Chistes de Catástrofe

Estos son los 4 chistes de catástrofe y más graciosos bromas sobre catástrofe que matan de risa. Lea chistes acerca catástrofe que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de catástrofe para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre catástrofe para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Accidente o Catástrofe Dos amigos charlan:
    -¿Sabes la diferencia entre accidente y catástrofe?
    - Es lo mismo, ¿no?
    - No, no. Mira, por ejemplo:
    Si estás en la playa y viene una ola y se lleva a tu suegra, eso es un accidente.
    - Ah, ¿Y una catástrofe?
    - Catástrofe es que venga otra ola después y te la devuelva a la playa sana y salva.
  2. ¿Qué diferencia tiene un accidente y una catástrofe?
    Accidente: es ir paseando con tu suegra por la playa; que venga una ola y se la lleve mar adentro. Catástrofe: es que venga otra ola y te devuelva a la vieja!
  3. Esto es una reunion de chicas y chicos jovenes que estan hablando de las historias que han pasado en el mundo y salta uno:pues cuando creo que hubo una catástrofe muy grande fue en el tiempo de los romanos,que hubo un choque de aviones y madre los romanos que murieron y saltan todos:madre que tio tan bruto si en el tiempo de los romanos no habia aviones y contesta:anda c**...,y entonces quien me ha dicho a mi que Poncio era piloto
  4. Refieren las crónicas que en 1994 se celebró una competencia de remo entre Japón y la Argentina. Los remeros japoneses se destacaron desde el comienzo. Llegaron a la meta una hora antes que el equipo argentino.
    De regreso en la Argentina, el Comité Ejecutivo se reunió para analizar las causas de tan desconcertante e imprevisto resultado. Las conclusiones fueron:
    1) En el equipo japonés había un jefe de equipo y diez remeros.
    2) En el equipo argentino había un remero y diez jefes de equipo.
    La decisión pasó a la esfera de planificación estratégica, con una reestructuración que calaría en lo más profundo de la delegación.
    En 1995, producida la largada de la nueva competencia, el equipo japonés volvió a adelantarse desde el comienzo. Esta vez el equipo argentino arribó a la meta dos horas más tarde. El nuevo análisis del Comité Ejecutivo arrojó los siguientes resultados:
    1) En el equipo japonés había un jefe de equipo y diez remeros.
    2) En el equipo argentino, luego de los cambios introducidos por el Departamento de Planificación Estratégica, la composición era la siguiente:
    - Un jefe de equipo
    - Dos asistentes del jefe de equipo.
    - Siete jefes de sección.
    - Un remero.
    La conclusión del Comité fué unánime y lapidaria:
    "El remero es un incompetente"
    En 1996 se le presentó una nueva oportunidad al equipo argentino. El Departamento de Nuevas Tecnologías y Negocios había puesto en marcha un plan destinado a mejorar la productividad, introduciendo novedosas modificaciones en la organización que generarían, sin lugar a dudas, incrementos substanciales de efectividad, eficiencia y eficacia.
    Serían la llave del éxito, el broche de oro de un trabajo que humillaría al mismísimo Peter Drucker.
    El resultado fué catastrófico.
    El equipo argentino llegó tres horas más tarde que el japonés.
    Las conclusiones revelaron datos escalofriantes:
    1) Para desconcertar, el equipo japonés optó por la alineación tradicional: un jefe de equipo y 10 remeros.
    2) El equipo argentino utilizó una novedosa formación vanguardista, integrada por:
    - Un jefe de equipo
    - Dos auditores de calidad total.
    - Un asesor de empowerment.
    - Un supervisor de downsizing.
    - Un analista de procedimientos.
    - Un tecnólogo.
    - Un contador.
    - Un jefe de sección.
    - Un apuntador de tiempos.
    - Un remero
    Luego de varios días de agotadoras reuniones y profundo análisis, el Comité decidió castigar al remero quitándole "todos los bonos e incentivos por el fracaso alcanzado".
    En la reunión de cierre, el Comité junto con los accionistas representativos, concluyeron:
    "Recurriremos a la contratación de un nuevo remero, pero a través de un contrato de outsourcing, con el objeto de no tener que lidiar con el sindicato y de no estar atado a convenios laborales anquilosados, que sin duda degradan la eficiencia y productividad de los recursos."
    De la anterior historia se desprenden cuatro moralejas:
    1) No hay justicia en los juegos olímpicos.
    2) Existen japoneses con mucha suerte.
    3) Los argentinos no pasaban por un buen momento.
    4) El remero era reactivo en lugar de ser proactivo. Era vago y no se apegó a la misión, visión, objetivos, estrategias y tácticas del sistema y por si fuera poco no supo trabajar en equipo.