Chistes de Hoja Blanco

Estos son los 11 chistes de hoja blanco y más graciosos bromas sobre hoja blanco que matan de risa. Lea chistes acerca hoja blanco que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de hoja blanco para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre hoja blanco para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. ¿Cómo te ha salido el exámen?
    - ¡Mal! :( dejé la hoja en blanco, ¿y tú?
    - También.
    - ¡Noooooooo! Van a pensar que hemos copiado
  2. ¿Que hace una mujer Mirando una Hoja de papel en blanco?
    Revisando sus cualidades:
  3. Era una vez Pepito que le encargaron una composición y llevó la hoja en blanco y le dijo la maestra:
    ¿Qué significa esto?
    Y Pepito responde:
    Es la composición de lo que significa: "La Pereza".
  4. ¿Qué hace una mujer con una hoja en blanco en sus manos?
    Leyendo sus derechos.
  5. Oye, ¿qué tal el exámen?
    - ¡Mal! Deje la hoja en blanco, ¿y tú?
    - ¡También!
    - ¡Nooooooo! Van a pensar que hemos copiado.
  6. ¿Qué hace una mujer leyendo una hoja en blanco?
    Lee sus defectos.
  7. ¿Qué hace un hombre leyendo una hoja en blanco?
    Leyendo sus cualidades.
  8. Pepito estaba en la sala de clases y la maestra dejó una tarea de dibujar un paisaje. Al otro día recoge las tareas:
    Lupita, tu tarea.
    Aquí está maestra, es un bosque con los animalitos.
    Muy bien Lupita, dice la maestra.
    Juanito, tu tarea.
    Aquí está maestra, es un desierto con los camellos y cactus.
    ¡Pepito! tu tarea.
    Aquí está maestra (y le lleva una hoja en blanco)
    ¿Pero qué es esto Pepito?, le dice la maestra.
    Mire maestra, contesta Pepito, es una vaca comiendo pasto.
    ¿Y el pasto Pepito?, pregunta la maestra.
    Se lo comió la vaca, contesta Pepito,
    ¿Y la vaca?, pregunta la maestra.
    Pepito contesta:
    Es que la vaca se comió el pasto y se fue.
  9. ¿Saben por qué los elefantes tienen las rodillas tan arrugadas?
    De tanto jugar a las canicas.
    ¿Saben por qué los elefantes andan en manadas?
    Porque el que va en el medio lleva un transistor o radio a pilas.
    ¿Saben cuántos elefantes caben en un citroen?
    Tres adelante y tres atrás.
    ¿Saben cómo se mata un elefante morado?
    Con una escopeta morada.
    Ahora bien, ¿Saben cómo se mata un elefante blanco?
    Se toma la trompa del elefante dándole varias vueltas hasta que se ponga morado y se mata con la misma escopeta morada.
    ¿Saben cómo se baja un elefante de un árbol?
    Se sube a una hoja y espera que llegue el otoño.
  10. Hola, buenos días. ¿Me da un recambio de folios para la carpeta?
    ¿Alguna marca en particular?
    No, gracias, me da igual.
    Si, bueno, ¿pero cómo lo quiere?, ¿liso, cuadriculado, con líneas?
    Cuadriculado, por favor.
    ¿Con qué tamaño quiere los cuadros?
    Este...
    Tengo los normales de 4 milímetros, pero también le puedo dar papel centimetrado, o medio centímetro, o los grandes de pulgada.
    Me da igual, con cuatro milímetros.
    El papel blanco y las rayas negras, me imagino.
    Sí, sí.
    ¿Con margen o sin margen?
    Bueno, con margen.
    ¿De qué color quiere la raya del margen?
    Pues no sé, ¿qué colores tiene?
    Unos cuantos. Rojo, negro, azul...
    Rojo mismo, para que más.
    ¿Cuántos agujeros tiene su carpeta?
    Cuatro.
    ¿Con las esquinas redondeadas?
    No, mire, me da igual.
    ¿Y qué tamaño? ¿octavilla, cuartilla, folio, holandesa?
    Vale, mire, lo que podemos hacer es que vuelvo mañana con la carpeta y usted me da un recambio igualito que el que tengo ahora, ¿vale?
    Bueno, sí, si usted quiere...
    Total, que el tío sale mareado de la librería y en la puerta se encuentra con un amigo suyo con un retrete al hombro, que le dice:
    Hombre, Manolo, ¿qué tal?
    Pues mira, no muy bien, porque venía a comprar hojas para la carpeta, pero el tío que me ha atendido es un plasta, y me ha dado un dolor de cabeza que no me aguanto.
    ¡Qué me vas a decir a mí!, yo vine esta mañana por un rollo de papel higiénico, y mira, ¡me tengo que traer el retrete para que le tome las medidas!
  11. Hola, buenos días. ¿Me da un recambio de folios para la carpeta?
    ¿Alguna marca en particular?
    No, gracias, me da igual.
    Si, bueno, ¿pero cómo lo quiere?, ¿liso, cuadriculado, con líneas?
    Cuadriculado, por favor.
    ¿Con qué tamaño quiere los cuadros?
    Este...
    Tengo los normales de 4 milímetros, pero también le puedo dar papel centimetrado, o medio centímetro, o los grandes de pulgada.
    Me da igual, con cuatro milímetros.
    El papel blanco y las rayas negras, me imagino.
    Sí, sí.
    ¿Con margen o sin margen?
    Bueno, con margen.
    ¿De qué color quiere la raya del margen?
    Pues no sé, ¿qué colores tiene?
    Unos cuantos. Rojo, negro, azul...
    Rojo mismo, para que más.
    ¿Cuántos agujeros tiene su carpeta?
    Cuatro.
    ¿Con las esquinas redondeadas?
    No, mire, me da igual.
    ¿Y qué tamaño? ¿octavilla, cuartilla, folio, holandesa?
    Vale, mire, lo que podemos hacer es que vuelvo mañana con la carpeta y usted me da un recambio igualito que el que tengo ahora, ¿vale?
    Bueno, sí, si usted quiere...
    Total, que el tío sale mareado de la librería y en la puerta se encuentra con un amigo suyo con un retrete al hombro, que le dice:
    Hombre, Manolo, ¿qué tal?
    Pues mira, no muy bien, porque venía a comprar hojas para la carpeta, pero el tío que me ha atendido es un plasta, y me ha dado un dolor de cabeza que no me aguanto.
    ¡Qué me vas a decir a mí!, yo vine esta mañana por un rollo de papel higiénico, y mira, ¡me tengo que traer el retrete para que le tome las medidas!



chistes de hoja blanco

Contar chistes de hoja blanco es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.