Chistes de Aguacero

Estos son los 4 chistes de aguacero y más graciosos bromas sobre aguacero que matan de risa. Lea chistes acerca aguacero que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de aguacero para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre aguacero para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Los aguaceros son como las fiestas privadas, comienzan a una hora determinada y nunca se sabe cuándo escampará.
  2. ¿Cuál es el agua que menos vale?
    ¡El aguacero!
  3. Que alguiem me empuje! Eran las 3:00am, habia un terrible aguacero y un borracho gritaba:
    - Alguien que me empuje!!!!!!!!.
    Una señora escucha y levanta al marido:
    - Amor, ve y ayuda a ese pobre señor, que de seguro se le quedo el carro atascado y no hay quien lo ayude.
    El marido enojado sale al aguacero que no se veía ni madres y en eso grita:
    -Señor! En donde esta para empujarlo!!!!???.
    Y el borracho contesta:
    -Acaa en el columpio!!!!
  4. Un empresario vuelve de su oficina en la tarde y -en medio de un gran aguacero- ve a una bella mujer en la parada de colectivos, por lo que detiene su automóvil:
    - Llueve a cántaros .... ¿La llevo ?
    - Ah, bueno, gracias, responde ella entrando al auto.
    Llegando al edificio donde ella vive, lo invita a entrar:
    - ¿No quiere Ud. tomarse un cafecito, un whisky, o alguna cosita que le invite, con este frío?
    - No gracias, debo llegar temprano a casa .
    - Pero... ha sido usted tan gentil y amable, suba siquiera un ratito.
    Él sube ante la petición de la dama, cuando entran, ella le sirve un buen coñac y luego va a su dormitorio, del que retorna arreglada y perfumada, dejando entrever un cuerpo bellísimo bajo una sugestiva bata de seda.
    Beben algunos tragos, oyen música, charlan, ríen, entran en confianza, y como debía pasar se van a la cama, tienen s**... con especial entrega, y luego se duermen.
    A las 6 de la mañana del día siguiente, él despierta preocupadísimo:
    - Pucha madre, que bestia, me quedé dormido ... ¿Ahora qué hago?
    Medita, toma el teléfono, marca el número de su casa y tan pronto le responde su mujer, grita:
    - ¡Marcela, no pagues el rescate!... ¡logré escapar!