Chistes de Paisano

Estos son los 9 chistes de paisano y más graciosos bromas sobre paisano que matan de risa. Lea chistes acerca paisano que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de paisano para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre paisano para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. El colmo de la pereza
    En un pueblo, en el que abundaba el trabajo y la comida, un perezoso estaba a punto de morir de hambre.
    Se reunieron el alcalde, el párroco, el consejo municipal y el defensor del pueblo, y por unanimidad acordaron enterrar vivo al perezoso; porque para el pueblo sería un desprestigio que alguien muriera de hambre.
    Cogieron cuatro orillos, armaron un cajón, metieron al moribundo, y salieron con él rumbo al cementerio.
    Una señora preguntó: “¿Quién murió?”. “Nadie” –le respondieron; “¿y entonces a quien llevan ahí?” –insistió. “Al perezoso que lo vamos a enterrar vivo antes de que muera de hambre” –le explicaron. “No, no, no hagan eso –exclamó la señora–, yo con mucho gusto regalo un bulto de panela”, Otra señora regaló 100 gallinas; un señor, puso una carga de arroz, más un bulto de papas; un hacendado donó un barril de leche, 50 arrobas de queso, una carga de plátanos y otra de yucas. Todos, todos, todos los paisanos donaban, donaban y donaban comida por montones. Cuando iban llegando al cementerio desistieron del entierro porque el moribundo ya tenía comida suficiente para 100 años.
    El perezoso sacó la cabeza, y preguntó: “¿Quién va’cocinar todu’eso?”. “Pues, usted” –le contestaron. Y el hombre exclamó: “Entonces… ¡que siga el entierro!”.
  2. Se encontraba un Atlante hablando con su mujer:
    Mija, voy a hacer el negocio de mi vida.

    Y la mujer le pregunta:
    ¿Cuál es?
    Y dice el esposo:
    Voy a engañar a una paisana, le venderé mi vaca en 1 millón de pesos.
    Decidido a hacer el negocio, el pastuso viaja al pueblo y se encuentra con un paisana, al cabo de mucho negociar le vende la vaca en 1 millón; cuando el atlante llega otra vez a su tierra le dice a su mujer:
    Mija hice el negocio de mi vida.
    Y la mujer le pregunta:
    ¿Vendiste la vaca?
    Sí.
    ¿A ver la plata?
    Ah no, es que la cambie por estos dos gaticos de $500.000.
  3. Después de toda la desgracia ocasionada por el fenómeno del niño, el Presidente del país va a Puira, para dar solución a los daños ocasionados. En ese momento se acerca un puirano y en agradecimiento por los reparos le regala un mero (tipo de pescado), y el Presidente recíprocamente le da al tipo un diploma.
    Al rato sale el piurano con la cabeza agacha y su amigo lo encuentra y le pregunta:
    ¿Por qué estás triste, paisano?
    Y éste le contesta:
    Es que el presidente me ha dado este diploma.
    El otro le contesta:
    Pero que más quieres, un diploma del Presidente no lo tiene cualquiera.
    Es que mira lo que dice:
    "En honor al mérito".
    Su amigo le pregunta,
    ¿Cuál es el problema?
    El Presidente pone en honor al mérito, cuando yo le he dado tremendo merazo de 50 kilos.
  4. Había una vez un hombre con un descapotable nuevo a 200 Km/hr corriendo por la carretera. Se encuentra a un paisano sentado a un lado de la carretera con una vaca.
    El hombre se detiene y le dice al campesino:
    Oiga, buen señor, yo lo puedo llevar a usted, pero a la vaca...
    Y el paisano le dice:
    Aaaaaaaaaah, no se preocupe, ella nos seguirá, no se preocupe.
    Sube al coche y la vaca detrás los sigue.
    ¡Carai con la vaca!
    Pone segunda y la vaca atrás, siguiéndole.
    Pone tercera, cuarta, quinta y sexta, y la vaca siguiéndole. Al cabo de un rato el conductor mira a la vaca y le dice al campesino:
    ¡Ve, su vaca ya va cansada!
    A lo que el paisano le responde:
    ¡No, no! ¡Es que lo quiere adelantar!
  5. Bilbaínos Va uno de Bilbao conduciendo su recién estrenado coche, por la autovía, dirección San Sebastián, cuando en una de las curvas, se sale de la carretera y se pega “la gran hostia”, quedando el flamante coche completamente abollado.
    El bilbaíno sale del coche, y empieza a mirar el mal estado en que ha quedado su flamante coche y en éstas pasa un donostiarra, y viendo lo mal que estaba el de Bilbao, detiene su coche, y le dice :
    - No te preocupes, hombre, si quieres dejar el coche, tal y como estaba antes, no tienes mas que soplar por el tubo de escape, y a medida que se vaya hinchando, irán desapareciendo las abolladuras.Dicho esto el donostiarra vuelve a montarse en el coche y deja al bilbaíno manos a la obra.
    El bilbaíno todo agradecido, se tumba en el suelo, y empieza a soplar por el tubo de escape, como le había dicho el donostiarra y en éstas que pasa otro de Bilbao, que al ver a su paisano tumbado en el suelo, decide detenerse para echarle una mano.
    El bilbaíno accidentado cuenta a su paisano lo que le ha sucedido, y el brillante consejo que le había dado el donostiarra.
    El último bilbaíno en llegar, mira atónito al bilbaíno accidentado, y le dice:
    - ¡¡TU ERES TONTO O QUE!!... como piensas que se va a hinchar el coche soplando por el tubo de escape…………. SI TIENES LAS VENTANILLAS BAJADAS.
  6. Esto es un paisano que entra en un bar y le dice al camarero:
    -Quiero tres cafés.

    -¿Pa quien?- le dice el camarero.
    -Uno para tí otro para mí y otro para la p**... de tu madre.
    El camarero se aguantó las ganas de darle una paliza.
    Al día siguiente:
    -Quiero tres cafés-dice otra vez el mismo señor.
    -¿Para quien?- dice el camarero.
    -Uno para mí, otro para ti y otro para la p**... de tu madre.
    El camarero esta vez no se pudo controlar y le dio una paliza.
    Al día siguiente vuelve a entrar el mismo señor al bar:
    -Quiero dos cafés.
    - ¿ Para quien?- dice el camarero.
    -Uno para mí y otro para la p**... de tu madre que tu te pones muy nervioso.:E:ELoL:E;)
  7. Un paisano va arreando dos vacas y otro se le arrima a conversar.
    - ¿Estas vacas son holandesas? - pregunta el primero.
    - Esta sí - responde Don Zoilo.
    - ¿Y la otra? - pregunta el primero.
    - La otra también - responde Don Zoilo.
    - Y dígame, ¿Estas vacas van para la feria?
    - Esta sí - responde Don Zoilo.
    - ¿Y la otra?
    - La otra también - responde Don Zoilo.
    - Y dígame, ¿Estas vacas están preñadas?
    - Esta sí - responde Don Zoilo.
    - ¿Y la otra?
    - La otra también - responde Don Zoilo.
    - Pero dígame una cosa, por qué cada vez que le pregunto por las vacas me responde que esta sí y después, me dice que la otra también.
    A lo que Don Zoilo le responde:
    - Lo que pasa que esta vaca es mía.
    - ¡Ahhhh! - contesta el primero. Ahora entiendo, y dígame,
    - ¿Y la otra?
    - La otra también.
  8. Club nudista Un tipo ya maduro se hace socio de un club nudista muy exclusivo, por simple curiosidad, en busca de nuevas emociones. Como era su primer día, se quita la ropa como todo el mundo y sale a dar vueltas por el lugar. Una linda rubia aparece por ahí, en cueros vivos y él tipo -sin poder controlarlo- nota como su miembro se le empina. La m**..., que ha detectado la descomunal erección, se acerca sensual:
    - ¿Me ha llamado, señor?
    - ¿Yo? No, ¿por qué?
    - Usted debe ser nuevo; le voy a explicar. Aquí tenemos una regla: si le provoco una erección, quiere decir que usted me ha llamado, que usted me desea.
    Sonriente, la chica lo lleva a un jardín y se tumba en una toalla; invita al paisano a echarse y se deja hacer todo lo que el hombre desea, de todas las formas posibles y en todas las posturas imagibales. El hombre, loco de contento y satisfecho de tanto placer, sigue explorando las delicias de aquel campo.
    Entra en la sauna, se sienta e involuntariamente se le escapa un p**.... Sonriente, de inmediato se le acerca un tipo enorme, peludo y con una erección del tamaño de un bate de béisbol:
    - ¿Me ha llamado, señor?
    - ¡¿Yo?! No, ¿por qué?
    - Usted debe ser nuevo aquí. Le voy a explicar: tenemos una regla que dice que si te tiras un p**..., significa que me ha llamado, que usted me desea.
    Dicho esto, el gigantón voltea a nuestro personaje, lo pone a cuatro patas y se lo encaloma de todas las formas posibles... Luego se marcha.
    El novicio, con mucha dificultad porque tiene el c**... hecho trizas, se dirige como puede a la oficina del club. Una recepcionista desnuda lo saluda muy sonriente:
    - ¿Puedo ayudarlo, señor?
    - Le devuelvo su llave y su tarjeta. Puede quedarse con los 500 euros de cuota inicial.
    - ¡Pero, señor, usted tan sólo ha estado aquí un par de horas y solamente ha visto dos de nuestras instalaciones!
    - Escúchame, guapa.. -replica el tipo, mirando fijamente a la tetuda- Yo tengo ya 58 años. A duras penas tengo una erección a la semana, pero me tiro como 15 pedos al día... ¡No me sale a cuenta, gracias!
  9. Un paisano va arreando dos vacas y otro se le arrima a conversar.
    ¿Estas vacas son holandesas?, pregunta el primero.
    Esta sí, responde Don Zoilo.
    ¿Y la otra?, pregunta el primero.
    La otra también, responde Don Zoilo.
    Y dígame, ¿Estas vacas van para la feria?
    Esta sí, responde Don Zoilo.
    ¿Y la otra?
    La otra también, responde Don Zoilo.
    Y dígame, ¿Estas vacas están preñadas?
    Esta sí, responde Don Zoilo.
    ¿Y la otra?
    La otra también, responde Don Zoilo.
    Pero, dígame una cosa, por qué cada vez que le pregunto por las vacas me responde que esta sí y después, me dice que la otra también.
    A lo que Don Zoilo le responde:
    Lo que pasa que esta vaca es mía.
    ¡Ahhhh!, contesta el primero, ahora entiendo, y dígame,
    ¿Y la otra?
    La otra también.



chistes de paisano

Contar chistes de paisano es una parte importantísima de cualquier conversación o reunión social. Los chistes, llenos de humor y diversión, tienen la capacidad de liberar tensiones y crear un ambiente relajado y alegre. Pueden contarse en cualquier situación, siempre y cuando sea apropiado y no ofenda a nadie. Contar chistes puede ser especialmente efectivo para romper el hielo al inicio de un evento social, hacer reír a los demás en medio de una conversación o simplemente alegrar el día de alguien que puede necesitarlo. Sin embargo, es esencial recordar que el sentido del humor puede variar de una persona a otra, y lo que para uno puede ser gracioso, para otro puede no serlo.