Chistes de Morgue

Estos son los 5 chistes de morgue y más graciosos bromas sobre morgue que matan de risa. Lea chistes acerca morgue que sean buenos chistes para niños y amigos en español.


Chistes de morgue para niños y niñas cortos y graciosos

¿Cuál es un buen chiste sobre morgue para hacer reír a la gente? Mira esta lista de historias divertidas que seguramente harán sonreír a todos.

  1. Una señora muy resfriada va al hospital a ver a su esposo. Cuando ve al doctor le pregunta:
    ¿Doctor, cómo está mi esposo? ¿Puedo entrar a verlo?
    No le conviene entrar así resfriada, hace demasiado frío en la morgue.
  2. Un caso perdido Una enfermera está empujando una camilla. El paciente esta pálido, con cara de pánico total, y le pregunta llorando a la enfermera:
    - Por favor, ¿me podría llevar a urgencias?
    - Ya le he dicho antes que no. Si el doctor dice que a la morgue, es a la morgue.
  3. Llega un tipo a la morgue:
    - Busco a un amigo mío que se ahogó ayer.

    - ¿Puede darme alguna seña particular de su amigo para identificarlo?.
    - Sí, era sordomudo.
  4. Una señorita va caminando por un callejón solitario y al pasar por una ventana escucha a alguien hablando, y ésta se queda escuchando lo que dice el tipo.
    A ver de quién es esta naricita, de quién son estos deditos, a ver de quién son estas orejitas.
    La muchacha al escuchar dice entre suspiros: ¡Qué romántico, si yo pudiera encontrar un novio así! y sigue escuchando.
    A ver de quién son estas piernitas.
    En eso el tipo romántico pega un grito muy fuerte y dice: No puede ser, en esta morgue está todo desorganizado.
  5. Un profesor de primer año de Medicina está dando a sus alumnos la primera
    lección sobre autopsias en la morgue y les dice:
    “Para hacer una autopsia, hay dos elementos básicos: el primero, no tener
    ninguna repugnancia.”
    En ese momento, el profesor introduce un dedo en el ano del muerto y luego
    lo chupa. A continuación pide a los estudiantes que hagan lo mismo y luego
    de un rato de silencio temeroso, éstos comienzan a obedecer.
    Cuando ya todos los alumnos han terminado de chuparse con asco el dedo, el
    profesor prosigue:
    “El segundo elemento fundamental, es un sentido muy agudo de observación: yo
    metí mi dedo anular, pero me chupé el índice.”