Chistes de Ventrílocuo
Estos son los 5 chistes de ventrílocuo y más graciosos bromas sobre ventrílocuo que matan de risa. Lea chistes acerca ventrílocuo que sean buenos chistes para niños y amigos en español.
Chistes de ventrílocuo para niños y niñas cortos y graciosos
¿Cuál es un buen chiste sobre ventrílocuo para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.
- Va un domador especial a un circo a presentar su actuación al dueño. En esto que entra en el despacho con un loro y un ratón. Y dice:
- Hola buenos días. Vengo a presentarle una actuación nunca vista en un escenario. Tengo un loro que canta ópera y al son que el ratón le marca tocando el piano.
En esto que el dueño del circo no se lo cree y le pide una muestra.
- Como usted quiera.
Coloca al ratón en un mini-piano y al loro en su palo.
- Chicos, la Traviatta.
Y comienza el espectác**...... El ratón tocando perfectamente la Traviatta al piano y el loro cantando la pieza de forma espectacular y sin errores. Todo perfecto y el dueño del circo impresionado interrumpe y dice:
- ¡Esto es increible!. Le contrato pero con una condición. Que me diga el truco, porque no me creo que no haya truco.
- No lo hay.
- Le voy a contratar sólo si me dice el truco. ¡Que no soy tonto!. Aquí hay truco seguro, pero lo hace usted tan bien que no me importa contratarle, pero tiene que decirmelo.
- Bueno, si se pone así e insiste se lo diré. Tiene usted razón. ¡Claro que hay truco!. El ratón toca el piano, pero el loro es un inútil y no canta, sólo mueve el pico. El que canta es el ratón que es ventrilocuo.
- O_o - Estaba un ventrílocuo que era muy alcohólico afuera de una cantina sin un centavo en la bolsa y pensando en como sacar dinero para emborracharse, y en eso ve a un pobre perro todo roñoso y se le viene una idea, entra a la cantina y se sienta él en una silla y al perro en otra y pide dos tequilas, el cantinero le sirve los dos tequilas y el ventrílocuo le da un tequila al perro y le dice:
¡Salud!
Y el perro le contesta:
No, gracias, tómatela tú, yo no tengo ganas de tomar.
El cantinero asombradísimo se le queda mirando, entonces el ventrílocuo de pide otros dos tequilas al cantinero y hace lo mismo a lo que el perro contesta:
No, gracias, ya te dije que no quiero, tómatela tú.
Y sin aguantar su curiosidad el cantinero le pregunta:
Oiga señor, ¿Su perro habla?
Y el ventrílocuo le responde:
Pero por supuesto que habla y aparte es retomador le encanta el tequila sólo que hoy esta un poco enfermo y no quiere tomar, y el cantinero le dice:
Se lo cambio por dos botellas de tequila.
Y el ventrílocuo se queda pensando y el perro le dice:
No seas gacho no me vayas a cambiar. Y el ventrílocuo le contesta:
Pero es que son dos botellas y pues, tus sabes que me gusta mucho el tequila, y el perro le dice:
No seas así no me vayas a cambiar, y entonces el ventrílocuo cierra el trato con el cantinero y en eso el perro le dice:
Vas a ver, nunca en mi vida vuelvo a hablar. - Estaba un ventrilocuo contando chistes sobre atlantes, y en eso un atlante que escuchaba en su lugar desde que empezó el show, se para y dice:
Oiga, usted, ¿Por qué cuenta puros chistes sobre nosotros?
Y le responde el ventrilocuo:
Perdoneme usted, ya no lo vuelvo a hacer.
Y le contesta el atlante:
¡¡Callese...!!, el problema no es con usted, es con el chiquito! - En un espectác**... un ventrílocuo, con la voz de su muñeco empieza:
- Bien, ahora les voy a contar un chiste de dominicanos...
De entre el público se para un dominicano y grita indignado:
- ¡¡Oígame!!... ¡¡ya basta!!... ¡¡ya estuvo bueno que a los dominicanos nos pongan siempre como brutos en sus chistes!!.
El ventrílocuo apenado se disculpa públicamente:
- Perdóneme señor... no pensé que lo ofendiera.
A lo que el dominicano corrige:
- ¡¡No!!... si con usted no es la cosa, es con el chiquitito que está en su falda. - Erase un ventrílocuo (esos tipos que hacen hablar a los muñecos) que dice:
Ahora vamos a contar un chiste de atlantes.
Asistía a la función un atlante, que muy molesto se pone de pie y dice: Señor, que nosotros sabemos que cuando contáis chistes de atlantes nos tomáis por estúpidos. Entonces el ventrílocuo, apenado le dice: Disculpe, señor, que no sabía que estaba usted aquí . A lo que responde el atlante: Usted se calla, que estoy hablando con el muñeco.