Chistes de Tienda Mascotas

Estos son los 8 chistes de tienda mascotas y más graciosos bromas sobre tienda mascotas que matan de risa. Lea chistes acerca tienda mascotas que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de tienda mascotas para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre tienda mascotas para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. esto es un cura que se va a la tienda de mascotas a comprarse uun loro i dice teneis loros i dice el tio uiii usted va de suerte este loro es muy religoso tiene dos cuerdas aatadas a las pata de la derecha dice santo dios de la izquierda deba maria i dice el cura i de las dos i dice el loro pues que me caigo del palo j**...
  2. Entra un gangoso a una tienda de mascotas, ve a un loro y pregunta por el precio:
    ¿Guánto guesta el loguito?
    $500, le responde el encargado.
    Y dice el gangoso:
    ¿Pog gué tangto?
    Y el loro que estaba escuchando todo, responde:
    ¡Porque hablo mejor que tú!
  3. Era una vez un señor llamado Pedro que quería una mascota, así que decidió ir a la tienda de mascotas que quedaba a dos cuadras, llegó y le pidió al vendedor una mascota extraña y este le entregó una caja muy grande, y Pedro le pregunta:
    ¿Qué es eso?
    Y el vendedor le dice:
    Un ciempiés.
    Y Pedro sorprendido le dice:
    ¿Qué tanto sabe hacer?
    Y el vendedor le explica que sabe barrer e ir a la tienda en pocos minutos. El vendedor lo convenció y se lo compró.
    Pedro llegó a su casa y abrió la caja y le ordenó limpiar y lo hizo en poco tiempo. Después Pedro se acordó que ya no tenía pan y leche y mandó al ciempiés a la tienda.
    Pasaron 5 minutos, 10 minutos, 1 hora, 2 horas, 3 horas y nada...
    Y Pedro dijo:
    Pues mi ciempiés ya se tardó, voy a ver si ya viene, abre la puerta y vio allí el ciempiés y Pedro le pregunta:
    ¿Qué haces aquí?
    Y el ciempiés le responde:
    Poniéndome los zapatos.
  4. Llega un señor a una tienda de mascotas muy preocupado y le dice el vendedor:
    ¿Qué necesita señor?
    El otro contesta:
    Quiero algo especial, algo que ni yo pueda creer.
    El vendedor le dice:
    Ya sé, y le vende un cien pies que habla.
    El señor llega a su casa y le dice al cien pies:
    Ve a la tienda, y tráeme leche y pan.
    Sí señor, contesta el cien pies y se va.
    El señor espera y espera al cien pies, pasan horas, hasta que se asoma pensando lo peor y el cien pies está sentado en el escalón y el señor muy enojado le dice:
    ¿Qué haces aquí todavía?
    Discúlpame, le dice el cien pies, pero es que todavía no termino de atarme los zapatos.
  5. Estaba una vez un par de amigos platicando, uno de ellos le comentaba al otro:
    Sabes, me he sentido muy deprimido, he pensado incluso en el suicidio.
    Pero, cómo, si estás en la plenitud de tu vida.
    No lo sé, es que no tengo con quien platicar y me siento bastante solo.
    Lo que necesitas es eso precisamente, compañía.
    El amigo que daba el consejo era dueño de una tienda de mascotas y le dice:
    ¿Por qué no te llevas uno de mis loros, son muy parlanchines y en unos días no te sentirás sin compañía?
    Me parece bien.
    Nada más que lo vas a tener que tomarlo tú mismo porque yo tengo que irme.
    Pero yo no sé nada de aves.
    No creo que te confundas, no tengo tantos pájaros, adiós.
    Bueno, adiós.
    El deprimido entró entonces y tomó el primer ave que vio sin saber que lo que llevaba no era un perico sino un loro. Días después se volvieron a encontrar ambos amigos:
    ¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Cómo te ha ido con el perico?
    Pues bastante bien.
    ¿Ya te ha empezado a hablar?
    Pues hablar, hablar, lo que se dice hablar, no, pero vieras que atención me pone el condenado.
  6. Quiero un oro Va un retrasado a una tienda de mascotas:
    - Ueas aldes - saluda al entrar.
    - Muy buenas - le contesta el encargado de la tienda.
    - hiero omcprar un oro.
    - ¿Un qué?
    - ¡un oro! - replica el gangoso
    El dependiente se dá cuenta que el hombre quiere decir "loro" y le contesta:
    - ¡Ah, sí! Usted desea comprar un loro, pues tenemos éste en venta.
    - ¿uánto ueska?
    - 500 euros.
    - Polke an karo el oro?
    A lo que contestó el loro
    - ¡Porque hablo mejor que tú, i**...!
  7. Llega un tipo a la tienda de mascotas y le dice al encargado:
    ¡Hola!
    , ando buscando un perro que no sea muy corriente, usted me entiende, que tenga alguna gracia.
    Bien, creo que aquí tengo lo que necesita, le dice el encargado al tiempo que mete la mano a una caja y sin mirar saca a un cachorro. Este perro es fantástico, cuando quiere, canta como Frank Sinatra y baila como Fred Astaire, pero tiene un pequeño defecto...
    ¿En verdad? Me lo llevo.
    Hacen el trato y ya que se lo está llevando, le pregunta:
    Oiga, pero usted mencionó que tenía un pequeño defecto, ¿Cuál es?
    ¡Que nunca quiere! Responde el encargado.
  8. Llega una señora a una tienda de mascotas y le pregunta al vendedor:
    Señor, estoy en un dilema, ¿Qué mascota me recomienda comprar?
    El señor contesta:
    Le recomiendo comprar un loro, para que tenga a alguien para platicar.
    Y la señora le dice:
    ¿Me puede mostrar al loro?
    Claro que sí, mire, tenemos este loro que habla, si usted le jala la pata derecha dice cosas agradables y si le jala la pata izquierda dice puras malas palabras.
    Y dice la señora:
    ¿Y si le jalo las dos?
    y el loro contesta:
    ¡Pues me caigo!



chistes de tienda mascotas

Contar chistes de tienda mascotas es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.