Chistes de Trescientos

Estos son los 6 chistes de trescientos y más graciosos bromas sobre trescientos que matan de risa. Lea chistes acerca trescientos que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de trescientos para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre trescientos para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Un padre andaluz le dice a su hijo:
    - Te tengo dicho cuatro millones trescientas cincuenta y cinco mil veces que no seas exagerado
  2. Un atlante estaba de turista en el Sahara, caminando en pleno desierto con un traje de baño. Un beduino que lo vio, asombrado le pregunta qué va a hacer.
    El atlante le responde.
    Voy a ir a nadar.
    Pero el océano está a mil trescientos kilómetros de aquí, le dice el árabe.
    ¡Mil trescientos kilómetros! ¡Que barbaridad, que playa tan grande!
  3. Bonifacio comenta con un amigo:
    "Mi mujer siempre me pide dinero.
    Ayer, por ejemplo, me pidió trescientos dólares. Hoy me pidió quinientos".
    "¿Y qué hace ella con tanto dinero?"
    "No sé. Nunca se lo he dado".
  4. Te lo tengo dicho - ¡Te he dicho quince mil trescientas dos mil millones setecientas cincuenta y nueve mil quinientas cuarenta veces que no seas tan exagerado!
  5. Un padre de familia ya en la hora de su muerte, llama a sus hijos y les pide su ultimo deseo, estos llegan y él le dice al primero que es doctor, Hijo quiero como último deseo que me prometas que antes de mi entierro tu depositaras cien dólares en mi ataúd, el hijo responde: "Te lo prometo padre", pasa el segundo hijo que era Arquitecto y le hace prometer lo mismo y el se lo promete, por ultimo llega el tercer hijo que era Abogado y le hace prometer lo mismo y él se lo promete. El día del entierro pasa el hijo que es médico frente al ataúd y deposita los Cien dólares, luego pasa el Arquitecto y hace lo mismo, por ultimo llega el Abogado y toma los doscientos dólares y le deposita un cheque por trescientos dólares en el ataúd.
  6. Anita y Pepe estaban por comprometerse en matrimonio. Pero antes de aceptar, ella decidió confesarse:
    - Mira Pepe, me daba mucho reparo decírtelo pero antes de seguir quiero que sepas que tuve un problema de niña y mis senos no se desarrollaron mucho. Los tengo como un niña de 11 años.
    - No te preocupes Anita, no me importa que yo te quiero igual. A todo esto, yo también te tengo que confesar algo y es que tengo un rabo del tamaño de un recién nacido.
    - No pasa nada Pepe, encontraremos la manera. En esto que tras casarse ella le mete mano y luego escapa corriendo.
    - ¿A donde vas Anita?
    - Me mentiste, dijiste que tenias un rabo de un recién nacido.
    - Y es verdad, pesa dos kilos y trescientos gramos, y mide 43 centímetros.