempre espera retribución por los favores, ¡cuidado! cuelgue de inmediato, pues deberá pagar S.L.M. a una tasa de 100 pesos por minuto...
    Si tiene la autoestima baja, por favor cuelgue. Todos nuestros operadores están atendiendo a personas más importantes que usted.
    Si con esto su problema se acentúa, es porque estamos mejorando para usted
    .... Gracias"
  5. Sensaciones universales ante un examen.
    Llegada (demasiado temprano) al lugar del examen.
    Repaso compulsivo y totalmente infructuoso de los apuntes.
    Fase de cachondeo nervioso pre-examen.
    Entrada atemorizada al aula donde va a perpetrarse el examen.
    Reparto de las hojas para el examen ("¡¿Cinco hojas?!" dicen algunos).
    Reparto de las hojas de preguntas ("En algo tan pequeño no pueden caber muchas preguntas" dicen algunos infelices).
    Vuelta de la hoja y descubrimiento de que usan un tamaño de letra 5 o más pequeño.
    Carcajada histérica.
    Resoplidos varios y llevadas de manos a la cabeza automáticas.
    Descubrimiento de que con lo (poco) que se recuerda no se pueden contestar ni a la mitad de las cuestiones.
    Intentos vanos de copia (con el subsiguiente descubrimiento de que el de al lado tiene menos idea que vos).
    Fase de derrumbamiento, desesperación, impotencia y espera (ya que queda mal entregar el examen tras sólo diez minutos).
    Entrega del examen y huida del lugar del crimen.
    Fase de cachondeo nervioso post-examen.
    Fase de exclamación de palabras soeces y de índole sexual ("Me rompieron el ","me remataron", etc).
    Comparación de resultados (comprobando que no hay dos personas con las mismas respuestas, o mucho peor: todos coinciden menos vos. Típico).
    Fase de consulta compulsiva de los apuntes (cuyo único resultado es empeorar el estado de ánimo del consultante).
    Fase de declaración de principios:
    "Ya no voy más a... (Cálculo, Física, Algebra...)".
    Fase de negación ("¿Examen? ¿Qué examen? Yo no he hecho ningún examen").
    Fase depresiva post-traumática y elaboración de planes para eliminarla:
    "Necesito pegarle a alguien", "Necesito emborracharme".
  6. No pude soportar que mis amigas se intercambiaran sus direcciones de e-mail como antaño lo hacían con las recetas de cocina.
    Y yo fuera del circuito.
    Así que, finalmente... me compré la computadora!
    Cambié el interlock por la internet.
    El chapar por el chatear.
    La hernia de disco por el disco rígido.
    El tic nervioso por el doble click.
    La medibacha por la multimedia.
    En lugar de engordar... me maximizo.
    Vivo pendiente de los e-mail que pudiera recibir.
    Padezco una compu-dependencia compulsiva.
    Pero, al menos, mejoré la relación con mi nuera y con mi hijo.
    Con ellos me comunico a través de los mail.
    Y ya no corro el riesgo, el peligro, de despertarlos con mis llamadas inoportunas, ni de respuestas desganadas, apuradas o agrias.
    No me entero si, al leer el mail, mi nuera dice:
    "qué divina es tu mamá, nos mandó un mail, ya se lo estoy contestando!"
    O dice:
    "otra vez tu vieja hinchando los Web! Contestáselo vos, que para eso es tu madre!"
    Y si no me responden pronto, no me corto ni las venas ni los cables.
    Tampoco se me cae la moral.
    Sólo pienso que se les cayó el sistema...
  7. Pues estaba un día el demonio de los pecados, distribuyendo a los pecadores a sus respectivos infiernos, viene un borracho y su castigo fue estar en una sala llena de licores por cien años, al cumplirlos sale el borracho igual de borracho, luego viene un mujeriego y su castigo fue el encierro en una sala llena de mujeres dispuestas a todo, por cien años, al cumplir el tiempo, sale el mujeriego todo flaco y acabado, por ultimo llega un fumador compulsivo, el cual había robado, por culpa del vicio y su castigo fue el encierro en un cuarto lleno de toda clase de cigarrillos por cien años, al cumplir su tiempo, llega el demonio y le abre la puerta, recibiendo un gran susto, ya que sale el tipo corriendo, desesperado gritando A todo pulmón, un cerillo, un cerillo.
  8. Una monja va al médico con un ataque de hipo que ya le dura un mes.
    - Doctor, tengo un ataque de hipo desde hace un mes que no me deja vivir. No duermo, no como, ya me duele el cuerpo de tanto movimiento compulsivo involuntario.
    - Tiéndase en la camilla, hermana, que la voy a examinar - dice el médico
    - La examina y le dice:
    - Hermana, está usted embarazada. La monja se levanta y sale corriendo de la consulta con cara de pánico. Una hora después el médico recibe una llamada de la madre superiora del convento:
    - Pero Doctor, ¿qué le ha dicho a la hermana María?.
    - Verá madre superiora, como tenía un fuerte ataque de hipo, le di un susto para que se le quitara y supongo que ya se le habrá quitado, ¿no?.
    - Sí, a la hermana María se le ha quitado el hipo, pero el cura se ha tirado del campanario.
  9. Instituto de salud mental
    (Grabación del contestador automático del Instituto de Salud Mental)
    "Gracias por llamar al instituto de Salud Mental, la organización más efectiva para tratar sus momentos de locura:
    Si usted es obsesivo-compulsivo, presione repetidamente el número 1.
    Si usted es co-dependiente, pídale a alguien que presione el número 2 por usted.
    Si usted tiene múltiples personalidades, presione el 3,4,5 y 6.
    Si usted es paranoico, nosotros ya sabemos quién es usted, sabemos lo que hace y sabemos lo que quiere, de modo que espere en línea mientras rastreamos su llamada.
    Si usted sufre de alucinaciones, presione el 7 en ese teléfono gigante de colores que Ud. (y sólo Ud.) ve a su derecha.
    Si usted es esquizofrénico, escuche cuidadosamente y una pequeña voz interior le indicará qué número presionar.
    Si usted es depresivo, no importa qué número marque, da lo mismo, nada
    conseguirá sacarlo de su lamentable situación.
    Si usted sufre de amnesia, presione 8 y diga en voz alta su nombre, apellidos, dirección, teléfonos, e-mail, C.I., número de su cuenta corriente, fecha de nacimiento, lugar de nacimiento, estado civil y el teléfono de sus vecinos.
    Si usted sufre de indecisión, deje su mensaje después de escuchar el tono... o antes del tono... o después del tono... o durante el tono. En todo caso, espere el tono.
    Si sufre de pérdida de la memoria de corto plazo, presione 9.
    Si sufre de pérdida de la memoria de corto plazo, presione 9.
    Si sufre de pérdida de la memoria de corto plazo, presione 9.
    Si sufre de pérdida de la memoria de corto plazo, presione 9.
    Si es tacaño obsesivo, le duele terriblemente prestar sus cosas y siempre espera retribución por los favores, ¡cuidado! cuelgue de inmediato, pues deberá pagar S.L.M. a una tasa de 100 pesos por minuto...
    Si tiene la autoestima baja, por favor cuelgue. Todos nuestros operadores están atendiendo a personas más importantes que usted.
    Si con esto su problema se acentúa, es porque estamos mejorando para usted
    .... Gracias"
  10. Sensaciones universales ante un examen.
    Llegada (demasiado temprano) al lugar del examen.
    Repaso compulsivo y totalmente infructuoso de los apuntes.
    Fase de cachondeo nervioso pre-examen.
    Entrada atemorizada al aula donde va a perpetrarse el examen.
    Reparto de las hojas para el examen ("¡¿Cinco hojas?!" dicen algunos).
    Reparto de las hojas de preguntas ("En algo tan pequeño no pueden caber muchas preguntas" dicen algunos infelices).
    Vuelta de la hoja y descubrimiento de que usan un tamaño de letra 5 o más pequeño.
    Carcajada histérica.
    Resoplidos varios y llevadas de manos a la cabeza automáticas.
    Descubrimiento de que con lo (poco) que se recuerda no se pueden contestar ni a la mitad de las cuestiones.
    Intentos vanos de copia (con el subsiguiente descubrimiento de que el de al lado tiene menos idea que vos).
    Fase de derrumbamiento, desesperación, impotencia y espera (ya que queda mal entregar el examen tras sólo diez minutos).
    Entrega del examen y huida del lugar del crimen.
    Fase de cachondeo nervioso post-examen.
    Fase de exclamación de palabras soeces y de índole sexual ("Me rompieron el ","me remataron", etc).
    Comparación de resultados (comprobando que no hay dos personas con las mismas respuestas, o mucho peor: todos coinciden menos vos. Típico).
    Fase de consulta compulsiva de los apuntes (cuyo único resultado es empeorar el estado de ánimo del consultante).
    Fase de declaración de principios: "Ya no voy más a... (Cálculo, Física, Algebra...)".
    Fase de negación ("¿Examen? ¿Qué examen? Yo no he hecho ningún examen").
    Fase depresiva post-traumática y elaboración de planes para eliminarla: "Necesito pegarle a alguien", "Necesito emborracharme".



chistes de compulsivo

Contar chistes de compulsivo es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.